capítulo 28

456 20 0
                                    

Valentina

Mi estadía en Chicago termino, ya quiero ver a mi Gabriel, pero me cancela. Le hablo a Hugo para que me recoja en el aeropuerto y ahí está.
Me lleva al departamento platicamos un rato, pero estoy cansada y quiero dormir, duermo casi todo el día, mi celular se descargo y ni cuenta me eh dado, son como las 11 y el hambre me mata.
Pido una pizza a esa hora.
Suena el timbre y espero y sea la pizza.
Pero es Gabriel, se cae de ebrio.
-Gabriel, pero que te pasa.
-Vale, cómo estás?
-Bien Gabriel pasa.
-No creas que estoy ebrio.
-No pero como crees. -Si muy apenas puedes ponerte de pie.
Realmente está muy ebrio, se tambalea y sonríe de la nada.
Se inclina y le habla a mi pequeña barriga.
-No creas que soy así siempre. -Solo bebí un poquito bebé.
Es tan tierno y ridículo que me encanta.
-Vale, vengo a que me perdones.
-De que hablas, perdonarte por qué.
Me dice en lo que se sienta en la cama.
-Si Vale, perdóname, no fui por ti al avión.
-No como crees, es tu trabajo.
En eso suena el timbre.
-Si esperas visita me voy.
Trata de pararse.
-Claro que no, es la pizza.
-La visita es la pizza.
-Si, tengo hambre
-Vale, yo también tengo hambre.
-Ven a vamos a comer pizza.
-Si pero hambre de ti, de tus besos.
-Gabriel.
-Come un poco.
En realidad para cuando lleve pizza a la cama el ya estaba sin ropa y dormido.
-Yo lo miro mientras como pizza y no puedo dejar de verlo, y no puedo dejar de comer. Es tan adorable y está tan rica la pizza.
Dios. Me matan.
Me duermo con el, el me abraza y habla dormido.
-Vale te amo
Dice todo el tiempo.
En la mañana despierto y ahí está el, despierto viéndome. Cómo aquellas veces en el hotel del pueblo.
-Gabriel por qué me miras tanto.
-Por qué te amo.
-Yo también te amo, pero no creo que esté muy linda por la mañana.
-Eres mucho más linda Valentina.
-Sabes una cosa Gabriel?
-Tienes hambre.
-Siip

Mi sacerdote GrabielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora