Durante el ocaso dos ancianos hablaban, que anhelaban ver a su hija LucianaPues aquel día se sentían ellos, más sentimental que en todos los tiempos.
Querían ver también a su pequeño nieto,que llenaba sus vidas de rizas y tormentos.
Aquel niño era un travieso, Pero también el amor de sus viejos abuelos.
Horas más tarde después de cenar, a su querida hija deciden llamar.Bien recibida fue la llamada, pues Luciana feliz les anunciaba
Que a la mañana siguiente, su visita esperaran.
Aquella noticia los puso contentos, Se fueron a dormir con el corazón satisfecho
Entrada la noche cuando la luna estaba en el punto más altoRamón y Lucia dormían abrazados
Al salir y sol y cantar los Gallos El pequeño Ramo ya había llegado
Corriendo y saltando llego al aposento Para despertar a sus dos abuelos.
Más triste sorpresa la que le esperabaSus dulces abuelos ya no roncaban.
Abrazados en cama yacían los abuelos
Pero triste y sin vida lucían sus cuerpos.
Pues antes que él había llegado Un invitado no deseado.La muerte en la noche se había llevado
A los dos viejitos que dormían abrazados.
Escrito por : Creiling Ferreras.