La felicidad

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Otra vez igual, tumbada en la cama, por fin ese momento del día que dejo de fingir que estoy bien, que soy feliz. 

Parecía que la felicidad tenía una fórmula secreta y que, si conseguías los componentes, ibas a ser feliz. Pero yo, que tengo "la suerte" de contar con personas que me quieren y me escuchan, tengo todo lo que puedo necesitar en la vida y a mi familia nunca le ha faltado el dinero, aún así siento un vacío enorme que nunca sé cómo llenar, sigue estando siempre ahí esa presión, ese pinchazo en el pecho del que no me puedo deshacer.

Me siento incomprendida aunque, irónicamente, cuento con personas que, probablemente, estén en un vacío de importancia, al igual que yo, y que posiblemente me comprendan. 
Aún así, siempre, al acabar el día, la montaña de incomprensión y de vacío, me aplasta aún más.

Todo lo que conlleva vivir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora