¡Hola! Lo prometido es deuda, aquí está el tercer capítulo, espero que lo disfruten tanto como yo adaptándolo para ustedes, sin más que agregar disfruten del episodio.
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Kagome se despertó con la sensación de que se había pasado la noche luchando contra un sueño turbador. No le sirvió de nada la ducha para levantarle el ánimo. Y ni siquiera la aplicación de maquillaje pudo disimular las ojeras. Tenía varios trajes de chaqueta en su ropero. Buscó uno. Eligió el rojo, que significaba poder. Necesitaba ayudarse con todo lo que pudiera. La falda recta realzaba sus curvas, y la chaqueta podía llevarse sin nada debajo. Se recogió el cabello y se puso zapatos de tacón unas joyas sencillas.
Un café solo bien cargado y con azúcar la ayudaría a empezar el día con energía. Respiró profundamente al salir de la habitación. « ¡Por favor, Dios, que Sesshomaru se haya marchado ya!», pensó. Pero la divinidad no la oyó Sesshomaru estaba sentado en la barra de la cocina, con los cubiertos en la mano. Comía huevos con beicon y una tostada, y bebía café recién hecho. Tenía unos pantalones oscuros y una camisa azul abierta en el cuello.
Tenía un aspecto de poderoso magnate, la chaqueta estaba descuidadamente apoyada en una silla, con una corbata encima, levantó la vista cuando apareció ella, La miró de arriba abajo.
–Estaba a punto de ir a despertarte –dijo con cierto sentido del humor, al recordar cómo la había despertado otras veces, y cómo ella lo había recibido generosamente.
–Tengo un despertador electrónico ahora –dijo ella.
–Hay más huevos con beicon –le comentó Sesshomaru.
Kagome lo miró.
–Gracias, pero no quiero.
Él dejó los cubiertos y apartó el plato.
–¿Te has pasado a la fruta y el yogur? –preguntó.
–No conseguirás nada haciéndote el simpático.
Sesshomaru agarró su taza, bebió el contenido y se puso de pie.
–Tengo que ir al aeropuerto.
Ella lo observó abrocharse el botón del cuello de la camisa, ponerse la corbata, agarrar su chaqueta y ponérsela con una gracia que siempre había admirado. Tenía unos movimientos perfectamente coordinados, los de un hombre que estaba en la cima de la forma física, fuerza controlada y poder... Y ella lo había experimentado, hubo un tiempo en que él hubiera acortado la distancia entre ellos, la habría besado... Pero en aquel momento Sesshomaru simplemente recogió su maletín y la miró fijamente.
–Que tengas un buen día.
–Prefería no volver a verte –dijo ella.
–Lo veo difícil mientras Koga Wolf se ocupe de mis asuntos.
–Es algo que has preparado deliberadamente para tenderme una trampa, ¿no?
–¿Crees que funciona?
–En absoluto –dijo cínicamente Kagome.
Sesshomaru se río y ella habría deseado tirar algo al suelo, por la sencilla satisfacción de oírlo romperse, de no ser porque luego le tocaría limpiar todo el desastre resultante y no tenía tiempo. En su lugar, se sirvió una taza de café, le agregó azúcar, y se lo bebió tranquilamente, tratando de no hacer caso al plato con huevos y beicon que se estaba calentando en el horno. El hambre pudo con ella, aunque sólo comió un trozo de beicon y dos bocados de huevo, tiró el resto a la basura. Lo hizo por principio sólo para no darle el gusto a Sesshomaru de controlarlo todo.
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Esposo Infiel
רומנטיקהElla no sabía que Sesshomaru quería algo más que un trato de negocios... Doce meses antes su matrimonio era perfecto... Entonces Sesshomaru Taisho volvió a casa y descubrió que su mujer se había marchado. Ahora Sesshomaru quería recuperar a Kagome y...