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La vida no es fácil. Los héroes no ganan siempre. Ni siquiera todos los héroes son héroes verdaderos. ¿Qué pasa cuando aquel que debería mantener la paz, es derrotado? ¿Qué pasaría cuando aquella luz que se ha mantenido por años, un día es apagada por una enorme oscuridad que se había mantenido latente durante años? Los villanos habían ganado. Los héroes habían caído. Eso era un hecho innegable que nadie podría deshacer por más que lo intentara, por más que deseara que aquello fuera un sueño.

Endeavor, el héroe número uno actual, había sido derrotado.

Ante el estupor de civiles y héroes, aquella batalla de magnitudes superiores al Incidente de Kamino, los héroes habían sido derrotados y superados por el Frente de Liberación Paranormal liderados por el próximo All for One: Shigaraki Tomura.

Cientos de héroes murieron, fueron completamente derrotados y superados por los tenientes de Shigaraki, siendo acompañados por la fuerza bruta de los Nomu de clase superior y del propio Shigaraki, quien lidió con la mayor fuerza los héroes usando su quirk Decadencia, el cual había mejorado hasta tal punto que no le hacia falta tocar nada para desintegrarlo. Fue el muro inmenso que detuvo el avance de los héroes, siendo aquella piedra que se volvió molesta mientras los salvadores del mundo intentaban hacer su trabajo: salvar el mundo.

Estudiantes y héroes profesionales fueron presionados en aquella batalla. Algunos salieron heridos, otros ni siquiera pudieron salir de aquel enfrentamiento, siendo víctimas de la batalla por las manos de los villanos con los que lucharon.

Ellos no podían matar. Los villanos, por el contrario, tenían completa libertad en sus movimientos y en el uso de su quirk, pudiendo llegar a matar a los héroes solamente en unos segundos, pasando hacia el siguiente héroe sin preguntarse de quien era la sangre en sus manos.

Tras el enfrentamiento, con la presentación de Todoroki Toya como el villano Dabi, revelando la crueldad que el Héroe Número 1 sobre su familia y su presunta muerte, los villanos huyeron de la batalla. Huyeron, pero ganaron aquella batalla con muchos puntos por delante.

Poco después, Tártarus y otras seis prisiones de alta seguridad fueron asaltadas, liberando a All for One, Muscular, Stain y diez mil villanos más, creando una brecha entre los héroes y villanos.

Lentamente, los héroes fueron reculando, abandonando sus puestos. El Consejo de Seguridad Nacional colapsó. Héroes empezaron a desaparecer. Civiles lucharon contra los villanos ante la falta de héroes. El caos y las muertes eran constantes, creando el miedo en la población y descontento ante los héroes.

―¡Ayuda!

Villanos campaban por las calles. Civiles eran asesinados, usados como simples juguetes por aquellos que se mantuvieron ocultos ante la presencia de los héroes profesionales. Sin estos, ahora ellos tenían todo el mundo bajo sus manos, pudiendo matar a sus anchas y hacer lo que quisieran sin temor a represalias.

Civiles sin entrenamiento, usando equipamientos de héroes, no eran un problema para asesinos seriales, para ladrones violentos.

―¡Ayuda!

―Kejejeje.

Simples juguetes. Entretenimientos. Los civiles eran los utensilios de aquellos villanos que ahora corrían por las calles, creando caos y disfrutando de sus acciones, de la libertad que podían tener con la falta de los héroes.

―¡Ayu...!

Una chica de unos diecisiete años cayó de frente, tropezando con un cuerpo cercenado, desparramando sangre por aquel suelo frío y húmedo.

―Kejejej. ¡Pequeño corderito! Que corre y corre y corre. ¡Pero termina cayendo en las fauces del lobo!

Arrastrándose, la chica soltó un quejido lastimero.

AntihéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora