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Capítulo 4.
Devil Church.

Melissa
No sabía que hacer al ver todo lo que estaban haciendo, quedé petrificada y mas aún cuando el Cardenal me vió, –Dios- pensé literalmente.
Cómo pude salí corriendo de allí hacía mi habitación para no volver a salir.

-¡Melissa, espera!— escuché al cardenal a lo lejos -¡Espera!- hice caso omiso y seguía corriendo por los pasillos.
Trate de cerrar mi puerta pero él puso su pie y no podía cerrar –Te lo voy a explicar Meli, por favor- suplicó.
–¡No!, No quiero saber nada de ti y de  las cosas que hacen aquí- dije mientras lloraba de desesperación. No pude poner más fuerza sobre la puerta así que me fui corriendo hacia la esquina de la misma y sentarme en el piso, él, por supuesto entró, pero en la mesita tenía unas tijeras de punta –¡No te me acerques!- le dije apuntandole y amenazándolo.
–Ok, ok, baja eso por favor, solo quiero explicarte el porque, no es que lo hagamos siempre, nadie de ustedes sabe-  me decía mientras se sentaba frente a mi con una distancia considerable.
Solo abrace mis piernas y lo veía con odio.
–Te explicaré... no es nada malo, en realidad, todos tenemos un Dios, ¿no?, un maestro... nosotros servimos y seguimos a Satanás, lucifer es la luz del camino y Satanás nuestro señor él es el que nos da la fuerza, nos ayuda... tenemos que... de vez en cuando agradecerle, pero por favor, por lo que más quieras, no le digas a nadie mas, ¿está bien?
–Esta bien- dije entre sollozos, el intentó acercarse a mi pero me quité.
–Entiendo, necesitas procesar todo, yo a tu nivel también lo tuve que hacer, lo siento, descansa- dijo mientras retrocedía poco a poco y cerró la puerta detrás de él, yo corrí y puse el seguro, me recosté en mi cama mientras trataba de entenderlo y me quedé profundamente dormida de nuevo.

C. Copia
No pude conciliar el sueño toda esa noche, estaba tan nervioso de que Melissa le dijera lo que vio a alguno de los aprendices. Me levanté de mi cama, para darme una ducha rápida y salir a vigilar a Melissa, claro que lo haré ya que no quiero que esto se arruine por mi culpa.
Al salir ví a varios aprendices por los pasillos, trataba de encontrar a Melissa entre ellos hasta que la encontré al fondo, apenas saliendo de su habitación, allí ya la estaba esperando Lea? Creo así se llama, la saludo y siguieron su camino. Me escondí entre uno de los muchos pasillos.
-¿Todo bien?
-¿Ehm? Si, si todo bien, solo que no pude dormir bien tuve una pesadilla.
–Oh está bien pensé que era algo peor–
Es lo único que escuche de la conversación entre ellas mientras veía como se alejaban hacía el comedor.
–¡Mierda!, Debo desayunar– me dije mentalmente y por ende tenía que pasar por dónde estaban ellas, apresure el paso hasta alcanzarlas.
–Buenos días señoritas.
–Buenos días Cardinal- contesto Lea
–Las veo en clase- les dije mientras les guiñaba el ojo, aunque esa acción era más inconscientemente para Melissa.
-Nos vemos- contesto de nuevo Lea, Melissa solo agachó la mirada.

Melissa
Sabía que no podía decirle nada a Lea aunque quizás sepa algo pero no quería arriesgarme. Tomé mi desayuno y nos sentamos en la misma mesa de siempre, Lea me estaba contando sobre su familia, pero no le hice caso, ya que estaba viendo a lo lejos a Cardinal mientras a mí se me volvían las escenas de anoche, los gritos desgarradores de aquella mujer desconocida.
Cardinal solo me veía con nerviosismo tratando de ocultarse entre todos
-¿Estas bien? ¡Ey Melissa!-decia Lea mientras pasaba su mano frente de mi.
-Si, estoy bien.
–¿A quién vez? Oh ¿Cardinal Copia?- me decía mientras me daba un codazo.
–¿Que? Ahhh no, claro que no- conteste rodando los ojos –Solo que tengo sueño, recuerda que no dormí bien.
–Es broma Meli, anda, terminemos-
Dejamos las charolas en su lugar y fuimos hacia nuestras habitaciones para después ir a clases.

Donde me metieron mis papás- pensé.

