Alejandría- El origen de los guerreros {En creación}

Fronteras

Apolo se alzaba en el cielo verdoso de esa mañana, los truenos y rayos habían cesado. Aunque las nubes seguían allí.  

La neblina reinaba en el bosque, las aves cataban dándole vida a las copas de los árboles. El frio matutino se dejaba sentir en la piel de Lexicatos, el cual  había corrido toda la noche.

Tenía que apresurarse, la ciudadela todavía estaba muy lejos y además tenía un mal presentimiento, sabía que algo malo estaba pasando. ¿Pero qué? Por más que lo pensara, no se le ocurría ninguna razón para que el cielo tuviera ese color tan escalofriante.

Las brisas gélidas no se habían detenido ni un momento, y por alguna razón, eso fomentaba más su miedo.

¿Qué estaba pasando en la ciudadela? ¿Holver y Krall estaban bien? las preguntas invadían su mente como un tornado arrasando en las planicies.

No podía permitir que a ellos les pasara algo. ¿Por qué sus manos brillaron al momento de conocerse? ¿De quién eran los recuerdos qué a veces se le venían a la mente? ¿Por qué tenía la sensación de haberlos conocido en otro lugar? Esas preguntas y muchas más, que darían sin respuesta, si a ellos les sucediera algo.

No. ¡No lo permitiría! Él, los salvaría a como dé lugar.

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Mientras tanto, el equipo de Jhoez decide descansar cerca de las orillas del rio Apolis. Krall decide darse un baño. Mientras se está desvistiendo, siente el frio aire viniendo del oeste y del sur.

Él, joven sabens ya se había dado cuenta, la temperatura había bajado bastante desde que empezaron a seguir el rio.

Como no estaba acostumbrado al frio, decide bañarse en pantalones.

Al momento de sumergirse, siente como un frio agobiante le inunda el cuerpo, pero le da la bienvenida con gusto, entre más frio hacía. Más cerca estaban del Paso místico.

Mientras se enjuagaba su cabellera azul, pensaba en el momento en que por fin llegarían a ese lugar, estaba impaciente. No veía el momento en que pudieran tomar prisionero a una de esas salvajes criaturas y sacarle toda la información posible.         
 
Poder vengarse del asesinato de sus padres, daría término a un capítulo de su vida. Por fin podría decirle con orgullo a su hermano "Nuestros padres están en paz."

De repente sus pensamientos son interrumpidos por el sonido de unas pisadas acercándose, él sabens abre los ojos, y dirige la mirada al lugar de donde proviene el sonido.

Era Lias, quien lo estaba mirando detenidamente.

— ¿Se te ofrece algo?— dijo cortésmente él sabens.

—Si— respondió ella secamente— ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Adelante— aseguro él joven mientras tejía su azul cabello.

— ¿Qué te hicieron los hombres-chivo para que tomes esta misión de manera tan personal?— pregunto la sabens con la mirada fija en Krall.

— ¿Qué te hace pensar que tomo esta misión de manera personal?— argumento él chico, quería evitar el tema.

—Uno: Retaste al capitán, apenas dijeron el nombre de esa raza de salvajes. Dos: La reina dijo que era algo importante para ti. Tres: Te has mantenido al margen desde que te dieron el ultimátum. Y cuatro: No has opinado nada acerca de la misión. Se nota a lenguas que estas impaciente por llegar al Paso místico. ¿Sabes qué no nos dirigimos hacia allá verdad?

—Terminaremos llegando al Paso místico— dice él sabens seguro de sus palabras— han pasado casi cinco días desde que partimos de la ciudadela, si alguien estuviera en el puesto de control, ya abrían mandado un mensaje y nosotros estaríamos de vuelta en estos momentos. ¡Algo paso en ese lugar y nos corresponde a nosotros averiguar que!