𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 IX; Algunas revelaciones

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Hubo silencio, ninguna de las dos se atrevía a decir algo, Mellie le sonrió de nuevo. Llevan haciendo eso desde que llegó a la casa. Rey también le sonreí. No quería ser descortés con ella.

Pasaron al patio trasero, donde tomaron asiento en la vieja mecedora de la casa. Earl trajo algo de jugó.

Esta vez en cambio el silencio no era tan molesto como la primera vez que se vieron después de tantos años en aquel café hace unos días.

—Lo siento. —murmuro Mellie al otro lado.—de verdad..

Rey la miro y negó totalmente. Ella, ellos eran los últimos en pedir disculpas por sus actos. Es normal que se sientan así.

—No tienes porque. Yo no he sido la persona más honesta en este lugar así que no tienes porque pedirme perdón. Soy yo quien debe pedir perdón. —Esta Mellie la escucho atenta. -soy yo la que los lastimado. Tu no, ustedes no.

—Rey, me comporte realmente mal aquel día y me siento culpable, te deseé la muerte y cuando me enteré del accidente creí que morirías y....

Rey tomó su mano, como cuando niña tratando de calmar su dolor, el "todo estará bien, no llores más".

—No tuviste nada que ver, fue un accidente. —recalcó Rey. —fué imprudente de mi parte estar al teléfono mientras conducía. Tu no eres culpable de nada y tampoco eres culpable de que decidiera irme de aquí. —Rey tomó su cabello y lo recogió para mirar su rostro.—Mellie eres la última persona que me haría daño. Lo que me dijiste fue lo que sentías y estaba bien.

Era una adulta, bella de rasgos finos, le sonrió con cariño.

—Te extrañe. -dijo Mellie. Tanto. Todos estos años.

—También te extrañe. Y lamento tanto haberme perdido de tu vida.

Ambas lloraron abrazándose.

—Te perdonó. —Mellie dijo llorando junto a Rey.

—Gracias, muchísimas gracias.

➷♡➹

No pasó mucho tiempo para que ambas hablarán sin parar, contando algunas anécdotas viejas y algunas otras nuevas. Rey fue discreta en cuanto a su vida en Nueva York, pero habló con ella sobre su trabajo, sus amigos y el lugar en general.

Mellie estaba muy sorprendida de todo, la descripción de la ciudad sonaba maravilloso. Edificios altos, mucho tráfico y gente elegante con elegantes peinados.

—No es como la ciudad de ensueños, hay cosas que cambiaría en la ciudad como el tráfico y la contaminación, pero en invierno Central Park es algo encantador. —mencionó Rey. —aunque nada se compara como los inviernos en las montañas. ¿Recuerdas?

Mellie asintió ante aquellos días invernales en las montañas rocallozas.

Y por su parte Rey escucho atenta a Mellie, el pueblo no había cambiado mucho, pero estaba muy orgullosa de que Mellie tuviera un negocio propio haciendo lo que le gustaba. Además de que le contó sobre una cita que la tenía confundida en cuanto a desicion tomar.

—Y ese Joe.

—Es mayor que Clyde, quizá algo como más de la edad de Jimmy. —bebió jugó deseando que fuera alcohol.

—Bueno, la edad no es muy importante sí lo amas y ya eres mayor.

—No diría amor, no se si es amor. —realmente estaba hundida.

—Bueno, sea lo que sea, los chicos tienen que entender. —Rey le dio ánimos.

Lo bueno fue que se guardo el tema de la prisión para ella.

Dos Bodas Y Un DivorcioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora