Capítulo 23: Cita con Yoosung

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[N/A]: ¡Sí! Conseguí seguir la historia, pero no voy a atenerme a fechas que luego me agobio~

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Han pasado ocho días... Ocho, lo que significa que llevo ahora cuatro días en la ruta de Yoosung. Me la sé de memoria. Estoy frustrada, atemorizada por Saeran. He intentado librarme de esto varias veces, pero todo cuanto he conseguido es que me ponga una maldita correa. Sí, me tiene todo el día atada al mueble del salón con una correa, como si fuera su mascota. Dice que así me será más difícil olvidar que le pertenezco. Cuando me da la comida me acaricia la cabeza como si fuese un perro. He decidido dejar de luchar. No pude salvar a Zen y no podré salvar a Yoosung. Tampoco podré salvar a Jaehee, Jumin, V... Seven. No podré. Creo que empiezo a darme cuenta de mis limitaciones.

Si no estoy equivocada, esta noche se produciría el Bad Ending que tanto quiere Saeran, en el que Yoosung es llevado a Magenta. Son casi las cuatro de la tarde y no me ha dicho nada, ¿será posible que se haya olvidado de ello? Tal vez puedo salvar a Yoosung si...

― Jun.

Saeran se colocó delante de mí con el teléfono y me indicó que me levantase. Casi siempre me quedaba sentada en el suelo, con la espalda apoyada contra la pared.

― ¿Sí? ―contesté con miedo de lo que pudiera pedirme ahora.

― Necesito que le digas a Yoosung que quieres verle en el parque, en el bosque ―le miré confundida y sonrió―. Enhorabuena, hoy terminarás tu ruta. Queda con él y asegúrate de que quiera dejar la RFA.

― Yoosung no querrá dejarlo todo porque yo se lo diga, Saeran... ―desde hacía tiempo trataba de ser suave a la hora de hablar.

― No subestimes el poder del amor, Jun... Lo hará si se lo dices. Le conoces, sabes perfectamente su punto débil, ¿no?

― Rika... ―asintió.

― Pues úsalo. Dile que sabes dónde está, que yo le llevaré a ella, y te obedecerá.

Obedecer... Parece algo sencillo. Obedecer... dejar que otro tome las decisiones por ti mientras tú las acatas sin pensar, pero en este caso... implicaba hacer daño a la gente que me importa.

Me ha dejado tranquila por un tiempo. La marca de la correa se notaba en mi cuello, así que decidí ponerme una gargantilla, no quería preocupar a Yoosung. Decidí esperar sentada en un banco.

Al fondo, con un polo color burdeos y unos pantalones vaqueros que, si no recuerdo mal es la ropa que llevaba en la imagen con las flores, veo venir al chico rubio, sonriendo. Me levanto deprisa y, por alguna razón me siento nerviosa. ¿Por qué me siento así?

― ¡Yoosung! ―grito saludando con la mano. Muestro una sonrisa falsa que ni yo misma me creo.

― ¡Jun! ―nada más estar a mi lado, me abraza.

Le devuelvo el abrazo, pero esto sólo me hace sentir peor... Me siento rara. Él no me conoce ahora y yo...

― Tenía muchas ganas de verte, Jun, de conocerte por fin. ¡Me alegro de que quedemos!

― Yo también, Yoosung... ―sigue tan adorable como siempre― T-Tengo algo que decirte... ―agaché la mirada.

― ¡Espera! ―le miro extrañada― D-Déjame a mí primero ―asentí―. Jun ―toma mis manos entre las suyas y siento cómo enrojezco.

― Y-Yoo... ―me hace un gesto para que me quede en silencio.

― Desde que llegaste a la RFA, tú me has cuidado y animado. Te has preocupado por mí y me has dado tu amor... y quiero que sepas que eso conquistó completamente mi corazón ―no, no me hagas esto...―. Quiero que sepas que haría cualquier cosa por ti, Jun, me sacrificaría por ti. ¡Pueden arrancarme los ojos si es protegiéndote! ―qué irónico...

― Por favor, no digas eso... ―¿lo tendrá en la data y por eso hace esta conexión ahora?

― Quiero que sepas que te quiero y... ―comenzó a enrojecer como un maldito semáforo en rojo― y si estás conmigo, si me aceptas, mejoraré siempre para que no te arrepientas nunca de estar conmigo.

― Yoosung...

― Jun, ¿q-quieres ser mi pre-novia? Al menos hasta la fiesta... No quiero que esto te distraiga... ¡En la fiesta te pediré salir oficialmente! Delante de todos.

Me quedé petrificada por unos momentos. Pre-novia... ¿Eso era ahora? Haciendo memoria, recordé que eso tendría que haberlo dicho ayer, antes de irse con Seven. Esto no tiene sentido. No debería...

― ¿J-Jun? ―Yoosung se había impacientado al ver que no contestaba.

― O-Oh, sí, sí, me encantaría ―¿qué era exactamente lo que debía decir? Creo que era algo así.

― ¡M-Me alegro! ―no sé de dónde, pero sacó unas flores rojas que me ofreció― Tenía miedo de que me rechazaras... Quiero ser tu guardián. Daría mi vida por ti.

― Yoosung... De verdad, no digas eso... ―le abracé.

Al fondo, tras un árbol, percibí a Unknown haciéndome gestos para que me diese prisa, señalándose la muñeca, indicando que ya era hora de que hablase con él. Suspiré. Tenía que llevarle a una zona apartada para poder proceder con esto.

― Yoosung... ―traté de sonreír― ¿quieres que vayamos a un sitio más silencioso?

― ¿Oh? ―al ver cómo enrojecía me empecé a imaginar las mil cosas que podrían haber pasado por su cabeza.

― ¡P-Para decirte una cosa! Quiero decirte una cosa... ―aclaré.

Una vez apartados, alejados de todo y escondidos entre los árboles, me acerqué a la valla de madera que nos protegía de caer por el acantilado, ¿acaso así no le salvaría? Digo, si me tiraba... pero soy demasiado cobarde.

― Yoosung...

― Jun ―le miré―. Siento que es el destino quien nos ha unido.

― ¿El destino? ―Saeran, más bien...

― Sí... Sabes, el otro día tuve un sueño raro contigo.

― Raro... ―¿me recordaba?

― ¡N-Nada de eso! ―oh...― Era... Sentí que hablábamos de videojuegos sabes. Era raro porque tú decías que estabas en mi ruta, como si fuese un personaje de un juego otome, ¿no es raro?

― Oh, sí... ―Yoosung...

― Podríamos decir que es más o menos así, ¿verdad? Como si estuvieses en mi ruta... ¿cómo crees que sería? ―me miró sonriendo.

― Creo que harías algo heroico por mí si esto fuese un juego ―miré hacia el cielo que empezaba a oscurecerse―. Me salvarías, pero a cambio te harían mucho daño y no te importaría... porque estarías protegiéndome. Luego en la fiesta me preocuparía mucho, porque por supuesto no me dirías qué ocurrió, y te vería con vendas y trataría de ir a ti.

― ¿Vendas? ¿Qué crees que me harían? ―le miré.

― Te herirían en un ojo ―frunció el ceño.

― ¿Por qué un ojo?

― No lo sé, habría que preguntarles a los creadores ―me reí.

― ¿Cómo crees que se llamaría?

― ¿El juego? ―asiente, esto me divierte y me distrae de mi objetivo― Algo así como "Mensajero místico", pero no suena bien... Seguramente en inglés... Mystic Messenger.

― ¡Qué nombre más raro! ―se rió.

No tardé mucho en recordar a lo que había venido. Me puse seria y pensé que lo mejor era soltar la información abruptamente.

― Yoosung... Sé dónde está Rika.

La teoría del caos: Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora