Capítulo 8

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En ese momento solo se dejó llevar por su corazón, ese músculo traicionero que a veces hace cosas sin permiso. Miro a todos en la sala para luego regresar su vista a Victoriano, le dio una sonrisa y le habló.

Si mi gordo, una y mil veces sí, claro que acepto ser tu esposa, - Victoriano le puso el anillo y se besaron mientras todos los trabajadores gritaron de felicidad.

Me habías asustado morenita,

Perdón es que me tomaste de sorpresa

Ese anillo era de mi madre, ella me lo dio antes de morir para la mujer que fuera digna de llevarlo

Esta hermoso mi amor, te amo tanto

Y yo a ti mi morenita, ya no podría vivir sin ti

Victoriano quiero que me prometas algo

Lo que sea mi morenita

Prometeme que pase lo que pase, nunca me dejaras, - le pidió algo nerviosa, - prometeme que no importa cual sea la situación me buscaras para aclarar las cosas antes de sacar conclusiones

Porque quieres que te prometa eso, acaso me ocultas algo, - pregunto algo curioso

No mi gordo, es solo que me muero de miedo de que me dejes, - solto rápido para que Victoriano no sospechara

Eso no pasara y si te deja mas tranquila te lo prometo, - le dijo levantando su mano izquierda mientras ponía la derecha en el corazón.

Gracias mi vida, - se puso de puntitas y le dio un beso tierno demostrando todo el amor que sentía.

Ese día decidieron no ir a trabajar y pasarlo juntos celebrando su compromiso. Primero fueron a hablar con la tía de Elena, la cual estaba feliz de ver a su sobrina tan contenta pero por dentro tenía sus reservas. Después de hablar con su tía, y de que Victoriano le pidiera formalmente la mano de ella, se fueron al pueblo a pasar el día. Cuando llegaron al pueblo se llevaron la grata sorpresa de que había una feria.

La feria tenía un ambiente muy ameno, muy festivo, todos corrían de aquí para allá como locos. El sol brillaba en el cielo con todo su esplendor creando una especie de aros de luz entre las nubes. Victoriano y Elena subieron a todas las atracciones que allí había, parecían dos adolescentes en su primera cita. Pasaron por varios kioskos donde Victoriano ganó varios peluches para Elena. De momento ven a un vendedor de algodón de azúcar y Elena no pudo evitar las ganas de comer uno.

Gordo, quiero uno de esos, - le dijo a Victoriano quien sonrió al ver la cara de niña que puso

Para mi morenita lo que sea, - le compro un algodon de azucar, - aquí tienes mi vida

Gracias gordo, eres el mejor, - y sin aguantar más le dio un gran bocado

Suave Morenita, - hablo Victoriano entre risas

Está delicioso ¿quieres probar?

Si pero damelo en la boca, - pidió él con picardía

Umm delicioso, - él también le dio en la boca a ella

Mi amor gracias por este dia, ha sido un dia hermoso, te amo

Gracias a ti por compartirlo conmigo, y yo también te amo mi morenita

Se sentaron en una banca a comer algodón de azúcar, mientras comían hablaron de la boda y de ciertos detalles de la misma, estaban tan emocionados y felices que no notaron que alguien los veía a lo lejos. Cuando terminaron de comer, siguieron disfrutando de la feria, se estaban divirtiendo tanto que no querían irse. Elena fue al baño unos minutos mientras Victoriano se quedó en uno de los juegos.

Cuando salía del baño se encontró con alguien que hizo que se pusiera más blanca que un papel.

Inesita como estas, - le habló con esa voz sarcástica que siempre lo caracterizó

Loreto, - fue todo lo que pudo decir

Porque tan nerviosa, acaso aún sientes cosas por mi, - le pregunto con un tono de ironía

Ines sabía que no podía decirle la verdad, <<porque demonios tuvo que aparecer ahora>> pensó. Ines pensó en una respuesta pero nada venía a su mente, estaba tan mal por la presencia de ese hombre que no lograba pensar claro.

- no te creas tan importante, yo por ti ni lastima siento, - le espetó con enojo

- ¿Estás segura? - se acercó a ella y la beso.

Elena estaba tan sorprendida que no se separó de inmediato, pero cuando lo hizo le dio una sonora cachetada que le dejó el cachete tan rojo como un tomate

- nunca en tu maldita vida vuelvas a hacer algo como eso, - le grito mientras se sobaba la mano

Después de eso salió corriendo de ahí, no paró hasta llegar a donde estaba Victoriano. Se detuvo unos segundos para calmarse un poco y que él no se diera cuenta de lo que pasaba.

Victoriano no me siento bien, nos podemos ir, - le habló tratando de ocultar sus nervios

Que tienes mi morenita

Nada mi amor, es que han sido demasiadas emociones en un día y estoy cansada

Entonces vamos para que descanses, - le dijo no muy convencido

Todo el camino de regreso Elena se la paso pensando en Loreto. << Que demonios hace aquí, porque apareció justo ahora>> esa y otras preguntas más venían a su cabeza, de momento la voz de Victoriano la sacó de sus pensamientos.

En qué tanto piensas morenita

Nada mi vida, solo que aún no puedo creer que vaya a ser tu esposa, - le dijo nerviosa

Si yo tampoco me lo creo, gracias por hacerme tan feliz

No mi amor, gracias a ti por devolverle a mi corazón las ganas de volver amar.

Aprovecharon que estaban en una luz roja para darse un pequeño beso, estaban tan concentrados en el beso que no se dieron cuenta que alguien los seguía. Victoriano dejó a Elena en su casa y se fue a la hacienda. Elena aprovechó para contarle lo que pasó a su tía.

Tía a que no te imaginas a quien me encontré en la feria

Ni idea mijita, pero debió ser alguien de tu pasado porque tienes una cara

Me encontré con Loreto, no sabes casi me desmayo de la impresión

Pues no era para menos, y que paso

Me saludo, y como me puse nerviosa se atrevió a decirme que si aun lo quiero, me enoje tanto, pero lo peor no fue eso, se atrevió a besarme

Que?, y me imagino que le reclamaste

No solo eso, le si una cachetada que lo deje rojo

Bien hecho mija, y Victoriano que dijo

Pues nada porque no estaba cerca y no nos vio, y yo no tuve el valor de contárselo

Elenita ya son muchas mentiras y cuando se entere te va a pesar

Lo se tía, pero tengo miedo de perderlo, lo amo demasiado mas de lo que alguna vez creí amar a Loreto

Lo se lo puedo ver en tus ojos, pero escucha mi consejo, recuerda que el que no oye consejo no llega a viejo

Tienes razon tia, mañana mismo le cuento todo y que sea lo que Dios quiera

Es lo mejor mi niña, ahora intenta descansar que mañana sera un dia dificil para ti, - y que razón tenía la tía porque a Elena se le avecinaba una tormenta.

<< A veces callamos por miedo a perder lo más querido>>

Este capítulo se lo dedico a todas y cada una de ustedes que leen y siguen esta historia, gracias por los lindos comentarios, gracias por sus votos pero sobre todo gracias por leer mis historias!! Las quiero mil ❤️❤️
Gracias iBrenduPerez te amo 🥰

Amor BravioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora