Capítulo 11

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Hijo de dos

- Padre por favor, quiero saber porque no me puedo acercar a su ataúd. - Habló Seokjin caminando detrás de su padre, se sentía en la necesidad de saber el porqué de aquel anuncio que le habían dado días antes, nada cuadraba en su mente, quería respuestas. 

- Hijo, ya te he dicho muchas veces que es algo que no puedes saber, por favor deja de preguntármelo tanto, no te diré lo que ocurre. - Respondió el conde Drácula sin mostrar ni un solo sentimiento a través de sus ojos, no dejó de caminar, se dirigía a una pequeña junta con otros vampiros de gran poder. 

- Tiene que ver con mi madre ¿cierto? - Preguntó Jin y al instante su padre se quedó estático sintiendo un gran hueco formarse en su pecho al recordar a su amada. 

A causa de aquel freno sin previo aviso que puso el mayor de la sala, el adverso terminó por chocar contra la ancha espalda del adverso, sacudió su cabeza un poco por el golpe y se quedó viendo a su padre quien se volteó mirando directamente a los ojos de su hijo dejando ver aquellos ojos azules, que tanto hipnotizaban a las mujeres, oscurecerse, cada que recordaba a su difunta esposa un fuerte dolor se instalaba en su pecho haciéndolo querer romper cada cosa que se cruzara en su camino.

- ¿Cuántas veces te he dicho que no hables de tu madre? - Su voz había engrosado considerablemente causando un leve temor en el menor quien, muy rara vez, había visto a su padre de esa manera, pero la curiosidad que traía encima logró que superará aquel miedo y terminará por revelarse.

- No puedes negarme el recuerdo de mi madre, apenas y puedo recordar su rostro, ¿se te hace justo eso? Nunca hablas de ella, la mantienes siempre como si fuera un pecado, ninguno de nuestra especie tiene permitido hablar de ella, no le veo la razón padre. -

- Cállate antes de que enloquezca Seokjin, no tienes permitido hablar de ella y ya, no debo darte razones de ello, debes obedecerme porque soy tu padre. -

- Y ella es mi madre, aunque ya no viva, siempre será mi madre y nunca borraré ese recuerdo que tengo. ¿Qué tiene que ver ella con el sarcófago? - Preguntó esto último demostrando la molestia en su voz, la había engrosado y su postura se volvió más intimidante, al ser vampiro esto no le costaba en absoluto. 

- No hablaremos del tema, ¡a tu habitación ahora! - Demandó el más grande intentando usar el control mental para controlar a su hijo, pero esto no pasó, cuando Jin se enojaba, cualquier magia utilizada sobre él no servía, era el único vampiro que podía hacer eso, nadie sabía porque y por esta misma razón muchos le temían y tenían respeto, a veces más respeto que al mismo Drácula.

- Soy el elegido padre, tu féretro me lo dijo hace unos días, ¡algo me ocultas y quiero saberlo ya! - Levantó su voz en esta última frase, se sentía bastante frustrado con todo lo que estaba ocurriendo.

- ¿Te acercaste a mi ataúd? - Preguntó el conde y al instante sus ojos volvieron a su llamativo color azul, la angustia invadió su cuerpo de pies a cabeza, quería impedir lo que se avecinaba, pero bien en el fondo sabía que eso era imposible, Jin tenía que seguir su legado.

- ¿Y qué si lo hice? - Respondió el menor manteniendo la misma postura dominante. - ¿Vas a castigarme? ¿Me impedirás salir con amigos? ¿O tal vez me pongas ese brazalete para anular mi poder? Tal y como lo hiciste cuando era pequeño y rompí accidentalmente el jarrón preferido de mamá, nunca has sido un buen padre, me tratas como un animal, soy vampiro igual que tú, no puedes impedirme ser como soy... - Iba a seguir hablando, pero fue interrumpido por el más grande.

- Quería cuidarte Jin, Lucifer puso una maldición sobre ti. - Habló con la voz baja y cargada de tristeza y culpa.

- ¿Qué has dicho? - Preguntó el vampiro menor sintiendo como un cosquilleo se instaló en su vientre provocando que un miedo recorriera su dermis causándole escalofríos al instante con solo escuchar ese nombre.

Seres mitológicos || Namjin +18 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora