El Viaje

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Esa mañana me levanté temprano para dejar todo el equipaje listo y ultimar los detalles de mi viaje.

Durante toda la noche y el día de ayer no pude descansar bien, igual seria por todo lo relacionado con el caso, estaba derrotado pero bueno, en el tren intentaría descansar un poco.

Un caso que a mi parecer ya estaba más que resuelto, pero si el capitán después de volver ha estudiarlo y hablar con el director del Centro Penitenciario y con el alcalde del pueblo ha pensado que se escapó algún detalle en las investigaciones preliminares y el hombre que está encerrado es inocente habría que revisarlo de nuevo.

Al fin y al cabo me vendría bien para mi expediente, ganaría experiencia como investigador y no me quedaría estancado como muchos compañeros que solo están para resolver la basura que nadie quiere.

-ring ring ring

Díaz: Si dígame.

Comiseria: Buenos días Agente Díaz, le llamo de la Jefatura para comunicarle que se pasara un coche oficial por su casa para recogerlo y llevarlo a la estación de tren.

Díaz: Muchas gracias, estaré esperando.

Jejeje Qué bien con coche privado y todo esto va mejorando por momentos ,si esto es solo por aceptar el caso ¿ como seria si al final del todo llegara a buen término?

Me asomé por la ventana al cabo de unos diez minutos y justo llegaba el coche.

¡Bajo en un momento, no tardo nada! .Grite desde la ventana de mi apartamento, cogí la maleta, los papeles del caso y salí lanzado por la puerta cerrandola de un portazo, tenía tantas ganas de empezar con el caso que no espere ni al ascensor, baje por las escaleras a mas de mil.

Vecina: Cuidado descerebrado que vas ha tirarme por las escaleras.

Díaz: Disculpe señora Gómez, no la ví y tengo mucha prisa salgo de viaje.

Vecina: Perfecto espero que solo tenga billete de ida.

Díaz: Gracias señora Gómez usted tan agradable como siempre.

Valiente mujer mas desagradable por dios, menos mal que estaré algún tiempo fuera de casa y no la tendré que ver la cara una temporada, no comprendo como puede haber personas con esa forma de ser.

En fin que se le va ha hacer yo ha lo mío que no es moco de pavo.

Díaz: Hola compañero, hombre Lorenzo, ¿te ha tocado la tarea de recogerme y llevarme a la estación?.

Lorenzo: Si jejeje la verdad que es mejor que estar de pié en la puerta de Comiseria.

Díaz: Pues si lo ves de esa manera es preferible jejeje.

Lorenzo: Venga que nos vamos.

Tardamos poco en llegar a la estación, no había apenas tráfico y llegamos con más de una hora de adelanto, lo que me vendría bien para poder acomodarme en mi sitio y no tener que aguantar a la gente empujando para entrar en el tren.

Lorenzo: Bueno Díaz ya hemos llegado, suerte con el caso y espero que te vaya todo bien, ya nos veremos a la vuelta.

Díaz: Gracias Lorenzo, me hará falta toda la suerte del mundo para no meter la pata y intentar aclarar este caso, nos vemos.

Salí del coche y atravesé la puerta de la estación, me dirigí directamente al tren y cuando me faltaban unos metros para llegar escuche que decían mi apellido, era una voz conocida.

¡ DÍAZ, ESPERE UN MOMENTO!

Me giré, era el capitán que venia corriendo detrás de mí, con la cara cubierta de sudor y algo desaliñado lo que era muy raro, porque el siempre solía ir de punto en blanco.

La invitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora