Era un esplendido viernes, por fin habia llegado fin de semana, casualmente este era especial, venia gente de todo el país solo para una fiesta. Mi madre no me queria dejar ir a la fiesta porque estaba saliendo de rehabilitación por consumo excesivo de drogas, pero es que mis mejores amigas iban y no podía perderme eso, en tal caso Amanda era adicta al sexo, Jessica tenia problemas de ira y Katherine era adicta al alcohol, a TODAS les permitieron ir menos a mi, no estoy para nada de acuerdo. Despues de media hora de suplicas mi madre me dejo ir, ¡Oh dios, como la amo!, exclame, mientras mis amigas molestas llevaban unas horas fuera de mi casa. Me monte en esa nave y arrancamos directo a la licoreria y farmacia, compramos unas pastillas y un poco de alcohol, y ya, estabamos listas para la fiesta del año