Cielos... ¿Qué día es hoy?
Vuelvo a envolverme con las sábanas como si fuera un pequeño tamal.
La habitación de invitados de Jin no tenía ventanas así que no sabía con exactitud si era de mañana o de noche.
En realidad, no me importaba, no tenía sentido saber que los días pasaban sin... él.
Jin había sido mi único ángel en esa noche llena de tristeza. Mi corazón pedía que me quedara, si hubiera sido posible en la entrada de su casa para que accediera a verme, pero Yoongi también merecía un respiro. Al igual que yo.
Jin y Namjoon se han preocupado tanto por mí que se me achica el corazón.
Hoseok también ha estado viniendo un par de veces, y su compañía siempre trae alegría consigo. ¿No es ese el don de Hoseok?
Parpadeo un par de veces en medio de la oscuridad, Jin ya me había regañado un par de veces por no prender la luz del cuarto cuando estoy aquí, pero, lo que menos quiero es ir hacia la luz ahora.
«Estoy lejos de la luz de todos modos»
Otra vez las ganas de empezar a llorar me invaden, trato de respirar hondo para controlarme, pero ¿qué hago si todo de mi está triste? Estoy cayéndome a pedazos poco a poco.
— ¿Síndrome de corazón roto? — Susurro para mí mismo mientras me río con tristeza.
Cierro mis ojos suponiendo que es de noche, mi cuerpo a pesar de no hacer nada y solo levantarse para ir al baño, se sentía cansado, sí que la carga emocional me hace sentir agotado.
«¿Qué más queda? A contar ovejitas»
— Respeto tu privacidad tocando la puerta, pero reafirmo mi autoridad como dueño de la casa entrando de todos modos. — Odio que Jin use el ariete parental. — ¡Buenos días estrellita!
Exclama lleno de felicidad, maldecía que el tuviera las llaves de los cuartos, de todas formas, no puedo hacer nada, es su casa.
— Jin, no hagas ruido... — Me quejo tapándome mis oídos con la almohada.
— A mí no me dices que hacer. — Me regaña. — Vamos, a levantarse. — Mi querido mejor amigo se acerca hasta mi cama, sentándose en el borde de esta, tomándome desprevenido me da unas palmaditas en el trasero, haciéndome sentir raro. — Jimin por favor, levántate, te he traído la cena.
¿La cena?
«¿Tanto he dormido?»
— No tengo hambre.
— Claro que sí tienes y vas a comer. — Me ordena. — Has estado comiendo muy poco en toda esta semana.
«¿Ya ha pasado una semana?»
— Es que de verdad no tengo hambre. — Hago un puchero para mí mismo llevando la sabana aún más cerca de mi cara.
— Me importa tres cominos si tienes hambre o no, igual vas a comer.
— ¿A si? ¿Quién lo dice? — Digo cerrando otra vez mis ojos para volver a iniciar mi hora del sueño.
— Yo, el dueño de la casa.
«Nunca más debo retar a Kim Seok Jin»
Jin arranca las sábanas de mi cuerpo de un solo tirón dejándome expuesto al frío.
— ¡Cebollín!
— ¡Comes porque comes! ¿Me oite' chico?
— ¡¿Ahora eres puertorriqueño?! — Mi cuerpo se sacude como si fuera un pollito remojado. — Tráeme la sábana por favor. — Suplico.
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Right Now • Yoonmin
FanfictionPark Jimin siempre tuvo la certeza de que había venido a este mundo para sufrir, y ¿quién podía decir lo contrario? Si solo había traído a su vida malos recuerdos por parte de los que alguna vez lo hicieron parte de la comunidad mormona. Todos le di...