Capítulo 28

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Fleur estaba feliz por su boda, faltaba casi 2 meses para convertirse en la señora Weasley, estaba preparando todo lo que iba para la boda, pero ese día específicamente, se sentía con una opresión en el pecho, ella no se sabía el motivo de ese sentimiento, pero en el fondo, no lo quería saber.
Se había ido a dormir, su cuerpo gritaba descanso, antes de acostarse tomó una camisa de Bill y la olió, ese olor a perfume que tanto le gustaba, y como siempre hacia, se la colocó cómo pijama, se acomodó en la cama y se quedó dormida.
Estaba en un campo, con un vestido corto de flores, ella corría, no sabía a dónde, pero algo decía que lo hiciera, al llegar a un punto se detuvo bruscamente, ahí parado estaba un pelirrojo muy familiar para ella, se acercó a esa persona.
-¿Bill?
Él se volteó y le sonrió, una sonrisa cálida, que le calentaba su alma, ella se acercó y le tomó una mano, con la otra tocó su rostro, sintió esa mano húmeda, al verla, estaba llena de sangre, ella se asustó, el rostro de su novio se estaba empapando con ese líquido rojo, y poco a poco su prometido fue evaporándose.
-¡¡¡Bill!!!-, gritó sobresaltada la rubia.
Se acomodó en la cama, no había rastros de su novio, se dirigió a la ventana, ya era de noche, tomó su varita y conjuró un tempus, eran más de las 9 de la noche, se estaba asustando, ella sabía que algo malo estaba a punto de suceder y lo confirmó cuándo abrieron la puerta de la habitación.
-Bill está herido, hay que ir de inmediato a Hogwarts-, dijo Molly Wesley.
Fleur quedó impactada por la noticia, a partir de ese momento, empezó a moverse como si ella no tuviera el control de cuerpo, su mente estaba bloqueada.
Cuando llegaron a Hogwarts, sentía que estaba caminando en las nubes, en el fondo no quería enfrentarse a la verdad, ¿Y si Bill estaba muerto?, ¿Cómo viviría si su novio estaba muerto?, trató de alejar esos pensamientos, cuando llegaron a la enfermería vio a varias personas reunidas, y a su mayor temor realizado, su amor tendido en una cama de enfermería, todas las miradas estaban centradas en ella, quería gritarles que no la miraran, que la ignoraran, deseaba que todos se fueran, por primera vez deseaba pasar desapercibida, sabía que todos estaban esperando que saliera corriendo, pero no, no lo iba hacer, y si quisiera tampoco podía, su cuerpo no obedecía, hasta que vio a Ginny sobarle la cara a Bill.
- Pobre Bill, que vino a pasarle esto, cuando iba a casarse.
Esas palabras activó algo en Fleur.
-Se puede sabeg que significa eso de que «iba» a casagse.
-Nada, pues yo... este... pensé que dada la situación...,- empezó a decir la menor de los Weasley.
-Yo no iba a seguig con la boda, o que iba a salig cogguiendo, PUES NO-, empezó a gritar ella-, para que Bill me deje de amar se va a necesitar más que mogdedugas, al contraguio de la opinión suya, yo no estoy con él pog su belleza, estoy con él pogque lo amo-, hasta esas alturas ella ya estaba a punto del llanto-, dame eso, ya lo hago yo-, y con un poco de brusquedad la quitó de donde estaba, y empezó a aplicarle el ungüento a su novio.
Hubo un silencio incómodo, Fleur estaba tan entregada en aplicarle la crema a su novio, por lo poco que había escuchado, Bill había sido atacado por un hombre lobo, no iba a convertirse en uno, pero obtendría ciertas características, por ella, él se podía convertir en un mago oscuro, y todavía lo seguiría amando.
-Mi tía Muriel tiene una diadema, es muy hermosa, ella ama a Bill con locura, mamá le puede mandar una carta para que te la preste-, dijo Ginny, como si la francesa fuera un campo minado, y un mal paso, haría explotar todo.
-Seguia un placeg-, dijo con un tono de voz cortante.
Y en contra de todo pronóstico se abrazaron, un abrazo que ella sintió reconfortante, dónde sintió que le transmitía fuerza, algo que en esos momentos necesitaba.

Nunca digas nunca: Bill y FleurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora