Capítulo 6, pt. 1

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N/a: ok, no me aguanté. Es un capítulo recién salido del horno, mañana en la noche subiré la segunda parte!

pd: preparense, se viene bueno jeje





Londres, veintisiete de noviembre, 2020.

Narra Lena May

Han pasado tres días desde que fui a la casa de Harry. Tres días enteros en los que mi cabeza sufría las repercusiones de ese inocente almuerzo que terminó en casi besándonos en el sillón de su casa.

¿Por qué me preguntarán? Porque él tuvo la brillante idea de poner la temporada de Friends cuando iban a la playa y Ross y Rachel se reconciliaban.

A veces me sorprendía la audacia de este hombre.

Pero siendo sincera, lo que más me sorprendió de ese día, eran las constantes disculpas que me dio. No mentiría si dijera que hubo un minutos en el que me sentí muy mal, ¿porqué se estaba disculpando él? Yo debía ser la que debería estar pidiendo su perdón. Al final de cuentas, yo fui la que empeoró todo esto para nosotros.

El hecho de que él se haya llevado parte de la culpa sobre nuestra relación encendió algo en mi que no lograba describir. Por un lado, me parecía increíble que él haya estado preocupado y haya reconocido su influencia en mí cuando todo se fue al carajo, pero por el otro no podía dejar de sentir ese remordimiento de que lo estaba haciendo sentir culpable, siendo que yo era en mayor parte la mala de la película.

Harry quería arreglar lo nuestro. Y yo aun seguía viviendo con el miedo de lo que pasará en algún futuro sabiendo lo que se vendría si se lo permitía. Aun así, eso no quitaba el hecho de que seguía profundamente enamorada de él.

Solté un suspiro y terminé de aplicarme el labial. Tess ya se había mudado por completo a mi departamento y ahora nos estábamos enlistando para salir a tener una celebración de su cumpleaños. Me causó cierta gracia, ya que su cumpleaños fue hace un mes pero ella aun así quería celebrarlo conmigo como los viejos tiempos: clubes, alcohol y bailes.

Claro que para su caso, sólo será clubes y bailes.

—¿Cuándo empezará a crecer mi abdomen? —preguntó ella, pasando ambas manos por la zona.

—Entre la semana diez y quince, por lo que recuerdo —guardé mi labial y tomé la alisadora, enchufándola y esperando a que agarrara temperatura—. ¿En qué semana vas?

—La cuarta —respondió y ladeó su cuerpo—. Entonces si uso una polera ajustada y corta, los hombres no se enterarán de que estoy embarazada, ¿verdad?

Reí ligeramente, sacudiendo mi cabeza. A diferencia de otros casos de embarazos no deseados, Tess aun no le contaba al padre de la criatura, ya que, según ella, era muy pronto. Hubo un momento en que le insistí a que lo hiciera, pero al final del día ella debía tomar la decisión, y si quería criar a frijol por su cuenta, yo no soy nadie para impedírselo.

—No, Tess, no se enterarán —rodeé los ojos—. La próxima semana iremos a tu primer control, ¿vale? Quiero que frijol nazca sano y sin ningún problema.

—¡Ya deja de decirle frijol a mi bebé! —hizo un puchero con su labio inferior, sacándome una carcajada de mi garganta.

Dicho esto, se dio media vuelta para cambiarse al atuendo que quería, y mientras yo terminaba de alisarme el cabello ella se dedicó a maquillarse ligeramente. Nuestro plan de hoy era ir a un club no muy lejos de aquí con unas amigas de su trabajo, cantar feliz cumpleaños con la esperanza de que el local nos dé el pastel y bebidas gratis y luego bailar un poco.

A little bit yours » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora