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Un nuevo año, nuevas oportunidades, que falacia tan grande, o así lo veía la joven Rexanne, estaba sentada completamente sola en una esquina de la mesa Slytherin, mientras cenaba y leía un libro de artes oscuras camuflado, a la vista parecía un simple libro de pociones, pero las atrocidades y maleficios que contenía no eran aptos para todo el público. Los estudiantes se sentaban lo más dejos de ella, no era un secreto que  daba tanto miedo como Voldemort, o así lo describió Ronald Weasley el año pasado cuando de su boggart no salió absolutamente nada.

El la otra esquina de la mesa cierto grupo de Slytherin miraba a la ojiverde con recelo, estaban preocupados puesto que su amiga Pansy compartiría habitación con ella, Draco Malfoy, Theodore Nott, Blaise Zabini, Vincent Crabbe y Gregory Goyle la observaban sin disimular, incluso Frey la miraba inquieto, Pansy era su novia desde el año pasado y el miedo de que su hermana la matase o torturase no abandonaba su cuerpo.

—¿No te puedes cambiar a otra habitación?— pregunto el rubio quitando la vista de la pelinegra.

—No— suspiro —Snape quiere que la vigile de cerca, se junta mucho con Ryddle—

El rostro de Frey se tornó a uno pálido, si nadie lo conociera pensarían que había visto al diablo en persona.

—¡Ni de coña!— exclamó en su susurro —Mi hermana está loca, si sabe que la estás espiando te matará, la última persona que lo intento acabo en San Mugo con depresión, jugará con tu mente—

La conversación acabo finalizada bajo esa confesión, Frey había visto lo manipuladora y narcisista que era su hermana, sabía que podría meterse en la cabeza de Pansy y llevarla hasta el suicidio si era necesario, él la había advertido en el tren, le repitió que no hablara con ella, que no la mirase ni tocase sus cosas, tenía miedo, Rexanne no tenía límites para hacer sufrir a los demás, cualidad que compartía con el joven Ryddle, Tom Ryddle, hijo de Lord Voldemort, el parecido que tenía con la muchacha era aterrador, ambos eran grandes mentes, calculadoras y frías capaz de hacer llorar al mismísimo diablo si se lo proponían.
















Más tarde, la joven Parkinson terminaba de colocar su ropa en el armario, las cosas de Rexanne ya estaban colocadas, había un baúl  de terciopelo negro con un candado debajo de la cama, su armario, el cual estaba decorado con distintos emblemas Slytherin, tenía una cadena al rededor y un diario estaba sobre el escritorio, pero tampoco se podía abrir puesto que tenía un hechizo sobre el, la chica era todo un misterio.

La puerta se abrió dejando ver a la joven Avery, dejó su bolso ignorando completamente la presencia de Pansy y acto seguido se encerro en el baño, cuando por fin salió del baño se acostó en la cama y abrió nuevamente su libro.

—No te quiero ver cerca de mis cosas— advirtió —Tus amigos y mi hermano no tienen permitido sentarse en mi cama cuando vengan, si te veo cerca de mis asuntos me encargaré de degollarte mientras duermes—

Asintió temblorosa y ella siguió hablando.

—También fumó, me importa tres cojones que te moleste el olor porque fumaré igual, cuando Tom venga tu te irás sin rechistar, no abrirás mi armario ni intentarás hacerlo, no somos amigas ni lo seremos jamás Parkinson, que nunca que te olvide ese detalle, si vienes llorando no te consolaré, si vienes riendo te callaré con un hechizo. Paso la mayoría de mi tiempo aquí y no quiero que me incordies, no quiero que tu amigo el rubio critique a la sangre sucia, a la comadreja o al estupido elegido en mi presencia, porque realmente me cansa, y cuando me canso corto gargantas, no tocaras mi alcohol o mis drogas bajo ningún concepto, si quieres follar me avisarás antes pero tampoco te dejare así que ve acostumbrándote al cuarto de Frey, y ni una palabra a nadie de lo que haga aquí, ¿entendido?—

PsychopathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora