Hyunjae describiría a Juyeon como una persona rara. Después de las primeras semanas de conocerse pudo traspasar esa actitud paranoica suya y conocerlo de verdad. Era alguien extremadamente espontáneo, pero más allá de eso había algo de él que nadie podía terminar de entender. Eso a Hyunjae le encantaba, con él aburrirse era imposible. Lo que si le aburría era no poder pasar tiempo con él por su trabajo. Era sabido que por más que su horario de salida sea a las 6, nadie se iba a esa hora. Era costumbre irse a la hora que los jefes se iban, a las 8 de la noche.
Había días en los cuales a Juyeon le gustaría poder llegar a su casa y encontrarse a Hyunjae esperandolo para dormir junto a él. Pero eso no era posible por muchísimas razones. Aún que este cansancio que venía sintiendo, esta presión, se estaba por acabar. En tan solo unos meses pudo juntar casi todo el dinero que debía y eso no era solo gracias a su trabajo duro. Juyeon había notaba como sus amigos pagaban todo lo que tuviera que ver con su hermano, sus viajes en el colectivo, sus almuerzos y cenas. También con Hyunjae pasaba algo parecido, siempre parecía estar un paso antes que él ya que todos los días que llegaba al trabajo se encontraba un tupper en su escritorio con su almuerzo. Y él estaba eternamente agradecido, pero todo lo iba a devolver. En el próximo mes ya iba a tener todo el dinero que debía listo y iba a juntarse con esa gente para darlo, esperaba que después de eso lo dejaran en paz. Pero no todo en esta vida es color de rosa y Juyeon eso lo sabía muy bien.
Había días en los que Hyunjae pensaba que se estaba ilusionando demasiado con Juyeon. Pero aún que él no lo creyera, cada vez que se veían Juyeon sentía que por fin podía relajarse. Y eso lo notó todo el mundo, entre esas personas, los padres de Hyunjae. Por lo que un viernes saliendo del trabajo el Señor Lee invitó a Juyeon a cenar ese sabado en su casa. Tanto él como su esposa pensaban que ambos chicos estaban en pareja, solo que no se atrevían a decirlo.
- Hyunnie tu padre me invitó a cenar mañana. ¿Sabías de eso?
- No Hyung, no tenía ni idea. Pero me pone contento que vengas. ¿Eric también viene?
- No, se va a quedar en la casa de Sunwoo creo.
- Esos dos viven juntos más o menos.
- Prefiero que eso a que él esté solo. De todas formas Sunwoo sabe que si algo le pasa a mi hermano yo lo mato.
- Él te tiene miedo, ¿Sabías, no?
- Si, lo se. Aún que si nos olvidamos del hecho de que es el novio de Eric, yo lo quiero muchísimo. Me tengo que ir Hyunjae, estoy muerto. ¿Te veo mañana?
- Okey, descansa. Te quiero Hyung.
- Yo también Hyunnie.
Ambos chicos se tiraron en sus camas y solo uno de ellos se fue a dormir con el estómago lleno esa noche. Mañana sería un nuevo día, eso se decía Juyeon todo el tiempo. La idea del mañana siempre era mejor que el presente, por más cosas buenas que este tenga. Este miedo, miedo que sentía en sus músculos, lo estaba matando segundo tras segundo. Pero la idea de un día nuevo le daba esperanza, esperanza que venía siempre acompañada del recuerdo de su madre. Ella hubiera querido que él y su hermano fueran felices. Lo sabía y hacía todo lo posible para que al menos Jeongin lo sea. Por suerte estaba Sunwoo a su lado y Juyeon jamás lo admitiría, pero estaba extremadamente agradecido con él. Gracias a Sunwoo, él podría trabajar y ausentarse sin tanta culpa, su hermanito no estaba solo. También por suerte estaba tan ocupado que a penas tenía permitido ponerse a pensar en estas cosas y cuando lo hacía el cansancio era tal que quedarse dormido no era un problema. Esa noche ambos chicos se quedaron dormidos rápidamente, uno con miedo y esperanza mezclados y otro con amor e ilusión. Eran dos mundos tan separados los de Juyeon y Hyunjae, sus realidades jamás se hubieran conectado si no fuera por la suerte del azar. Pero gracias al cielo que sucedió, porque ahora, quizás y solo quizás, no vivirían sus vidas viendo a los otros siendo felices en vez de a ellos mismos.
Era, por lo menos, la quinta vez que se miraba en el espejo y se cambiaba de ropa. Ya conocía a los padres de Hyunjae pero esto era distinto, sentía que estaría más observado que en su entrevista con ellos. Porque una cosa era el trabajo y otra era su hijo. Al final salió de su pequeño departamento, no por estar satisfecho con como se veía sino porque llegaría tarde de otra forma. Cuando llegó las manos le sudaba y no para de preguntarse que lo ponía tan nervioso. ¿Quizás el no saber que esperar?
- ¡Juyeon! Pasa! Mi esposo está cocinando algo que no se que es pero seguramente estará riquísimo.
- Hola Señora Lee, muchas gracias por invitarme.
- No seas tan formal, no estamos en el trabajo. Hyunjae esta en su cuarto, es aquella puerta a la derecha, cuando esté la comida los llamaremos.
La sonrisa de bienvenida que obtuvo lo desconcertó bastante y a la vez le sacó parte de su nerviosismo. No llegó a tocar la puerta del cuarto ni una vez que Hyunjae lo estaba arrastrando dentro de la habitación.
- ¡Hyung! Mirá! Estaba viendo que boludeses tenía guardadas en mi cuarto porque me obligaron a ordenar y encontré esto y pensé en vos. Este es un collar que me dejó mi abuela y ella me dijo que ese fue el primer regalo que mi abuelo le dio. Dijo que ellos tenían muy pocos recursos y esa fue la primer cosa que pudieron comprar que no sea comida. Mi abuelo dijo que sería el símbolo de una vida mejor. Pensé en dartelo a vos porque se que estás muy ocupado todo el tiempo y así cuando lo estés mires este collar y puedas pensar en un futuro mejor. Justo como el que mis abuelos construyeron.
Juyeon no pudo decir mucho, sus ojos se llenaron de lágrimas y lo único que pudo hacer fue abrazarlo. Susurraba entre lágrimas que no se lo merecía, que era legado familiar y Hyunjae lo único que hacía era abrazarlo lo más fuerte que podía. Sin que él se de cuenta Hyunjae le puso el collar en su cuello y en contra de los deseos de ambos se separaron para mostrarle a Juyeon que no había mejor persona para llevarlo. Se miraron a los ojos durante un largo rato, ambos eran un lío de emociones y no tenían ni idea de como expresarlas. Hyunjae pensaba que todas estas emociones ya las conoció con Sunwoo, pero nada se le acercaba a lo que estos ojos vidriosos le generaban. Le hacían sentir poderoso. Juyeon estaba nublado por la emoción que no se pudo contener, no pensó que quizás él no debía acariciarle la mejilla de esa forma tan íntima. Que no debía acercarse tanto a tal punto que sus respiraciones las sentían como propias. No debía sostenerle, con la otra mano, la cintura y no debía dejar que Hyunjae le acariciara el cuello de aquella forma tan sutil y tan amorosa. Pero todos esos 'no debía' ni se cruzaron por su cabeza por primera vez. La distancia era tan corta y Jisung tenía miedo de estar imaginandolo todo. No quería abrir sus ojos y no verlo a él. Quería sentir los labios de Juyeon contra lo suyos a pesar de temer lo que podría pasar después. Se mantuvo así, con los ojos cerrados y acariciando el cuello del contrario. Empezó a sentir como su respiración se volvía más pausada y más densa, como cada vez que exsalaba lo sentía más cerca. Hasta que sintió como muy suavemente sus labios se tocaban. Y se besaron de una forma extremadamente inocente a comparación de como se acariciaban y se juntaban sus cuerpos. Hyunjae pensó que podría besar a Juyeon hasta que el día terminara, pero sus padres en cualquier momento los llamarían para cenar. Y por eso, solamente por eso, se separaron. En menos de un segundo las respiraciones bruscas volvieron y sus agarres se alivianaron. En un ataque de confianza, antes de separarse por completo de él, Hyunjae le dio un leve pico en los labios.
- ¡La cena ya esta chicos!
- ¡Vamos!
Y así como así salieron del cuarto y sentaron a la mesa. Hyunjae y Juyeon estaban sentados uno al lado del otro, en la cabecera de la mesa estaba el Señor Lee y la Señora Lee estaba en frente de Juyeon. Era una mesa en la cual entraban muchísimas personas ya que solían tener muchos invitados, pero en las cenas y almuerzos entre familia se sentaban todos juntos en una punta. Charlaron de cualquier cosa, de como había sido la educación de Juyeon, como era Hyunjae de nene y brevemente lo contentos que estaban con el trabajo de Juyeon. Él se sintió tan orgulloso de si mismo, todo ese trabajo duro había servido y logró salir de la etapa de prueba para oficialmente tener el empleo. Esto le traía mucha más tranquilidad. Aún que esa tranquilidad se acabaría en el momento que salga de esa casa.
En un momento del almuerzo el Señor Lee notó el collar que traía Juyeon y no pudo evitar emocionarse al menos un poco. Gracias a sus padres él hoy tenía todos estos beneficios, gracias a ese esfuerzo que ellos pusieron y recordar sus vidas lo ponía nostálgico. Hacía mucho tiempo que no lo hacía la verdad. No tenía el tiempo.
- Hyunjae, veo que le diste a tu novio el collar de mi madre. Estoy seguro de que ella estaría contenta, Juyeon es un excelente chico.
Los dos chicos se quedaron congelados ante sus palabras. Ninguno sabía que decir, como corrigirlo. Al final Hyunjae aclaró la situación entre mucho tartamudeo y eso solo generó que sus padres pensaran que todavía no habían formalizado, pero seguían convencidos de que estaban juntos. Y eso no estaba muy lejos de la verdad de todas formas.
Después de ese día no tuvieron la oportunidad de pasar más tiempo a solas de los pocos minutos cuando Hyunjae lo iba a visitar al trabajo. Nada había cambiado en su relación, solo que si se encontraban a solas se saludaban y despedían con un beso.
El mes estaba por terminar y por lo tanto en unas semanas recibiría su paga. Con la cual terminaría su deuda una vez y para siempre. Esto lo traía muy estresado, por lo que se aisló de todo. Lo único que quería era trabajar, dormir y comer. No le contó a nadie que ya casi tenía el dinero exeptuando a sus jefes. Ellos eran los únicos que realmente debían saber. Por lo cuál Hyunjae se encontraba cada vez más decaído. No tenía ni ganas de ver a Juyeon a esta altura, pero se seguía preocupando por él. Por lo que de todas formas le llevaría, al igual que todos los días, su almuerzo.
- Hola Jaebeom Hyung, ¿Podrías por favor darle esto a Juyeon por mi?
- Claro Jae, ¿Qué es?
- Su almuerzo.
- ¿Porqué no querés subir? ¿Pasó algo entre ustedes? ¿Se pelearon?
- No, no. Sólo que él está ocupado y sería al pedo que vaya. No tengo ganas de hablar con él tampoco. Aún así necesita comer, se que si yo no le traigo el almuerzo no comería nada en todo el día.
- ¿Porqué no hablas con él?
- No parece estar interesado en hablar conmigo.
- ¿Me estas jodiendo? Ese chico te adora. Lo que si parece es que es un desastre al demostrarlo.
- Veré otro día. Chau Hyung, te quiero.
- Yo también Hyunnie.
