Capítulo 1 -El comienzo-

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¡Por fin llegó el día que tanto esperaba! Llevo meses esperando que la familia de Ron me saque de este lugar que parece más un matadero que mi casa. Bueno, quizás exagero un poco, pero es difícil no sentirme así cuando estoy atrapada en una especie de secta donde siempre me critican. Hoy es el día en que Arthur vendrá a recogernos para llevarnos al Mundial de Quidditch. Aunque en Hogwarts no he jugado ni una vez, ¡eso no significa que no me guste el deporte! De hecho soy bastante fan, pero por desgracia no se me da muy bien... Después de guardar los últimos libros en mi baúl me apresuré a bajar, sabiendo que Arthur nos esperaba.

"¡_____, baja ya, no seas maleducada!" gritó mi madre con sarcasmo.

"¡Ya voy!" respondí.

Al bajar, me encontré con el señor Weasley hablando con mi padre sobre un ventilador.

"¿Y cuéntame, señor Granger, cómo funciona este artilugio?" preguntó el señor Weasley.

"La verdad es que no tengo ni la más remota idea, lo siento Arthur," respondió mi padre. Mis padres no son muy fans del mundo mágico, sobre todo cuando descubrieron que yo era una bruja, pero las cosas se han suavizado un poco desde que descubrieron que Hermione es una bruja.

"Oh, _____, querida, no te había visto", dijo el señor Weasley, sacándome de mis pensamientos.

"Buenos días, señor Weasley," respondí.

"Bueno, ¿por qué no se van ya? Supongo que se les está haciendo tarde", intervino mi madre, evidenciando su deseo de que me marchara lo más pronto posible.

"Claro, Jean, sé que no me quieres en esta casa, pero tampoco tenías que hacerlo tan obvio", solté de repente, con todo el odio acumulado hacia mi madre.

"Emmm, señor Weasley, supongo que ya es hora de partir", dije, intentando calmar la tensión.

"Sí, sí, nos vamos ya. Un placer hablar con ustedes, señor y señora Granger", respondió Arthur rápidamente al notar la incomodidad en el ambiente.

El camino hacia la madriguera era largo, y aproveché para dormir un poco, sabiendo que en mi casa no tendría muchas oportunidades de hacerlo.

Horas después, me desperté por el sonido de la voz enfadada de mi hermana.

"_____, despierta, que ya hemos llegado", dijo, aliviando la espera de un verano que prometía ser más emocionante.

Al llegar a la madriguera, el bullicio y la calidez del lugar me acogieron con los brazos abiertos. La familia Weasley era conocida por su hospitalidad, y la casa estaba llena de vida con los hermanos de Ron correteando por todos lados. La madre de Ron, Molly Weasley, se desvivía por atender a todos, y me sentí como en casa de inmediato. Como siempre, ir a la madriguera era como resetear, unas vacaciones dentro de las vacaciones, un descanso de todo el drama en mi casa, bueno ya me entendéis.

La tarde transcurrió entre risas, preparativos para el Mundial de Quidditch y deliciosos platos preparados por Molly. ¡Es la mejor cocinera que he conocido en mi vida!. La tensión que había sentido en mi se desvaneció completamente en ese ambiente cálido y acogedor.

Nos pasamos la tarde preparando todo para el Mundial de Quidditch. Fred y George se encargaban de las bromas, en verdad estas tonerias hacían el proceso más amenos, siempre logran sacarme una sonrisa, ¡aunque el morivo de esta sonrisa sea Harry cubierto de pies a cabeza en una sustancia viscosa y verde! mientras Ron y Ginny colocaban los asientos en el jardín encantado. Mientras tanto, Molly nos deleitaba con su cocina mágica, preparando deliciosos platillos que inundaban la casa con su aroma tentador.

Después de una tarde de diversión y preparativos, nos sentamos alrededor de la mesa para disfrutar de una cena familiar. Molly nos mimaba con su comida casera, y la conversación fluía animada entre risas y anécdotas de cundo Ron era pequeño, es graciosisimo ver como se pone del color de su pelo, ¡me encanta verle tan avergonzado! Aunque creo que quien más está disfrutando de estas historias es Hermione, hmm, tendré que hablar con Harry de esto, necesitamos juntarles pero YA!

Dobby y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora