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Estaba sentado de la manera más casual frente a muchas personas que venían a verme en el tribunal, me sentí famoso, tenía que sonreír para salir bien, no puedo perder mi estilo. ¿Debería mandar saludos a mamá? ¿Creen que ella de sienta orgullosa de mi? Después de todo solo estoy siendo acusado por homicidio a dos niñas, nada del otro mundo.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

-¿qué es gracioso?-preguntó el juez furioso, desde que me llamaron a confesar no he parado de sonreír y evitar a toda costa las preguntas  

-la vista desde aquí es tan genial - respondí sonriendo aún más - apuesto que desde su lugar es el doble de genial-

-Vamos desde el principio- habló el abogado que me interrogaba- ¿por qué secuestraste a esas niñas? -

-nunca dije que lo hice, ustedes son los que asumen que lo hice-

-existen testigos -

-entonces, ¿los testigos tienen pruebas de que así fue? - el abogado negó - entonces no sé qué hago aquí- toda la audiencia se alborotó por mi respuesta, la mayoría me llamaba cínico

-Pero tenemos pruebas físicas de que amenazaste a los padres de las menores y avisaste sobre tu atentado- al escuchar eso empecé a reír-

-Que padres más tontos, si alguien amenaza con secuestrar a tus hijos deberías cuidarlos y no mandarlos a jugar para deshacerte de ellos-

-¡Entonces si fuiste tú! - grito alguien en la audiencia

-ya les dije que ustedes asumen que yo fui sin pruebas reales-

Mi abogado se levantó y recalcó la verdad, y la verdad era que yo tenía razón y que no podían juzgarme sin pruebas.

-¿cómo supo que las niñas fueron a jugar?- me preguntó el abogado de los demandantes

-Porque es lo que hacen las niñas, salir a jugar con sus trajes de princesas-

-entonces ¿qué hizo con las niñas luego de secuestrarlas?-

-Jamás dije que yo lo hice-

-Pero tampoco lo negó-                                                                                                                            

-Entonces... - puse mi mano sobre mi rostro de manera pensativa- Tal vez si lo hice y no me acuerdo-

-Objeción - gritó mi abogado desde su puesto                                                                                                      

-Objeción denegada - respondió el Juez- continúe abogado-                                                                             

-Usted acaba de delatarse solo al decir el lugar donde estaban y la ropa que vestían, ¿cómo lo sabría si usted no fue la persona que las secuestro? -

-Veo las noticias, sabe, si tengo televisor en mi casa- una vez más le he ganado al abogado - ya puedo ir a casa… Yo solo quiero seguir jugando -

no existen cuerpos sin vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora