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Me encontraba frente al edificio de la preparatoria, había dejado atrás el instituto y ahora por fin me había convertido en una adulta . Para celebrarlo, mi madre me había comprado una falda verde oscura con un precioso cinturón marrón, y yo lo había combinado con un top verde clarito que me compré la pasada temporada, y mi chaqueta blanca favorita. No eran exactamente colores que me hacían sentir cómoda, pero pensé que debería ir guapa para dar una buena impresión. Aunque, ¿a quien iba a darle una primera buena impresión si había llegado treinta minutos antes de que sonase el timbre de entrada?

— Anda jovencita, pasa, que vas a coger frío aquí fuera.

El conserje me dejó pasar, es cierto que hace frío, aunque de los nervios apenas puedo sentirlo, le agradezco con un gesto de cabeza su amabilidad, y al entrar al edificio, me siento en uno de los bancos que hay frente a la secretaría, y hablando con ella a través de la pequeña ventana, un chico un poco más alto que yo. Me sentí aliviada pensando que no había sido la única que había llegado tan temprano.

Abro mi mochila con la intención de sacar los libros y empezar a repasar lo que aprendería hoy, no quiero afirmar ni desmentir, que hace dos semanas que había empezado a estudiar, pero antes de ponerme a ello, mi móvil sonó. Un mensaje de Yumiko.

Yu: Me acabo de despertar... Creo que voy a llegar tarde

Yo: Date prisa, yo ya estoy aquí

Yu: 🥱

Empecé a pasarle emoticonos y gifs de personas trabajando en oficinas, bebiendo café... cosas para que fuese despertando, estaba tan entretenida que los libros que sostenía encima de mi regazo cayeron al suelo, y cuando me agaché a recogerlos, una mano ya lo había hecho.

— No te preocupes, aquí los tienes. —Era el chico que había visto antes en secretaría, tenía unos ojos muy tiernos con un lunar bajo su ojo izquierdo.

— Discúlpame, me despisté intentando despertar a mi amiga, primer día y ya llega tarde. —Me levanté para recibir los libros y extendí mi mano hacia él. — Soy Cecilia, encantada.

— Igualmente Cecilia, yo soy Yuta, también es mi primer año. —Me dedicó una sonrisa dulce, tenía el rostro tan perfecto como un principe, y yo aquí gastando en cremas y no había conseguido ni la mitad.
Se sentó a mi lado y yo volví a abrir los libros, Yuta se había quedado quieto sin hacer nada, simplemente observando a los nuevos alumnos que iban llegando, y yo me sumergí en mi lectura, continuando con mi libro de apuntes.

— Oh mi linda flor, ¿como has amanecido hoy, flor de loto? —Una voz familiar hizo que todos los presentes, aunque fuesen pocos, se girasen ante la voz. Yo bajé la cabeza intentando disimular que no me había enterado de nada. —Reina mía ¿como oasis ignorarme?
Kinara había llegado, se sentó a mi lado y cerró mis libros, mostrándome su móvil y los muchos mensajes que me había dejado.
— ¿Has perdido el móvil?
— ¿Porqué has entrado diciendo todas esas cosas? —Reconozco que estaba un poco avergonzada.
— Dijiste que había que hacerse notar, yo creo que he llamado la atención, seguro ya nos conocen, no puedo esperar a firmar tantos autógrafos de nuestros fans. —Se llevó una mano a la cabeza, tan dramática como siempre.
Yuta se levantó del escándalo que estaba montando, despidiéndose de mi con la mano. Yo solo quería que la tierra me tragase.
— Faltan 5 minutos para que suene el timbre, será mejor que vayamos yendo. —Recogí los libros y los metí en mi mochila, viendo por última vez mi móvil, con los 10 mensajes de Kinara y uno nuevo de Yumiko: estoy llegando

Las dos nos dirigimos a clase con calma, casi la mitad del colegio parecía estar llegando tarde, pues subían las escaleras apresurados, menos mal que a veces es bueno ser demasiado puntual. Nos acercamos al tablón y fuimos esperando a que se fuesen las primeras personas para poder ver a qué clase iríamos.

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