Capítulo 6

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No puedo creer lo que mis ojos observaban, es Luis, el mejor amigo de mi hermano. Es él y está sano.

«¡¿Qué hace aquí?! ¿Dónde estuvo todo este tiempo? ¿Por qué le llaman príncipe Sebastián? ¡Por dios! ¿Qué rayos está sucediendo?»

Luis se adentra a una habitación acompañado de Marcos, sigilosamente me aseguro de que no haya nadie en los alrededores y me acerco a la puerta, se escuchan voces y pego mi oído a esta para oír mejor.

—Sebastían todo ha salido mal, tu hermano la ha reclamado, ahora es su concubina —anuncia Marcos.

«¿Su hermano? Así que es cierto, Luis es el príncipe Sebastián. Pero, ¿por qué nos mintió?»

Se oye un estruendo, como si alguien golpeara una superficie llevado por la ira.

—No lo permitiré, no hice todo esto para qué Eric la tome como una más de sus amantes
—responde quién ahora sé que es el príncipe Sebastián.

—Sigo pensando que no fue buena idea el traerla aquí así —reprocha Marcos.

—No tenía alternativa, sabes bien que no puedo abandonar mi mundo, mi existencia fuera de aquí no es posible, además tengo responsabilidades, y antes de que lo meciones, renunciar a ella no es una opción.

—Amigo, pero no le dejaste decidir.

—¿No lo entiendes aún? No estoy dispuesto a ceder, yo no he calentado mi cama con una mujer distinta cada noche como Eric, es a ella a quien quiero, y es a ella a quién tendré. Elena será mía, tenga que hacer, lo que tenga que hacer.

Mi respiración me abandona, no puede ser cierto. No, esto no está ocurriendo. Sin pensarlo dos veces abro la puerta de un solo empujón y entro a la habitación llena de rabia. Sebastián y Marcos posan sus sorprendidas miradas en mí.

—Elena... —Sebastián no reacciona a hacer algo que no sea mirarme con sus ojos muy abiertos, no sabe que decir.

—Hola Luis —le digo con una sonrisa irónica—. Oh, lo siento, que modales los míos, esa no es forma de dirigirse a la realeza. Mis disculpas príncipe Sebastián. —Mi rostro se deforma, estoy furiosa.

—Si me escuchas lo vas a entender todo..

—¿Entender?¿Qué debo entender? ¡¡¿Qué eres tan egoísta como para alejarme de mi hogar y traerme aquí en contra de mi voluntad?!! ¡¡¿Te has puesto a pensar en lo que hiciste?!! ¡No solo me afectaste a mí, arrastraste conmigo a mis hermanos!

—Fue la única manera, no te despegabas de ellos.

Mi ojos se llenan de lágrimas y decepción

—¿Cómo has podido? Nos alejaste de nuestros padres, nos condenaste a vivir en un mundo al que no pertenecemos. Mi hermano te tenía como su mejor amigo. ¿Llegaste siquiera a estimarlo en algún momento?

—Claro que sí, aún lo hago, Samuel es mi amigo. Elena yo no quería que esto fuera así. Cuando Samuel te presentó y te ví por primera vez quedé atrapado. Traté de evitarlo, luché con todas mis fuerzas por sacarte de mi cabeza, pero no pude. Me estaba volviendo loco, me gustas demaciado, estoy dispuesto a demostrarte lo importante que eres para mí.

Niego con la cabeza.

—No puede ser...

—Tú lo sabías, nunca lo escondí, más evidente no podía ser, yo...

—Yo no te gusto, es solo un capricho de un niño mimado, acostumbrado a obtener todo lo que quiere. ¡Arruinaste nuestras vidas por satisfacer un capricho!

El Reino de los ElfosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora