Capítulo 31

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La primera semana fue muy difícil de sobrellevar para mí. En cuanto llegué al hospital a ver a mamá me detuvieron, diciéndome que tenía prohibido el ingreso al área de visitas. Recuerdo haber visto horrorizada a aquella enfermera y a aquel guardia de seguridad, y haber gritado que no podían hacerme eso. Minutos más tarde descubrí que aquella ingeniosa idea había sido de mamá, la mujer que me había dado la vida estaba negándose a que la viera en sus últimos días. Ese mismo día hablé con el Doctor que estaba a cargo de su tratamiento, este lo único que pudo decirme es que la perdonara por hacer aquello y que hablaría con ella para que tomara conciencia de sus actos. En cuanto a mi hermana, ella también había hecho de todo para que mamá retirase aquella orden, pero aún así no parecía funcionar, no entendía porque mamá no me dejaba verla y tampoco entendía porque sí dejaba que papá la viese en su estado. Desde que había llegado a casa me había topado con su presencia en dos ocasiones, la primera fue en la madrugada del día siguiente al que llegué, él estaba muy ebrio y junto a él habían muchísimas botellas de cerveza y ron completamente vacías. El segundo día fue un poco extraño, él se había acercado a mí y había susurrado un leve "Gracias" para después salir de casa a quien sabe donde. 

-¡Mochi, el desayuno está listo!- gritó mi hermana desde la primera planta.

-¡Ahora bajo!- terminé de arreglar mi cabello y salí apresurada de mi habitación, encontrándome a Christian en el camino. 

-Buenos días ¿Cómo amaneciste?- preguntó el joven rubio, quien daba aspecto de no haber dormido en toda la noche. 

-Mejor.- susurré.- ¿No dormiste?

-No.- contestó cabizbajo.- Anoche tuviste pesadillas ¿No lo recuerdas?- miré sorprendida a mi amigo y negué. No recordaba haber tenido pesadillas.- Tu hermana fue a calmarte, pero seguías gritando que querías a Lisa.

-No recuerdo haber hecho eso.- susurré apenada.- Lo lamento. 

-No, está bien. Entiendo que te sientas así.- en cuanto llegamos a la cocina Cece nos miró sonrientes y nos guió a nuestros respectivos lugares. Por alguna extraña razón no le había comentado a mi hermana lo de mi ruptura con Lisa, sabía que ella estaría muy entristecida con aquello, pero también sabía que sería capaz de viajar hasta Corea para golpear a la peligris. 

-Provecho.- susurré antes de comenzar a comer de mi tazón de cereales. Miré intrigada a Christian, quien miraba la pantalla de su teléfono con el ceño fruncido.- ¿Pasa algo?- pregunté y enseguida negó. 

-Quieren saber si estarás disponible la semana entrante.- susurró.

-¡Oh! Bueno no creo que sea posible, quiero quedarme hasta que...

-Lo entiendo se los haré saber.- contestó este y escribió en la pantalla de su teléfono.

-¿Qué? Seguro es algo importante.- dijo mi hermana, llamando de inmediato la atención de ambos.- ¿Qué es eso que ha surgido?- preguntó interesada.

-Balenciaga quiere hacer una junta fotográfica.- contestó Christian. Cecilia y yo lo miramos muy sorprendidas y él lo único que hizo fue encogerse de hombros.- Ya entendí, les diré que no y... 

-Estás loca si no aceptas.- miré sorprendida a mi hermana y negué.- ¿Por qué no? 

-Mamá es más importante en estos momentos.

-Mamá aún tiene cuatro meses, ¿Y sabes? es muy egoísta de su parte no querer dejar que la veas sabiendo que le quedan pocos meses de vida y que has hecho lo posible para que lleve al día un tratamiento sumamente costoso. Amo a mamá Mochi, pero si no fuera por ti ella no hubiera sobrevivido estos últimos dos meses.- dijo con sus ojos humedecidos, limpié mi mejilla y asentí.- Yo te mantendré al tanto de todo lo que pase, te lo prometo. 




Para siempre, Mi primer gran amor  (Lisa y tú) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora