CAPITULO 4

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La primera vez que la vio le resultó impactante, como una obra de Caravaggio, de tonos grises en una escena grotesca.

Su cabello y ojos eran del color del carbón tenía pálida piel manchada de sangre, un recuerdo vibró en su cabeza, BB.                                                                                                                                           

Como un guerrero sostenía la cabeza del jefe de la mafia. Inesperadamente su rostro no reflejaba orgullo o satisfacción como la mayoría de los victoriosos en una pelea, había vergüenza y dolor en su mirada.

De cierta forma se veía reflejado en ella, no estaba satisfecho de haber asesinado personas; pero tampoco se arrepentía de abrirse camino.                                                                                                         

No se trataba de una prostituta o una sacaría cualquiera, Rodd le había dado un lugar particular dentro de sus filas que antes era recurrente y ahora fijo.

Todo trabajo importante debía ser encabezado por Catherine Dane, no logro encontrar mucho de ella más que el registro de una demanda por golpear un hombre hasta casi matarlo, de ahí en más no había nada.

Su estadía cercana a su amante le hacía más fácil explorar su comportamiento, silenciosa y con horarios marcados. De nulo interés en relacionarse mas haya de hacer chistes malos con Jack; excepto por sus ocasionales escapes al cuarto de las prostitutas.

Sabía que no había un interés sexual dentro de su relación con las prostitutas. Las miradas de pena cada vez que llegaban nuevas, cierto grado de alegría cada vez que se mencionaba que alguna prostituta había huido.

Lauren parecía encantada con la chica, le resultaba atractiva su figura pálida y escuálida, entre tanta gente voluptuosa era algo nuevo, tal vez por eso también sentía atracción por él.

Encantada por su aspecto y su personalidad, intentó hacerse con ella pero por más que lo intentaba no parecía tener éxito ante su actitud neutra. Mencionó que Rodd la acogió luego de la recomendación de una amiga colombiana.

Su vida era un misterio, pero cumplía los trabajos al pie de la letra y la confianza de una de las familias más importantes en el bajo mundo la hacía una persona notable.

No hacía preguntas y respondía todo lo relacionado a sus tareas, prácticamente una herramienta perfecta. De cierta forma era como el imbécil Near, pero a la vez era completamente diferente, podían estar callados y ser metódicos como una máquina pero Katherine tenía algo dentro.

Había algo detrás de sus expresiones que por muy mínimas se veían entre líneas, había personalidad propia y no una copia directa de algo.

Headless MonarcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora