Nos sentamos en el patio echadas en una pared, las dos solas y ella empezó hablando.
- Oye ... No estuvo bien como me comporté. Se que cuando llegaste al piso hablamos de ese tema y que parece que te entró por un oído y te salió por el otro, no importa, eres mi mejor amiga la única que he tenido en esta vida y no quiero perderte por una tontería. Solo olvidemos ese tema estás perdonada pero ahora perdóname tu a mí por como te hablé.
- No tengo nada que perdonar ... No tienes culpa de nada solo hiciste lo que debías hacer- le sonreí.
Se levantó del sofá donde estábamos sentadas y yo me levanté tras ella para fundirnos en un abrazo muy tierno por parte de las dos.
- No quiero perderte enserio, te quiero muchísimo Ayla- me dijo mirándome a los ojos.
- También te quiero yo a ti, creía que después de eso no volverías a dirigirme la palabra ...
- Sería imposible no podría pasar sin hablarte- me sonrió-. Por cierto puedes volver a casa si quieres.
- Hablando sobre eso ... Me quedaré aquí con él. Ya tengo mi habitación y todo- le dije triste por la noticia.
- No te pongas así no me importa mientras vengas a verme o me dejes venir a verte- sonrió-. Bueno enséñame tu habitación no?
Subimos a mi habitación y cuando abrí la puerta y la vio se quedó alucinada.
- ¿Me estás diciendo que esta es tu habitación?
- Si- sonreí.
Se dirigió hacia la bañera de al lado de la cama y pasó la mano por ella. Miró hacía la puerta que había al fondo y me preguntó por ella.
- Entra, es una sauna.
Abrió los ojos como platos y fue corriendo a verla.
- Es pequeña lo sé pero es lo suficiente para mí y cuando quiera estar con Víctor también está bien, pero igualmente hay otra en una parte del patio- me dí cuenta de lo que había dicho y la miré a los ojos.
- Espera, espera- me dijo con una mirada picara- ¿Qué me he perdido?
- N-nada- dije nerviosa.
-Ya claro, y yo soy pelirroja- se rió.- ¿ Estás con él?
- ¡No! Es algo extraño, somos... no sé que somos.
- ¿Os habéis acostado?- me preguntó mirándome a los ojos.
- Si...
- Osea, os habéis acostado y no sabes que sois.
- Ella es mía y yo soy suyo, pero no somos nada- dijo Víctor desde la puerta de mi habitaciones.
- Entiendo- se rió-. Bueno, ¿me enseñáis la sauna de fuera? Ya sabes que me encantan.Le sonreí y bajamos los tres la jardín donde desde lejos se veía la sauna. Nos acercamos a ella y no pudo evitar entrar dentro.
- Es súper bonita y grande- dijo ella.
- Si, por la noche lo es aún más- añadió el.
- Me lo creo, ?tenéis piscina?- preguntó ella.
- Si- dije señalándosela.
- Solo falta que tuviera esta casa una piscina interior.
- La tiene- dijo él.
- ¡¿Qué?!- gritamos las dos-. ¿Cuándo pensabas decírmelo?- añadí yo riéndome.Puso las manos en jarras y nos hizo un gesto para que lo siguiéramos. Le enseñó toda la casa a Saiko: las habitaciones, el salón la cocina y casi para terminar la planta de abajo.
-Pero, si esta casa tiene de todo- dijo ella flipando.
-Si... Es lo que tiene tener un padre traficante- dijo el pero yo lo miré con los ojos abiertos para que rectificara-. Es broma chica- le dijo a ella riéndose.
-Ya veo... Bueno... ¿Y la piscina para cuando?- preguntó ella.
-Lo mejor para lo último- le sonrió él.Nos llevó a la piscina y las dos nos quedamos alucinadas, entendimos el por qué de haberla dejado para lo último, porque ya se había echo tarde y ya estaba oscuro y la piscina se veía hermosa.
Mientras Saiko la miraba bien, Víctor se puso a mi lado y me pasó el brazo por encima de los hombros. Fuimos a cenar algo que yo cociné para los tres y cuando terminamos ella dijo:
- Bueno yo ya debo irme.
Salimos a la puerta y meintras ella se montaba en el coche de él para que la llevara de vuelta al piso añadió:
-Cuidado con lo que haces bonita, que este tiene pinta de peligroso- nos reímos todos.
Mientras él la llevaba me puse una ropa interior roja de encaje y me tumbé en mi cama. Cogí mi móvil y me eché una foto en el espejo que tenía la cama en la parte de arriba. Entonces escuché que él había llegado y me puse la camiseta de me había dado como pijama u me dirigí a su habitación. Toqué y él me abrió la puerta.
-Solo venía a darte las buenas noches- sonreí.
-Buenas noches rubita- me dio un beso en la frente.Cerró la puerta y yo mientras tanto derritiéndome con ese beso. Cuando reaccioné volví a mi habitación y me tumbé en la cama de nuevo. Cogí mi móvil y le pasé la foto a él con un "Buenas noches" debajo.
-¡Joder!- se escuchó decir desde su habitación.
Me reí y me acurruqué en la cama. Cuando menos lo esperaba me dormí y había entrado en un sueño profundo.
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"No +18"
Teen FictionTras ser encerrada en el desván de la casa de su tía, Ayla decide escaparse e intentar formar una nueva vida. No es fácil para ella debido a que al estar encerrada no pudo sacar su carrera de estudiante pero según dicen nunca está mal recurrir a vie...