¡Never more!

13. La ira del Waffle

Luxemburgo comienza a reírse. Portugal que estaba tan tranquilo leyendo se distrae y voltea a verlo, intrigado. Lux nota la atención repentina y no puede evitar soltar una carcajada más sonora. Bas simplemente alza una ceja en una mueca que demuestra su extrañamiento. El señorito se acerca y toma asiento junto al moreno, recargando su taza de café en la mesa.

—Ned está en problemas —declara, serio de repente. Portugal no entiende nada y se limita a preguntar. — ¿Por qué él está en problemas? —nuevamente le viene la risa floja a Luxemburgo y a Bas se le está pegando ese humor, al menos sonríe en su confusión.

—Ha molestado a alguien...peligroso. —considera finalmente y lo dice tan travieso, como si supiera la fecha, hora y día de la muerte de su hermano, y por alguna razón pareciera satisfecho con esa condena de muerte. Portugal reflexiona bastante en lo que implica que Ned esté en problemas. Así que intenta jugar al adivina quién. — ¿España? —.
Lux se ahoga un poco pero recupera rápido su compostura, aun así vuelve a sonreír macabro, —Peor —aunque le cueste aceptarlo, eso a Portugal le impresiona—. Mucho peor.

Bas tiene un poema en la cara, bastante en shock y Lux decide dar fin al suspenso. —Bélgica —responde el luxemburgués. Bebe de su taza y espera el impacto. Al luso tarda en aterrizarle la idea pero cuando llega abre mucho los ojos. —Eso es... inesperado—responde sincero— ¿Qué ocurrió? —insiste porque tiene curiosidad y desea saberlo. Hasta sonríe un poco arrogante, porque... Bel no es un angelito pero es muy dulce y romanticona, le gusta comer waffles hasta el hartazgo y no suele ser parte de las discusiones, al contrario las detiene la mayoría de las veces, así que ella no echaría bronca sin un muy buen motivo y menos a su hermano mayor adorado que tanto defiende. Lux tiene una sonrisa medio diabólica.

...

Viajemos en el tiempo a hace unas noches a Bruselas. En un cubículo una mujer cambiaba sus zapatos de oficina por taconees y esa era Bélgica, que había decidido visitar a su hermano. Y ella lo había planeado a la perfección porque la señorita responsable no suele ser así de espontánea y menos con lo que ha decidido hacer. Pues por fin le presentaría a su novio a Ned...

La chica antes de salir de la oficina seguía revolviéndose con esa idea, nerviosita. Es que hacerlo significaba mucho y no es que lo que arrastraba esta cena le molestara. Si no que temía por su amado Escocia. Bélgica se encierra en un baño y súperrápido intenta arreglarse el cabello, pintarse un poco, en si ponerse guapa. Seguía desvariando.

Escocia no se parecía NADA a los hombres que llego a llevar en el pasado, él era el tipo de persona que podía pasearse en ropa interior camino al súper y regresar como si nada con tres botellas de whisky, que de hecho ya estaría bebiendo. Ese era sin lugar a dudas Scott.

Al colocarse el rimen se manchó el parpado, se altera un poco y allí va desesperada a limpiarse provocando un desastre peor, se tarda mucho en frustrarse lo suficiente para quitarse de golpe todo el maquillaje y colocarse solo brillo labial, recoge sus cosas y se apresura, chocando con los demás por no prestar atención.

Allí va comiéndose la cabeza solita. Ned no era desinteresado pero tampoco sobreprotector. Él sabía respetar sus decisiones aun cuando no le gustaran. Lo sabía de primera mano y lo sabía bien, después de casi resbalarse es que decide que debe calmarse, repasa los pensamientos positivos y se alivia con ellos. Logra escapar de los interminables pasillos de oficina, sale del edificio y en la entrada estaba por quien suspiraba.

Scott estaba acurrucado contra un poste, en una pose cool, fumándose un cigarrillo. La ve de lejitos y ya se sonroja porque siempre le parece guapísima. Carraspea un poco para sí y permanece inmutable. La belga se acerca tensa por tardarse mil horas en salir y por hacerlo hoy pero sonríe a pesar de todo.

