Astrid O'Neill es una brujita de sangre pura con 11 años que recibió su carta para el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, ella es la primera de su familia que irá a hogwarts, sus antepasado, padres y hermano mayor, asistieron y asisten al Instit...
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Entrega de la copa de las casas
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Habían pasado dos días desde lo sucedido con la piedra filosofal, Harry aún seguía inconsciente, Ron ya se había recuperado por completo. La escuela ya se había enterado de la gran hazaña de Harry Potter y sus amigos y muchos de sus compañeros de Gryffindor habían ido a visitar a Harry y llevándole dulces, pero claro que no se podían quedar por mucho tiempo la señora Pomfrey los corría.
Astrid, Ron y Hermione iban en todos sus tiempos libre ir a ver a Harry, aunque sea unos minutos ya que los echaban y claro que le llevaban dulces, esperaban ansiosos que Harry despertara. En una ocasión Fred y George le iban a llevar un inodoro a Harry, pero claro la señora Pomfrey se los impidió porque según eso no era nada higiénico.
Era el tercer día y el profesor Dumbledore había entrado a la enfermería porque Harry ya se había despertado, los tres chicos estaban ansiosos por pasar a ver a Harry.
Cuando el profesor Dumbledore salió les dijo que Harry estaba bien y que de igual manera estaba ansioso por verlos y eso fue suficiente para que quisieran entrar, pero la señora Pomfrey les dijo que no podían pasar, Harry le tuvo que suplicar que dejaran pasar a sus tres amigos y finalmente accedió.
—Oh, está bien —dijo— Pero sólo cinco minutos.
Y dejó entrar a Astrid, Ron y Hermione.
—¡Harry!
Astrid y Hermione parecían listas para lanzarse en los brazos de Harry, pero estas se contuvieron.
—Oh, Harry; estábamos seguros de que te... Dumbledore estaba tan preocupado...
—Todo el colegio habla de ello —dijo Ron— ¿Qué es lo que realmente pasó?
Fue una de esas raras ocasiones en que la verdadera historia era aún más extraña y apasionante que los más extraños rumores. Harry les contó todo: quien andaba detrás de la piedra era Quirrell, como el espejo le había enseñado donde se encontraba la piedra y de Voldemort. Astrid, Ron y Hermione eran muy buen público, jadeaban en los momentos apropiados y, cuando Harry les dijo lo que había debajo del turbante de Quirrell, Hermione gritó muy fuerte.
