Summary: Porque el amor no es amabilidad. Y nunca se da del modo que uno quiere.
Portada hecha por: @KatuSegura1
Me encanto. Muchísimas gracias.
Disclaimer: Historia basada en el relato de Perséfone y Hades.
*.◦ °◦✯◦°◦*◦ °◦✯◦°◦.**.◦ °◦✯◦°◦*◦ °◦✯◦°◦...
No tuvo más opción; así que ella y Luka pasaron numerosas horas cada día. Su madre dejaba que Luka la siguiera por los campos, aplastando las flores con sus nada cuidadosos pasos y hablando sin parar sobre la importancia de ser un dios. Era cierto que era radiante, no solo en aura, sino también en apariencia y comportamiento. Tenía una bonita sonrisa, y era atractivo pero era demasiado para Marinette. Era como mirar directamente al sol – cegador e incómodo.
—Creo que debemos ir al lago. —Luka sugirió cuando vio a Marinette prestarle más atención a las flores. —O quizá... ¿Te gustaría que vayamos a mi casa?
Marinette estaba al tanto de la naturaleza sexual tras las sugerencias de Luka, pero las ignoró. Se alejó de él y empezó a ir a otra parte del jardín, esperando que el otro la dejara en paz. Su madre constantemente la había comparado con una flor, una que florecería bajo el afecto de Luka, pero ella podía sentir que estaba marchitándose con toda esa atención. Luka era todo un contraste de Adrien, y mientras más coqueteaba y trataba de acercarse a ella, más deseaba Marinette que Adrien volviera a verla.
—Me gusta tu jardín. Es un reflejo de la vida y todos sus encantos. —Luka dijo tan pronto como llegó al lado de Marinette. Sacó una flor del jardín y la movió entre sus dedos. —De cualquier forma, tú, cariño, eres la flor más perfecta d-
—Gracias. —Marinette dijo cortantemente antes de apretar los labios y tomar la flor. Se alejó de su pretendiente y miró la llama del bosque – el cual ahora estaba en pleno florecimiento. Brillantes flores escarlata decoraban sus ramas, y Marinette soltó un suspiro de admiración.
«No, ella no podía ser tan perfecta como la naturaleza ya que sentía que desaparecía sin Adrien. »
Ciertamente no se sentía hermosa, y los halagos vacíos de Luka no hacían nada para hacerle sentir mejor. Cada vez que Luka la tocaba, le enviaba escalofríos por el cuerpo – y no en el buen sentido – sintiendo asco.
Estaba muy al tanto de lo que Luka quería, y ciertamente no era amor.
—¡Cariño! —Marinette giró, y su madre fue hacia ella y Luka, su oscuro cabello se movía tras ella. Una sonrisa brillante decoraba su rostro, haciéndola lucir más hermosa de lo que era. —¡Debemos celebrar!
—¿Celebrar qué? —Marinette preguntó. Miró a Luka, y la forma confiada en la que el otro sonreía estaba haciéndole sentir más desconcertada.
Su madre miró a Luka.
—¿No se lo has dicho aún? —movió la cabeza, sonriendo. —Habrá una fiesta en honor a Luka, y él me pidió permiso para ser tu cita esta noche. Desde luego dije que sí así qu-
—¿Qué hay de mi permiso? —Marinette preguntó secamente. Mantuvo su mirada en su madre, con la ira flameando en sus ojos. —¿Para ustedes no significa nada lo que quiero? Me niego a ir. No permitiré que me usen así.
—¡Marinette!
Movió la cabeza y pasó de largo a Luka y su madre; ignorando los pedidos de su progenitora diciéndole que regrese.
✩ ─── 「 ༺☪༻」─── ✩
Marinette seguía encerrada en su habitación, sin molestarse en responder a la puerta o quitarle el pestillo. Sabía que estaba siendo inmadura, pero no había otra forma de encontrar otro escape a su madre. Se negaba a caer en el chantaje emocional de su madre, así que solo cerró los ojos y soñó que estaba en otro lado.
Soñó que estaba con Adrien.
Aún le dolía que Adrien no hubiera ido a verla, pero entendía. El otro dios no podía acercarse a ella en público. Con su madre vigilando cada uno de sus movimientos, y prácticamente con todos los dioses estando conscientes de quién era, no había duda que habría un drama si Adrien se acercaba a ella. Su madre se la llevaría de la casa, y Adrien sería obligado a regresar a sus dominios.
Marinette miró por la ventana, fijando sus ojos en la oscura noche que bañaba el horizonte. Su corazón sintió el anhelo de regresar ahí. Y antes de poder pensar que su madre quizá estaba por el pasillo, abrió la puerta y salió. Se aseguró de ir lento, y tan pronto como estuvo fuera, se dirigió hacia el bosque.
La noche estaba tranquila, pero mística. Era como si las estrellas brillaran más en el cielo, y parecía haber algo jalándola en dirección de donde había visto a Adrien hace días. Sus pasos eran lentos, y cuando se acercó al bosque, de súbito se dio cuenta que había alguien siguiéndola.
Giró, y fue entonces que se dio cuenta que Luka estaba a unos pasos de ella. Marinette se quedó quieta, insegura de qué hacer, y Luka siguió caminando hacia ella. Fue solo cuando el otro dios estuvo cerca que Marinette se dio cuenta que Luka estaba ebrio debido al vino.
—¿A dónde vas? —Luka preguntó. Vio por encima del hombro de Marinette hacia el oscuro bosque antes de mirar a la chica. —¿Por qué estás caminando por aquí tú sola?
—¿Por qué estás aquí? —Marinette preguntó, tratando de dispersar la atención. Dio un paso hacia él. —Deberías regresar-
Luka frunció el ceño, entrecerrando los ojos.
—Vine aquí a verte, pero noté que te ibas de tu casa, así que te seguí. ¿Por qué estás tú aquí? ¿A dónde vas?
—Quiero estar sola- —Antes de que Marinette pudiera retroceder, Luka sujetó su muñeca, jalándola hacia él.
—Te regresaré-
—¡No quiero regresar!
Fue como si el rechazo de Marinette golpeara con fuerza a Luka, ya que los ojos del otro dios se entrecerraron.
—¿Sabes lo hastiado que estoy de todo esto? Nunca he tenido que soportar tal comportamiento por mucho tiempo. Si quiero algo, lo obtengo. —Siseó con voz amenazadora. —Ya me harté de tus jueguitos, mocosa consentida. —Se acercó a Marinette con intenciones de besarla, pero ella movió el rostro para evitarlo. Forcejearon, y Luka trató de llevar a Marinette a una posición débil, pero ella peleó, eventualmente golpeándolo lo suficiente como para hacerle retroceder, y antes de que pudiera reponerse, huyó hacia el bosque.
Pudo escuchar a Luka corriendo tras ella, gritándole que regresara, pero Marinette se negaba a detenerse. Su corazón latía desesperado, y aunque las ramas de los árboles estaban golpeando su rostro y trastabillaba en la oscuridad, no se detuvo. No sabía a dónde estaba yendo, pero sabía que tenía que alejarse – de su madre, de Luka, del único mundo que conocía.
Marinette chocó contra una fuerte figura, y luego cayó al suelo, el miedo apretaba sus entrañas. Alzó los ojos, lista para hacer algo, pero la acción se quedó a medias cuando vio a la persona frente a ella.
—Ven conmigo. —Adrien estiró la mano y Marinette la sujetó con fuerza, sus ojos no creían lo que veían hasta que sus dedos estuvieron entrelazados. Y en cosa de segundos, desaparecieron.
Continuará...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
