Un día cualquiera.

73 5 2
                                    

Llegué a casa a las diez, tras un día de trabajo agotador, bueno, como todos. Llevaba en la oficina desde las ocho y media, pero ese dia nada me importaba. Mi mujer me esperaba, y los niños dormían en casa de unos amigos. En ese momento, solo pensaba en llegar a casa y tener un poco de sexo con Marta, bueno, un poco no, follarmela bien.

- ¿Qué tal el día cariño? - Me dijo ella

- Pff agotador, solo quería llegar a casa y pasar toda la noche contigo, ya sabes... Jeje.

- Emm... Cariño... Estoy en esos días...

- ¡Joder! ¡No puede ser!

En ese momento solo quería descargar un poco las pelotas y relajarme, pero me tuve que joder. Nah es coña, me fui a hacer un Bladimir, pajilla y a dormir. Pero en mitad de la acción, entro mi mujer en el baño y me pilló.

- ¡Javi! ¡¿Qué haces?!

- Lavarme los dientes no te jode...

- ¿Por qué haces eso?

- Pues a ver, porque tenia los cojones como dos globos de Dora la Exploradora.

- Tío eres un salido mental.

- Ya pero... En la salud y en la enfermedad, ¿recuerdas?

- Hoy duermes en el salón, por gilipollas.

- Vale.

Estaba esperando a que saliera.

- ¿A qué esperas? Me dijo.

- Pues nose... Si te parece no me la acabo.

Me llevé una hostia, aunque tampoco me sorprendió. Me fui al salón y me la tuve que acabar allí. Finalmente, Marta me perdonó y me metí con ella en la cama. A eso de los diez minutos, empecé a restregar cebolleta, y me llevé otra hostia.

- Tu tonto no eres, ¿no?

- A ratos.

Como comprendereis, ese día no dormir en el sofá. Dormi en el felpudo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 14, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Memorias de un salido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora