— tal vez nací para conocerte, shinji.
lo bordaron bajo las estrellas equivocadas, y la luz no llegó a él ni él a la luz, y le auguriaron fama de mártir. se fascinó con la brisa de invierno que dibujaba formas en su rostro y le enternecía el semblante, y se sentía como si lo arrullaran cual niño pequeño. conoció también a un muchachito triste, que se lamentaba de su padre y cada tres tiempos clamaba su pesadumbre detrás de sus párpados y sobre sus mejillas. y se interesó en él.