¿Hacer el amor por telepatía?
Gulf se preguntó qué clase de estupides era aquella que estaba tan de moda entre los estudiantes de su universidad.
¿Cómo era posible hacer el amor con alguien por medio de telepatía?
¿Era siquiera posible aquello?
Se negaba a creer que algo así fuera posible y atribuía aquello a una simple moda falsa y pasajera como todas las que se miraban en internet, y a la ridícula popularidad de una canción que le estaba dando la vuelta al mundo y que en su letra incluía hacer el amor por telepatía.
Entró al salón donde recibiría su segunda hora de clase y se dispuso a esperar a que el facilitador de la materia llegara, matando el tiempo leyendo mensajes que se intercambiaba con su apuesto novio, que en ése momento se encontraba fuera del país.
¡Lo extrañaba tanto, maldita sea!
Extrañaba los besos y las caricias que Mew le regalaba con tanto amor cuando estaban juntos. Y ni hablar de su apasionada compañía, sus suspiros y hasta la forma taciturna y calmada de su respiración.
Gulf extrañaba malditamente todo de su pareja, pero se negaba a comportarse como un novio tóxico y pedirle a Mew que dejara sus estudios en el extranjero y regresara con él. Eso jamás había estado en sus planes, puesto que fue él mismo quien lo había motivado a aceptar la beca de intercambio en el extranjero, aunque sabia que las consecuencias de la ausencia de Mew le pesarían mucho en el futuro.
Él nunca sería una piedra de tropiezo en la vida de su pareja.
Afortunadamente faltaba tan poco para que su novio regresara a Tailandia. Que regresara a él, a sus brazos que lo ansiaban como agua de mayo.
Y con eso en mente se dispuso a estudiar.
(...)
Cuando llegó a su departamento se encontró con con un paquete mediano frente a su puerta. Se acercó con curiosidad y leyó la dirección para asegurarse de que fuera la correcta, dado que en ocasiones anteriores los de paquetería confundían su dirección con la del vecino de al lado. Se sorprendió que fuera la suya, puesto que él jamás hacia pedidos por internet, sin embargó tomó la caja en manos y se adentró con ella para revisarla.
Tuvo la intención de bajar y preguntarle al portero sobre el paquete misterioso, pero desistió porque estaba muy cansado como para bajar 5 pisos de escaleras y volverlas a subir. Suficiente tenía con bajarlas cada mañana cuando se iba a la universidad y subirlas cuando regresaba. Hacerlo una vez más, con todo el cansancio del día, seguro que lo destruiría.
Eso, y que también era demasiado flojo para hacerlo.
Cuando entró dejó el paquete sobre la mesa de centro y se dirigió a su habitación. Se quitó el pesado abrigo, los zapatos y dejó el bolso con la computadora sobre la cama para luego se meterse a bañar.
Salió media hora después, con un semblante más amable y despierto, vestido con un pijama cómodo y calentito y sus amadas calcetas de Mew, su pókemon favorito. En cuanto llegó a la pequeña sala volvió a encontrarse con el misterioso paquete y suspiró indeciso sobre que hacer con él.
No podía ir donde su vecino y entregarle el paquete, puesto que allí claramente estaba su dirección, pero tampoco queria abrir dicho paquete porque no había nada más escrito en la caja. Ninguna dirección de envío, ni remitente de alguna tienda.
¿Qué carajos era todo aquello?
Envalentonado y curioso. Más curioso que envalentonado, se animó y fue a la cocina en busca de un cuter para abrir el paquete. Cuando estuvo de regreso en la pequeña sala cortó la caja y se encontró que dentro de ella había otra pequeña caja, pero lo que más llamó su atención fue un sobre rojo con letras doradas que estaba sobre la otra caja, y con los dedos temblando la tomó y desdobló para leerla.
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Telepatía ➻ Mewgulf.
FanfictionOne shot song. «La luna está llena y mi cama vacía... Lo que yo te haría, si te tuviera de frente la mente te la volaría, de noche y de día»... Y con eso en mente Gulf se corrió placenteramente sobre su mano y su estómago. ➻ Adv +18. ➻ Los derechos...