Durante clases no me pude concentrar, solo sentía miedo tener enfrente a aquella persona, sentía esa tensión entre él y yo o quizás entre toda la clase, no lo veía explicar bien como otros días, estaba a punto de entrar en llanto de lo aterrorizada que estaba.
–Disculpe, no me siento bien ¿puedo salir un momento?- dije mientras levantaba la mano
–Claro Meli, adelante.
–Sali casi corriendo de allí para irme al baño, me apoye en el lava manos y me ví al espejo, detrás de mi podía ver unas personas vestidas completamente de negro y máscaras plateadas, abrí y cerré los ojos y ya no estaban, no habia nada ni nadie solo yo. Lave mi cara y manos, las seque y salí lentamente de allí esperando a que se acabara la clase para poder encerrarme en mi habitación de nuevo.
–Oh, estás aquí- decía alguien atrás de mi, era Cardinal. Voltee asustada –Tranquila, no te haré nada.
–¿Me harán lo mismo que a ella? ¿A todas nos harán lo mismo?- pregunté con odio y miedo a la respuesta.
-No, a ustedes no, no les haremos nada que no quieran, menos a ti Meli, yo me encargaré de que nadie ni nada te haga daño dentro y fuera de aquí- dijo tocando mi mejilla y preocupado a lo que yo solo sonreí.
-Cierto- dijo mientras dejaba de tocarme – Después de clases te necesito en mi oficina por favor, quiero enseñarte algo y hablar más calmados lo que viste anoche. ¿De acuerdo?-
-Esta bien, iré- le dije.
-Ahora, vamos a clases pequeña- decía mientras me tocaba con su dedo la punta de mi nariz a lo que yo solo la arrugue, regresamos y todo fue un poco más normal si se le puede llamar normal estar en un convento Satanista.

C. Copia
Después de clases me encerré en mi oficina, di vueltas como si estuviera bailando ballet, di una, dos vueltas alrededor del escritorio y me senté, realmente no tenía nada que hacer así que como todo hombre con aburrimiento y necesidades saque mi miembro y comencé a masturbarme, poco a poco tenía una erección y pensé en Melissa, en su cuerpo desnudo, aquél cabello largo que se mueve de un lado a otro mientras caminaba, aquellos pequeños pero bien formados senos, me sentía en lo más alto en ese instante, estaba a punto de terminar mis inpuros pensamienos con mi aprendiz hasta que un ruido en la puerta me saco de mi limbo
-Un momento- dije, mientras traba de ocultar mi erección en mis pantalones que desafortunadamente en estos casos eran demasiado ajustado –Solo un minuto- grité-Apagate, apagate- decía entre dientes, como pude la oculte poniéndome un libro entre las piernas como si lo leyera, mentira, nunca los vuelvo a leer.
–Adelante- dije aún acomodándome.
-¿Vengo en un mal momento?- decía Melissa.
-¡No!Bueno, ya estás aquí- decia aún acomodandome el libro, ella solo me miraba extrañada –Entra, entra y sientate- le dije estirando la mano indicándole el lugar.
–Bien ¿para que me necesita?
–Pues mira, ehm, solo para decir que espero y lo de ayer no termine haciendonos quedar mal entre nosotros, ya que afortunadamente nos veremos diario y por mucho tiempo- le dije mientras le sonreía y ponía mis manos sobre mi cara. Las quite rápido después de acordarme lo que estaba haciendo antes de que llegara.
–Pues, no es que hayamos tenido tanto contacto, así que creo todo sigue normal, ¿No?
-Ah, si si claro, todo normal- suspiré –Ehm no soy mucho de esto pero creo que me tienes un poco de miedo y quiero hacerlo así que...- me acerque a ella y le di un abrazo un poco seco, pero ella al parecer lo recibió bien y por primera vez pude sentir afecto en este acto que me hizo cerrar los ojos, suspiré su perfume y querer abrazarla con cariño, estuvimos el tiempo suficiente en esta posición hasta que nos soltamos.
–Eh, ehm, si tienes dudas, puedes venir después de clases y te puedo ayudar- le dije con nerviosismo.
–Claro que lo haré Cardinal-me dijo mientras me daba un beso en la mejilla y salía de allí
Solo me quedé viendo a la puerta mientras tocaba con mis dedos donde me dejó el beso y sentir su aroma esfumarse de allí, recorde lo que hacía antes y volví a quitarme las manos de la cara y fui inmediatamente a lavarmelas.

😳😂
GraceRZK
🌈

THE FATHER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora