Capítulo 17

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El viaje a Seúl fue tranquilo, tanto Yoongi como Jimin iban relajados, conversaron de todo un poco, comieron algunos bocadillos y sonreían por cualquier cosa
Al llegar Jimin le indicó donde estaba el hotel donde se quedarían, ya que era el lugar que siempre Namjoon le reservaba y ya habían avisado que se quedarían por dos días.
Yoongi entró con los bolsos y Jimin lo siguió sonriendo.

-Debo ir a trabajar, volveré por la tarde, tu acomodate y busca algo que hacer si quieres, o tan solo descansa, el viaje fue largo y manejaste sin parar- comentó mientras lo miraba con una cálida sonrisa.

Yoongi se acercó a él sin poder detenerse, ya no quería que hubiese un abismo entre ellos. Lo tomó de la cintura y le encantó ver las mejillas sonrojadas de su adorado vecino.
-¿Puedo acompañarte si quieres?- dijo bajito mientras se acercaba más al otro.

-Será aburrido para ti, y me parece mejor que descanses, te necesito fresco para la noche- gimió sobre los labios de su hermoso panadero.

Yoongi jadeó excitado, los planes de Jimin ya lo tenían volando de emoción.
Sin pensarlo más Yoongi pegó sus labios a los de su sexy vecino y claro Jimin no se resistió. Comenzaron lentamente, como si quisieran rememorar el tiempo pasado, como intentando recuperar el tiempo perdido, ambos se dejaron llevar y cuando el beso se volvió más intenso Jimin se despegó lentamente.
-Si no me voy ahora no saldré de aquí y debo trabajar- soltó mientras su frente se apoyaba sobre la frente del otro.

Yoongi sonrió enamorado y pegó más su cuerpo al de su chico.
-Te extrañé tanto- exclamó y lo volvió a besar.

Jimin acarició tiernamente sus mejillas y le dejó otro beso dulce en los labios para luego salir por la puerta.
Yoongi suspiró y se tiró boca arriba en la cama. Pensó en organizar algo para su adorado Minnie así que bajó y salió a comprar algunas cosas para sorprenderlo por la tarde cuando regresara.

La tarde pasó lenta pero Yoongi se entretuvo decorando el lugar y preparando todo para cuando su adorado y sexy vecino volviera.
Se dio una cálida ducha y preparó la bañera para que Jimin se bañara al llegar.
Cuando todo estuvo como lo había planeado decidió recostarse un rato, cayendo rápidamente en un profundo sueño.
A las seis de la tarde Jimin entró de manera silenciosa a la habitación, miró a su alrededor y sonrió, corazones y flores decoraban el ambiente y una pequeña mesa estaba cargada de chocolates y otras delicias para comer. No pudo evitar emocionarse al ver a su tierno panadero dormido hecho una bolita en la gran cama, se acercó lentamente y besó su mejilla sin querer despertarlo, cosa que no logró ya que los fuertes brazos del otro lo atraparon en un cálido abrazo.
-Buenas tardes dormilón- saludó mientras correspondía el abrazo.

-Buenas tardes amor de mi vida- gimió en el oído del otro y Jimin sintió burbujas en su interior.

-Veo que tienes un plan- dijo arqueando una ceja y recorriendo nuevamente a su alrededor.

-Tengo muchos, y todos te incluyen a ti y un montón de besos- respondió dándole un dulce pero apasionado beso.

Jimin suspiró y lo miró embelesado.
-Voy a ducharme-

-El baño está listo para ti, solo debes agregar un poco más de agua caliente- informó dejando que el chico se levantara para caminar hasta el baño.

Jimin se frenó de golpe en la puerta, se giró despacio y le clavó la vista.
-Lástima que ya te hayas bañado- soltó para entrar al baño sonriente sabiendo que Yoongi no dudaría en seguirlo.

Al cabo de dos minutos ambos estaban metidos en la bañera, Jimin acomodado entre las piernas de su precioso panadero. Los besos iban de dulces y románticos a lujuriosos y excitantes.
Yoongi acarició cada espacio del cuerpo de Jimin, asegurándose de pasar jabón en cada rincón.  Adorando los sonidos de placer que el otro lanzaba cada vez que sus manos lo exploraban. Para esas alturas Yoongi ya sentía que había perdido la cabeza. Necesitaba a Jimin, necesitaba sentirlo y sobre todo, necesitaba amarlo y demostrarle cuanto lo había extrañado y lo arrepentido que estaba por el mal entendido que solo él había provocado.

Por otro lado Jimin solo podía pensar en Yoongi y en hacer el amor con él, de la forma tan apasionada y romántica en que lo habían hecho tantas veces, el enojo había quedado en el recuerdo, ya no podía estar lejos del otro. Si bien todo el enriedo le había dolido, más le dolía seguir lejos del hombre que tanto amaba.

Después de analizar la situación y hablar mucho con su amigo Tae había llegado a dos conclusiones:
1) Yoongi era un tonto por no haber hablado con él, pero había algo que tenía muy en cuenta, a pesar de todo lo que creía que él hacía nunca se había separado de él ni lo había juzgado, había preferido seguir a su lado a pesar de que la situación fuese incómoda o dolorosa y eso solo demostraba cuanto lo amaba, aunque para Jimin no dejaba de ser un tonto.
2) él tampoco había sido claro, desde un primer momento había dado por sentado que Yoongi sabía a qué se dedicaba pero lo cierto es que al recordar se dio cuenta de que nunca le había contado ni cuál carrera había estudiado ni qué trabajo realizaba. Y pensándolo bien ver a tu novio subir cada día al auto de un tipo distinto que era su cliente daba pie para la mala interpretación.
Así que al ver todas las cosas que Yoongi había intentado para que él lo perdonase decidió que debía dejar de lado su enojo y volver al fin con su amado panadero porque no podía evitar extrañarlo y sobre todo amarlo, por eso cuando supo que se acercaba el viaje a Seúl pensó en la manera de invitarlo y así poder sellar finalmente su reconciliación. Claro que Yoongi se la hizo aún más fácil al decirle que quería acompañarlo.

Y ahora, ahí estaban, en un lindo hotel, en una linda habitación, los dos sumergidos en una bañera, dejándose llevar por el deseo y el amor que sentían cada uno por el otro. Ya no había forma de que no terminaran juntos.
Luego de tener el baño más excitante de sus vidas, ambos salieron del agua, Yoongi colocó una bata sobre el cuerpo mojado de su sexy vecino, se colocó una el también y con otra toalla comenzó a secar el cabello de su amado.
Jimin no podía evitar mirarlo enamorado y Yoongi le devolvía ese cariño con dulces caricias, besos románticos y palabras amorosas.

Se sentaron cerca de la mesa en un amplio sillón,  Jimin entre las piernas de su precioso panadero, se alimentaron uno al otro, entre besos y caricias y cuando Jimin mordió una frutilla que decoró de rojo sus abultados y sensuales labios Yoongi se olvidó de que era una caballero y saltó sobre el dejándolo desnudo en un segundo y acomodándose sobre él para comenzar a besarlo y a acariciarlo de manera apasionada y demandante. Sus labios unidos en perfecta sincronía, sus cuerpos aprisionados intentado que no haya distancia entre ellos. Sus manos expertas exploradoras se abrían paso sobre el cuerpo del contrario haciendo que gemidos y jadeos inundaran el lugar.
Poco a poco Yoongi fue entrando en su muy excitado novio, poco a poco podía sentir como su pene era apresado por el cuerpo del otro y se sentía bien, se sentía sumamente bien, como regresar a casa después de una extenuante jornada de trabajo, se sentía en casa, en el paraíso, en el cielo y en el infierno, y pensó que nunca más en lo que le quedara de vida dejaría de sentir eso.
Las embestidas  fueron aumentando su intensidad, el ritmo era despiadado, Yoongi siempre pensó que hacer el amor con Jimin estaba a otro nivel y lo confirmaba cada vez que estaban juntos, como en ese momento en el que tanto se habían extrañado y sus cuerpos lo demostraban fehacientemente. Cuando el orgasmo golpeó con intensidad a cada uno, ambos sintieron que de ninguna manera volverían a separarse.

Indudablemente estaban hechos el uno para el otro.

Dime quién eresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora