let it hurt, it won't kill you
deja que duela, no te mataráDanna, pese a no haber dormido nada la noche anterior, debía enfrentarse al examen de conocimientos sobre titanes. Estaba sentada en un pupitre mientras Hanji la miraba de manera curiosa.
En el momento en el que la hoja a rellenar le fue entregada, comenzó a leer detenidamente, no parecía muy difícil. Desde preguntas como ¿Qué es un titán? y ¿Cuál es su punto débil? hasta ¿En qué año se nombró a los titanes excéntricos?
Tardó apenas una hora en rellenarlo todo. Entregó la hoja a su superior y ella la corrigió en ese mismo lugar, frente a la niña. Mientras lo hacía, se le escaparon algunas carcajadas por las respuestas de Danna.
—Un ocho coma nueve —dijo la mujer entregándole el examen—. Has superado nuestras expectativas, felicidades.
—Muchas gracias. —Danna agarró el papel y miró a la de cabellos castaños seriamente.
—Danna, ¿de verdad quieres estar aquí? ¿En serio quieres quedarte con nosotros? —preguntó Hanji poniéndose de cuclillas.
—Los mejores soldados son los que no tienen nada que perder, yo ya lo he perdido todo, así que este es mi sitio —explicó la niña.
—No te he preguntado si piensas que vas a ser un buen soldado, te he preguntado si esto es lo que quieres.
—No tengo una respuesta a eso—comentó Danna con simpleza—. Este lugar no es acogedor, ni es bonito, es más, es todo lo contrario a la descripción de un hogar. Pero esta es la única posibilidad que tengo. No quiero morir devorada por un titán, pero vivir tampoco es mi prioridad. Mientras tenga techo y comida, me quedaré aquí.
—En un orfanato también te darían comida y techo. Eres una niña, ¡por dios! No deberías estar aquí —comentó la mayor.
—Un orfanato no me hará lo suficientemente fuerte como para cumplir mis objetivos —habló Danna.
—¿Qué objetivos?
—No es nada de lo que deba preocuparse —dijo la niña seriamente.
—Bueno, debería informar a Erwin de esto. Puedes dar una vuelta y conocer a más gente. —Hanji removió su pelo y salió de allí, dejando a Danna sola.
No quería conocer a nadie. ¿Para qué lo haría si después, seguramente, los olvidará? Salió del lugar y acabó dando vueltas al campo de entrenamiento. Alguien estaba entrenando con el EDM3D y era increíble.
Se sentó a mirarle, jamás había visto a alguien con un manejo tan impresionante del equipo de maniobras y, en cierta forma, quería ser como él. Rápidamente el hombre descendió a su lado y se dio cuenta de que era Levi, el mismo que le había traído a la Legión.
Ninguno dijo nada, eran de pocas palabras y, en ese caso, hablar era innecesario. Levi le ofreció una de las espadas del equipo, Danna la agarró y la miró de arriba a abajo.
—¿Qué quiere que haga con esto? —preguntó ella.
—Acostúmbrate a empuñarla. No tienes por qué hacerlo como yo, encuentra tu propia manera —explicó el hombre, Danna frunció el ceño y agarró el arma de la manera más normal posible.
—Si han diseñado así las espadas, será por algo. Su forma de cogerla es una excepción curiosa, pero no voy a seguirla. —Levi asintió y le quitó el arma de la mano.
—Es tu decisión al fin y al cabo, pero si quieres ser la mejor, tienes que sobresalir —dijo el mayor, Danna suspiró.
—No se preocupe, lo haré —contestó la niña.
—Por cierto, se me ha olvidado decírtelo, yo seré quien te enseñará el manejo del equipo de maniobras tridimensionales. Como no eres lo suficientemente mayor, solo te enseñaré lo básico.
Danna asintió y se quedó mirando los grandes titanes de cartón. Los titanes debían ser del mismo tamaño y mucho más terroríficos. Por un momento su expresión cambió a una de asco.
—Ah, por cierto, espero que no te importe mancharte. La sangre de titán suele salir disparada, pero se va en unos segundos —explicó él.
—Oh, no será un problema, capitán —comentó la niña.
—Está bien. —Levi se quedó en silencio unos minutos y, después, miró a la niña, frunciendo el ceño. —Erwin me ha dicho que te enseñe el manejo del equipo, no me ha dicho cómo debo hacerlo. Así que lo haremos a mi manera. Sígueme. —Danna, confundida, siguió al hombre hasta el lugar donde almacenaban todos los equipos de maniobras. —Te enseñaré a ponerte las correas, es bastante lata, pero si no quieres morir hay que hacerlo.
Levi se quitó los cinturones y le dio unos de reserva a Danna. Fueron paso por paso, ya que era un proceso lento y aburrido, Levi ajustaba una correa y ella copiaba su movimiento. Al final, el resultado fue bastante bueno, considerando que era la primera vez que lo hacía.
—Bien, normalmente te enseñarían a mantener el equilibrio y cosas así —dijo él—. Pero eso no es práctico, así que aprenderás tal y como lo hice yo, a base de prueba y error.
—Debe estar de broma. Si han hecho el entrenamiento de esa manera será por algo, no seré capaz de hacer nada, capitán —comentó ella, casi en pánico—. Ya ha visto que a duras penas me he puesto las correas...
—No necesito tus excusas, practicaremos ahora, cuanto antes mejor. —Ambos salieron del edificio hasta llegar a la zona de entrenamiento.
Danna se cayó, se hizo moratones, derramó sangre y, al finalizar, apenas podía ponerse en pie. Pero era lo que ella había elegido, así que no se podía quejar. Levi, por su parte, jamás había visto a alguien como ella, una niña que no lloraba si se hacía daño, que no le importaba el dolor. Sin duda alguna, sería capaz de pulir todas y cada una de sus habilidades, no porque fuese perfecta, sino porque sus capacidades volitivas eran superiores a sus miedos y a su dolor.
Y esos siempre han sido los mejores soldados a su parecer.
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scars | eren jeager
Fiksi Penggemar❝Miré a mi alrededor y, paradójicamente, la única luz que encontraba en mi vida, era la persona más apagada que jamás había conocido. Intenté agarrar su mano, pero se desvaneció entre mis dedos como si fuese ceniza. Lo que me atrajo de ella fue su p...