Maratón 5/6"Te va a destruir de la manera más bella. Y cuando se vaya, finalmente entenderás por qué los huracanes tienen nombres de personas."
—Anónimo.
CAMILA
Alexia no dijo nada durante el camino y era lo que necesitaba. No quería palabras de aliento en estos momentos porque terminaría por desplomarme y lo que menos quería era llorar. Tengo derecho a hacerlo, como todos, pero odio sentirme de esta manera, y el aguantar todo lo que tengo que decir respecto a lo que siento, me está matando lentamente.
—¿Dónde estamos? —Fue la pregunta de la pelirroja, después de salir de la casa de Jayden le di una dirección y ella sin rechistar fue.
—Quédate aquí, regreso en un momento —fue mi única respuesta cuando tomé mi cartera, ella quería replicar pero decidió mantenerse callada.
Bajé del auto y caminé aguantando el nudo en la garganta mientras sostenía mi cartera. Traspase un patio delantero bastante descuidado y luego de abrir con una mueca un portón defectuoso en cuando entre analice mi entorno dándome cuenta de que en si la estructura estaba bastante defectuosa y con muchas necesidades. Dejé de observar cuando me recibió una mujer algo entusiasta.
—Camila, es un placer conocerte —Me dijo ella que quiso estrechar nuestras manos pero pasé del gesto y ni siquiera escuché cuando mencionó su nombre. Tampoco me interesaba.
Mi madre era una de las voluntarias principales aquí, nunca había venido pero no me gustaba para nada este lugar.
—Este lugar es horrible, ¿cómo los niños pueden vivir aquí? —inquirí perpleja, todo se veía tan apagó y tan triste. Sobre todo descuidado.
Ella suspiró con pesar.
—Estoy de acuerdo con eso, la verdad hacemos lo que podemos, no tenemos muchas donaciones. Y si todo sigue así, es muy probable que el orfanato cierre, y no se que pasaría con tantos niños —me puso al tanto.
—Ya estaré mandando a personas que se encarguen de eso, mientras se realiza lo que planeo hacer.
—Vi la propuesta y déjame decirte que eres un ángel, nadie ni siquiera con tanto dinero y poder como tú haría algo como lo que tú estás por hacer para asegurar el bienestar de todos estos niños, no nos alcanzaría la vida para agradecértelo —me dijo y pareció sincera, pero si supiera que realmente no era un ángel.
Tampoco quería que me agradeciera nada, además quería entender que era lo que mi mamá amaba tanto de estas cosas. Ella en serio tenía un enorme corazón .
—Vine a traer esta primera donación —Abrí mi cartera y le entregué un cheque, este dinero es de la gran herencia que recibí de mi madre al cumplir la mayoría de edad y también dinero que he ahorrado.
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Inevitable Destrucción (Libro#1)
Teen FictionNo logro entender cómo un rostro tan angelical es capaz de hacer tanto daño sin pensar en las consecuencias de sus actos. Eso confirma una vez más que las apariencias engañan. Y eso era Camila Anderson Smith, un rostro angelical al cual muy pocas ve...