Pasó de esta manera una semana sin que ellos dos cruzaran palabra. A pesar de que Juyeon notó su ausencia no se podía dar el lujo de hacer nada todavía, debía trabajar. Todo esto hasta el martes por la noche, cuando él junto a Sunwoo y Kevin se presentaba en el bar a bailar. Venían practicando Idol de BTS y realmente había quedado impecable. Eran excelentes en lo que hacían. Cuando su acto terminó dos canciones después Juyeon vio a Hyunjae junto al resto de sus amigos. Se acercaron los tres bailarines y fueron aplaudidos por ellos. Mientras todos cenaban, ellos dos se fueron afuera para hablar. Hyunjae se sentía frustrado porqué hasta hacía un tiempo creía que sus sentimientos eran correspondidos. Pero ahora ya no estaba para nada seguro.
- ¿Hyunjae qué pasa?
- ¿Qué pasa? Juyeon desde que cenaste en mi casa que nos volvimos más cercanos hasta hace unos días y no entiendo que te pasa. Dejaste de hablarme y de juntarte con los chicos y me estoy frustrando porque pensé que estabas interesado en mi.
- Hyunjae yo… estoy muy ocupado. Ya casi tengo el dinero para pagar. No doy más que para trabajar. Estoy cansado. Quisiera que la única preocupación que tenga sea si soy correspondido o no, pero no es así. Hasta que no pague, no voy a estar tranquilo. Tengo miedo de que algo le pase a mi hermano. Tengo miedo de que algo te pase a vos.
- ¿Porqué no me dijiste todo esto?
- No es fácil. De todas formas, hasta no estar seguro de que estoy fuera de peligro no voy seguir involucrándote. Cuando todo pase podremos hablar. ¿Estas bien con eso?
- Esta bien Hyung.
Como despedida Juyeon se acercó y le dejó un muy suave beso sobre los labios. No sabía porqué, pero lo sentía como si fuera el último. Como si nunca más podría volver a besarlo. Quizás había perdido por completo su oportunidad con él y como no, si él era alguien realmente excepcional y por lo tanto merecía lo mejor. Algo que Juyeon no podía darle.
Caminó lentamente, no tenía ningún apuro. No quería llegar, sabía lo que le esperaba y lo que probablemente le harían. Le tomó tiempo juntar el dinero y todavía no lo tenía todo. Quizás le daban más tiempo. Pero quizás no. Juyeon nunca se sintió peor que en ese momento. Todo por su padre, cada segundo lo odiaba más. Antes lo entendía, entendía su dolor y su vicio. Pero ya no. No podía entenderlo, su madre murió por él. Y ahora Juyeon hacía cualquier cosa para enmendar sus errores. Por su culpa ahora estaba involucrado con esa gente. Y muy probablemente nunca va a poder dejar de estarlo. No importaba cuanta plata le sobrara de su sueldo, nunca iba a ser suficiente para pagar. Él siempre lo supo. Todas las santas noches esos hijos de puta lo seguían a su casa y le pedían el dinero. Bueno, los primeros días nada más. Después, antes de volver a su apartamento él iba a entregarles lo que había ganado ese día. Se sentía sucio vendiendo para ellos. Se sentía la peor basura arruinando las vidas de otros como se la arruinaron a él. Tenía muy en claro que su madre estaría decepcionada. Ella siempre le enseñó que debía ser una buena persona, que debía ayudar a los demás antes que nada y defender a los que no se pueden defender a si mismos. ¿Y él que hacía? Les vendía droga para salvar la vida de su hermano. Para salvar también su inocencia. Le rompería el corazón verlo envuelto en los mismos problemas que él. Pensar que podría llegar a vivir el mismo futuro que él vivirá lo destruía. Juyeon sabía muy bien que le esperaba, sabía que él jamás saldría de ahí, pero su hermano todavía tenía posibilidad. Sabía que el día en el cuál él dejara el mundo abría alguien quien lo cuidara. Y aún que él ahora quisiera vivir su vida lo mejor que pudiera, junto a Hyunjae, no podía. No podía hacerle eso a la única persona que se había ganado un lugar en su corazón que no sea su familia. Él merecía ser feliz sin miedo, ser feliz y tener un futuro.
- Llegaste antes hoy, mira que sorpresa. ¿Cuánto tenes para darnos? Espero que lo suficiente, no querríamos atrasarnos con los pagos ¿O si?
- No me atrase nada. Acá tenes. Vendí todo.
- Mira lo que nos resultaste, uno de los mejores que tenemos. Deberías sentirte orgulloso.
- Arruinan vidas, no hay nada de lo cual sentirse orgulloso.
Ante eso el hombre frente a él dejó de contar el dinero y se le lanzó encima con un cuchillo. No le hizo nada y eso gracias a que Juyeon no se movió. Le pasó el cuchillo por toda la cara con una sonrisa sádica, pero él no tenía miedo. Ni en lo más mínimo, tenía odio acumulado y con ese odio quería asesinarlo. Pero no era capaz por más de una razón. No sólo no tenía el temperamento para ello sino que si lo hiciera no podría vivir consigo mismo, además, si sucedía su hermano corría más peligro aún. Por lo que se quedó quieto a pesar de sentir como con un poquito más de fuerza ese cuchillo cortaría su piel.
- Cuidá tus palabras chiquito.
Sorprendentemente no lo golpeó, lo dejó ir así nomas. Caminó otra vez lentamente hasta su casa. En el medio un chico lo paró y le pidió droga, pero ya no tenía y se fue. Se sintió asqueroso. Cambió su rumbo y fue hasta el río. No se quedó mucho tiempo, solo quería un pequeño momento de paz. Odiaba quien era. Lo odiaba tanto, pero se mantenía en pie por Eric. Si él supiera en quien se convirtió sería un desastre. Esa no era la persona que todas las noches sin importar a que hora llegara iba a fijarse si estaba dormido, que le hacía el desayuno antes de irse y que se preocupaba constantemente por él. Él ya no era el mismo.
Al abrir la puerta de su casa lo primero que sintió fueron los brazos de su hermano y él diciendo lo preocupado que estaba y le preguntaba si sabía lo tarde que era. Siendo sincero nisiquiera sintió los minutos pasar. Pero ya eran las 3 de la mañana. Juyeon no sabía si siquiera iba a poder conciliar el sueño por unas horas con el poco cansancio que tenía. Eric se fue a dormir y Sunwoo dijo que iba a tomar algo y después acompañarlo. Mientras lo hacía pensaba en las palabras correctas para decirle a Juyeon. Estaba preocupado por él, ultimamente parecía un fantasma.
- ¿Juyeon qué está pasando? Podés confiar en mi y si te preocupa no le diré nada a Eric.
- Estoy estresado, nada más. No importa lo que haga no me van a dejar en paz. Se que los únicos que saben esto son vos y Hyunjoon y que por eso no me han presionado con nada. Lo agradezco. Pero ya se me está acabando la voluntad.
- No tenés que hacer nada de lo que estés haciendo por ellos Juyeon. Podemos ayudarte.
- No importa cuanto ayuden nunca va a alcanzar y probablemente ya sea tarde. Me voy a dormir, me está doliendo la cabeza y solamente tengo 4 horas para dormir. Buenas noches.
- Buenas noches.
Al acostarse en su cama pensó que quizás no estaría mal ser un poco egoísta. Juyeon jamás hizo nada para si mismo, siempre actúo y vivió por otros. Quería sentir la tranquilidad de los brazos de Hyunjae y llamarlo su pareja. Quería ser feliz junto a él. Quizás después de pagar todo podría llegar a un acuerdo con District 9, ahora sabía más cosas sobre ellos y entre estas estaba su nombre. No estaba seguro, aprendió a no esperar nada de ellos. Mañana sería un dia nuevo, mañana todo podría acabar.
- ¿Señora Lee? Quería pedirle algo si no estaba ocupada.
- Claro Juyeon, decime.
- Con la paga de hoy junté la cantidad de plata que necesitaba y quería preguntarle si hoy podría salir antes para ir a pagar.
- Por supuesto Juyeon. Y mañana no vengas, te merecés el descanso.
- Muchísimas gracias Señora Lee.
Había llegado. Era un lugar de mala muerte. Nunca había estado ahi antes y quería no volver a estarlo tampoco.
- Verte siempre es una alegría Juyeon. Pero ¿no es un poco temprano?
- Vengo a pagar.
- ¿Tenés toda la plata? Pero miren eso, nos saliste obediente.
Durante todo el tiempo que estuvieron contando la plata Juyeon no podía evitar pensar. ¿Lo dejarían libre? Eso esperaba. Pero sabía que era improbable. ¿Podría ser feliz con Hyunjae? Él solamente quería decirle cuanto lo quería sin culpa, sin sentir que ponía un blanco en su espalda. Pero tampoco tenía esperanzas con eso.
- Me imagino que ahora querés deshacerte de nosotros ¿O no? Bueno te voy a dar dos opciones. O seguís vendiendo para nosotros o simplemente estás disponible para cualquier cosa que te pidamos. Como un soldado listo para servir. ¿Qué decís? ¿Te gusta la idea?
- ¿Mi hermano y mis amigos estarán a salvo?
- Pero obvio, ¿Qué crees que somos Juyeon? ¿Peligrosos narcotraficantes?
- Por favor Wongyong.
- Ellos estarán a bien.
- Entonces elijo la segunda opción.
- Me alegra.
Lo primero que hizo fue ir al colegio de su hermano y sus amigos porque era la hora de salida. Quería darles la sorpresa. No les iba a decir a ninguno que en parte seguiría trabajando para ellos, por dos razones. Primero solo Sunwoo y Hyunjoon sabían que él trabajaba para ellos y en segundo lugar porque no quería preocupar a nadie.
- ¡Hyung! ¿Qué hacés acá?
- Estamos libres de deudas Eric, ya todo acabó.
A pesar de que se sintió mal por mentirle, la felicidad de su hermano lo hacía sentir mejor. Sus ojos se llenaron de lágrimas y no pudo evitar largarse a llorar en sus brazos, al fin tenía a su hermano devuelta con él. En este tiempo se sintió tan solo por estar lejos suyo, las personas con las que más tiempo pasaba era con su novio y con Haknyeon.
Cuando los demás chicos llegaron todos se emocionaron por la noticia y se abrazaron con Juyeon. Antes de acercarse a Hyunjae su hermano le dijo que el resto los esperaría en la cafetería de la esquina para darles un momento a solas. Durante el abrazo sintieron ambos como se relajaron por fin y pudieron respirar otra vez. Se susurraron promesas eternas esa tarde que durarían, según ellos, para siempre. En esa cafetería esperaron a que Haknyeon, Hyunjoon y Jacob llegaran. Y cuando lo hicieron festejaron entre todos. Tanto Joon como Sunwoo sabían que algo más había pasado, pero le preguntarían en otro momento.
- Mañana a la noche hay una fiesta, podemos ir a festejar ¿No les parece?
- Es una buena idea Kev.
Y todos acordaron que ese sabado saldrían a festejar juntos la libertad de deudas de los hermanos Lee.
A la hora de decidir a donde ir, como siempre, Hyunjoon tenía un lugar en mente. Al llegar, aún que al principio estuvieron todos juntos, se terminaron dispersando por ahí. Las parejas bailaban y el resto charlaba en una esquina donde había donde sentarse. Parecía que en ese ambiente Juyeon y Hyunjae se sentían más cómodos para coquetearse libremente. Ambos sabían lo que hacían y sabían lo que el otro pensaba. Veían en sus miradas el deseo, pero también sabían que nada podría llegar tan lejos. Juyeon no estaba listo, si hacían algo él quería hacerlo bien. Con sentimiento, con un futuro en mente y no solo pensando en el ahora. Él sabía que eso podria pasar pronto, pero no estaba seguro si Hyunjae estaría esperando por él. Aún que en ese momento no importaba. Bailaban de la forma más sugerente posible, reían tontamente y cada tanto se besaban inocentemente. Eso era lo más raro, nada de su forma de tocarse era inocente, menos esos pequeños besos que se daban.
Hyunjae se decidió en ir a buscar bebidas para los dos. Eran personas simples, tomaban cerveza. No sabían muy bien que era ese lugar, pero había una barra y un lugar para bailar, con eso todos estaban conformes. La barra no estaba llena de personas por lo que no tuvo que esperar mucho, pero en ese tiempo un chico bastante musculoso se acercó a él estando bastante borracho. Le balbuceo cosas sin sentido, pero él sabía que no estaba diciendo nada muy agradable. No paraba de insunuarsele y a Hyunjae se le estaba colmando la paciencia.
- Alejate, tengo novio.
No le prestó ni la más mínima atención y siguió acercandose. Se lo sacó de encima un par de veces, pero era un chico grande y fuerte y no era tan fácil. A pesar de que ya tenía las dos cervezas no podía dar un paso que lo seguía acosando. Ya con el humor por el piso, cuando el pibe le tocó el culo, se sacó y le pegó una piña directamente en la nariz. Por lo borracho que estaba se tabaleó para atrás, pero no mucho más que eso.
Desafortunadamente, o afortunadamente, Juyeon vió toda esa secuencia desde lejos. Hyunjae estaba tardando bastante y se preocupó, por lo que fue a ver que pasaba. Lo que vió no le gusto nada, ni un poquito. Se acercó violentamente y alejó al chico de un empujón. Con esfuerzo, pensó en dejar todo así e irse con Hyunjae, pero si ante algo Juyeon no se puede controlar, son los insultos. El borracho denigró a Hyunjae de las peores formas imaginables llamando la atención de las personas que los rodeaban. Juyeon sabía que él podía defenderse bastante bien por si solo, ya lo demostró, pero tenía que ponerlo en su lugar.
Ahí fue cuando él vio rojo. Se aprovechó de su inestabilidad y lo golpeó algunas veces para que cayera. Con eso iba a ser suficiente para él, iba a frenar. Pero le devolvieron el golpe y eso solo lo hizo sacarse aún más de quicio. Juyeon no era alguien violento, no se metía en peleas casi nunca, pero si amenazaban a alguien que él consideraba parte de su familia no iba a haber mañana. El chico era grande, bruto y estaba borracho, no era exactamente una pelea justa. Pero eso a esta altura, no era de importancia. Muy pocas veces él lograba atinarle un golpe en la cara de Juyeon, pero cuando lo hacía, lo hacía con muchisima fuerza. Ya tenía el labio y la ceja partidas y varios moretones en las mejillas. Daba pavor mirarlo a los ojos. Su mirada de furia ya de por si daban ganas de salir corriendo, pero ver como la sangre chorreaba de sus heridas y como los moretones se hacían cada vez más grandes era un nuevo tipo de miedo. Sus manos ya estaban lastimadas y con sangre, su ropa ya estaba desgarrada, o al menos más de lo que estaba anteriormente. Juyeon era verdaderamente una de las personas más intimidantes que Hyunjae había conocido en su vida. Sin notarlo se movieron contra una pared y Juyeon lo golpeó hasta que escuchó algo que hizo crack. Terminó desmayado en el piso. La "seguridad" del lugar los sacó a ellos dos afuera y no les permitieron volver a entrar.
- ¿Estas bien Hyunjae?
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El mundo de las maravillas
FanfictionA veces la vida nos obliga a encerrarnos en nosotros mismos. Nos obliga a ser como animales enjaulados, cualquier movimiento brusco nos provoca. A veces el miedo nos controla y el dolor nos nubla el razonamiento. A veces no hay otra opción. Juyeon p...