El ambiente de aquel lugar era sofocante, entre el humo y el calor
de Los Ángeles apenas podía respirar.
La única parte con algo de paz era su habitación, junto a la de la
mujer del jefe, cortesía por ser la inquilina más silenciosa.
Eran cerca de las cuatro de la mañana, hora en la que los
drogadictos y hombres precoces duermen.Perfecta para ducharse y robar comida con la compañía de personas inconscientes y vómito.
Apresurada camino directo a su habitación deseando no encontrarse
a nadie.El chirrido de la puerta contigua la sobresaltó.
De la habitación salió Mello con el cabello despeinado y algunas
manchas de labial.
Siempre le pareció raro lo poco interesado que estaba en las
prostitutas, ahora sabía el porqué.
Levantó la vista sobre su hombro e hizo como si no lo hubiera
visto, no quería tener problemas, se acercó a su puerta sin
prestarle atención.
Se detuvo detrás de ella, esperando algo.Kath,inquieta se mordió
la lengua y se giró esperando una amenaza.
La miró intensamente, con la tenue luz sus ojos azules tomaban
tonos verdosos.
No decía nada.
-¿Necesitas algo?-Soltó algo incomoda.
La evaluaba, como una maestra considerando si tu ropa es apropiada para la escuela.
Satisfecho se marchó sin decir nada, menudo raro.Desde que llegó había un ambiente de drama, no solo la forma de vestir que hacía resaltar su pálida piel entre todo el cuero café oscuro o su
juventud, estaba segura de que no pasaba de los veinte.
La manera de hablar y su clara procedencia inglesa, acompañada de astucia y belleza le daban aires de extravagancia, como una
pintura gótica.
Prostitutas y matones lo miraban con intriga y deseo, con ganas de complacerlo.Tenía un gran magnetismo,no sabía si era su clara
motivación de atrapar a Kira o todo el drama que cargaba consigo, de alguna u otra forma le inquietaba.
Demasiado para ella.
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Headless Monarc
FanfictionTras la tragedia de la gran casa, las sobras de la familia tuvieron que renacer de la ceniza. La mentira, duda y traición son el pan de cada día en el bajo mundo. La victoria está llena de vergüenza aunque alce la cabeza del rey en alto. En esta his...