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P̺͆O̺͆V̺͆ N̺͆I̺͆C̺͆O̺͆L̺͆E̺͆
Serían como las 4 de la mañana cuando escuché la puerta abrirse Todo mi cuerpo se tensó y se preparó para atacar al intruso que rodeaba la cama para tumbarse junto a mi
Todos mis músculos se relajaron cuando su aroma invadió mis fosas nasales
-Donde estabas? -pregunte en un susurro
-lo siento estuve hablando con el maestro y me quedé dormido en mi habitación- susurró también él acomodándose a mi lado y empezando transmitirme su calor corporal
-fuiste a la enfermería como te dije? -hablé acercándome a su cuerpo -si, pero me ha quedado una marca muy fea en la nariz -dijo con un leve suspiro
Ante aquella frase me giré para mirarle, en la parte superior de su nariz había una raja no muy agradable pero a él se le veía bien
-No se ve tan mal, te hace ver más rudo- susurre acariciando le cuyo corte
-Desde cuando ser rudo es atractivo? - mencionó el mirándome a los ojos, los cuales resaltaban más por la luz lunar que entraba por mi ventana
-Bueno, te hace saber que esa persona no es débil, eso es simplemente atractivo-
-No tener marcas por tu cuerpo no tiene por que significar ser débil, puedes haber ganado todas las peleas- susurro a centímetros de mis labios
-Los mejores guerreros son aquellos que han perdido alguna vez- dije juntando nuestros labios una vez por todas
Aunque solo hubieran pasado algunas horas desde nuestro último beso, llevaba aguantándome las ganas un buen rato, sus labios y besos eran adictivos Y él era mi adicción