— ¿Llevas mucho rato esperando? —pregunta porque le apena haberle hecho esperar. Hasta se pone tímida lo que no pasa inadvertido para el escoces que quiere animarla. — Nah, tú vas bien de tiempo —declara firme y luego contesta burlón— lo que pasa es que a mí se me ha olvidado llegar tarde. Ella se destensa algo con esa respuesta riéndose quedito.

—Deberías apuntarlo para que no se te olvide —le sugiere y le dice muy orgullosa—. Me has sorprendido mucho.

Orgullosa creo es poco, igual y un poco fangirl porque el chico malo está siendo responsable solo por ella. Nota de inmediato como el otro se va poniendo tenso así que agrega apresurada en tonto provocador. —Digo... ¿Qué sería de mí si de pronto se te hace costumbre llegar a tiempo?, ¡el mundo se acaba seguro! —Scott la mira y luego hace con su cabeza un absoluto gesto de negación.

— Tranquila, solo hoy he hecho el milagro—finge reflexionar con seriedad— aunque... tal vez cuando lleguemos vuelva el agua vino pero nada de qué alarmarse—. Ambos vuelven a reír y mientras siguen parloteando es que en un instante Escocia se voltea y saca su celular, la belga le mira curiosa y nota como llama un Uber. De pronto todo le cae encima y reacciona otra vez en que hoy es...esa noche.

Según los planes de Bélgica cenarían en un restaurante muy elegante, uno que reservo especialmente la jovencita particularmente emocionada por todo el asunto. Mientras ella iba camino a su destino con el que era su apreciado novio, en alguna plaza cercana, lejos del lugar indicado se encontraba su muy querido hermano mayor.

Ned bufó de pura frustración, se encamino a un baño público, totalmente irritado. Su cabello esta revuelto y tiene la ropa hecha jirones. Está cubierto en rasguños y muy molesto mientras una gran cantidad de gente le observa y murmura a sus espaldas. Azota la puerta del baño y abre la llave. Toma papel del dispensador y humedece un poco para cubrirse sus heridas, gimiendo del dolor en el proceso.

Todo estaría bien si tan solo este día no hubiera sido una maldita serie de eventos desafortunados. El holandés suspira cansado, todo empezó mal para ir empeorando cada instante, se lamenta tanto de haber salido de casa que pareciera que el espíritu de Suiza lo ha poseído. Y es que supo que era un mal augurio que Polonia apareciera de la nada decidido a utilizar su impecable cocina. Lo que solo causo un gran desastre que casi le provoca un infarto al intentar limpiar las temibles manchas.

Perdió la noción del tiempo y aún muy nervioso por el campo de batalla en el que se convirtió su antes brillante, pulida, magnifica cocina (Discúlpenlo, fue un golpe muy fuerte para él pobre neerlandés) tuvo que apresurarse para preparar sus cosas y salir, pues esa noche tendría una cena con su hermana Bélgica.

Lo que no parecía transcendental en su vida, incluso hubiera considerado el llegar tarde con tal de ordenar todo y dejarlo limpio, al fin y acabo seguro su hermanita lo entendería pero no le quedo de otra más que suspirar resignado. Recordando la extraña actitud que tuvo Belbel al citarle:

—Hoy. Em bueno esta n-noche no estaremos solos. —Le soltó agobiada— Y- yo invite a alguien. En esa ocasión Bel corto de forma abrupta aquella llamada con la que le había citado (ordenado) a cenar. Lo que sin duda dejo a Ned picado ante el particular nerviosismo con el que ella le había hablado, especialmente al estar tan alterada con algo tan sencillo como una cena.

Era cierto que no era extraño verla apresurada o preocupada, tenía mucho trabajo como representante de su país y solía intentar en vano mantener el orden en la unión europea pero aquel discurso enredado, era raro y eso le hizo preocuparse por su hermana. Al menos en la noche descubriría el porqué de esa actitud tan anormal.

Pero lo que esehombre rubio de aspecto ecuánime que guardaba su pipa y arreglaba su ropa conesmero para la gran reunión con su apreciada hermana belga no sabía era la granlista de catástrofes que le perseguirían desde el minuto cero en el que cruzoel umbral de la puerta. Ahora déjenme decirles de gran travesía que comenzó conun detalle del que no se percató pero eso ahora mismo era un misterio para Nedy lo será aun para nosotros.       
...
Escrito durante el año que detuvo al mundo: 2020.