3 horas antes del sacrificio
Robin se alejó hasta la orilla de la playa cuyo mar reflejaba la luz tornasol del cielo. Le pareció ver algo en el agua, pero no tenía ganas de hacer preguntas curiosas. Le carcomía el cerebro el hecho que Eydis se hubiera presentado ante Sebastian y que éste además se adjudicara una culpa en cuanto a su muerte.
No quería creerlo. Toda la culpa era de Phoenix, de nadie más. Pero, si su madre había intentando proteger el linaje de Sebastian, ¿podía él tener, indirectamente, algo de culpa?
Se abrazó a sí misma. No hacía frío en la isla, pero se sentía como si la temperatura hubiera bajado de golpe.
Los últimos días se había cuestionado por qué en las otras vidas el reencuentro se había dado con tanta facilidad y comenzaba a sospechar que en el presente había elegido lo difícil por alguna razón.
No toleraba la falta de información. Tenía el rompecabezas frente a sus ojos pero faltaban las piezas fundamentales para ver la imagen completa.
—¿Robin?
La voz de Sebastian tenía aquel eco reverberante que le causaba escalofríos. Aunque su existencia era una locura, podía asimilar a la perfección que en las circunstancias en las que él se encontraba eran peligrosas.
Se abrazó con más fuerza.
¿Qué era lo que faltaba?
Sebastian le había resuelto sus dudas en cuanto a no conocerse nada del otro, pero no aguantaba saber menos que Liana. Y tampoco consideraba que fuera importante, en ese preciso momento, preguntarle qué cosas le gustaba hacer.
No toleraba siempre estar al medio de todo y que nadie le dijera nada.
Primero con su madre y toda esa sarta de secretos que no hacían más que decepcionarla. ¿Quién mierda era Eydis? ¿Por qué sabía tanto? ¿En qué se había metido?
Luego estaba Vanna. Vanna, aquella mujer que aparecía y desaparecía a su antojo. Comenzaba a sospechar que era parte de las Estrellas pero con una misión más importante, porque además de llevarse mal con su padre, conocía cosas de su madre que nadie más sabía.
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Crossroads • A Través del Mundo {Libro 2}
خيال (فانتازيا)"𝐄𝐥 𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐢𝐧𝐝𝐢𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐧𝐨 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐞𝐧 𝐬𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨. 𝐄𝐬 𝐮𝐧 𝐡𝐮𝐫𝐚𝐜𝐚́𝐧, 𝐮𝐧 𝐢𝐧𝐜𝐞𝐧𝐝𝐢𝐨 𝐯𝐨𝐫𝐚𝐳. 𝐋𝐨 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐲 𝐧𝐨 𝐝𝐞𝐣𝐚 𝐧𝐚𝐝𝐚. 𝐄𝐬𝐨 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫. 𝐘 𝐚𝐟𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐪�...