uno

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No sabía porqué, pero él era su obsesión, su mundo y su más grande desquicio.

Al principio quiso creer que era admiración, adoración e idolatración -en el peor de los casos-, pero no pudo conformarse con ello. Lo quería todo, la atención, los cuidados, las nalgueadas, los consentimientos. Los quería solo para él y más, quería mucho más de Freddie Mercury.

Fue cambiando a medida que él también, cada cosa que su cantante quería probar, él estaba dispuesto a ser su conejillo de indias.

Dejó que le creciera su cabello a pedido de él, luego que acentuara sus rulos, cambió la forma de vestirse cuando los trajes dejaron de formar parte de los espectáculos.
¡Hasta buscó short cortos para tentar las manos del vocalista!

Y por mientras Brian y Roger se mataban con la mirada, pero cogían por el descaro deseo y adoración, él se encontraba tieso, sin nada que hacer, viendo cómo su amor platónico se alejaba, se perdía en las discos y se llenaba de sexo en la semana. Jonh quería eso, quería ser todo lo que él buscaba y claro que no se molestaría en darle sexo cada vez que alguno de los dos quisiese.

- Busca algo que le guste y atraelo con eso, así hice yo con esta bestia. -le dijo Brian mientras apuntaba a Rog.

- ¡No me hables como un puto animal! -le gritó, su contrario carcajeó enumerando las cosas que tiene en común con un perro- ¡No soy un maldito perro, idiota! -

Mientras ellos tenían sus "problemas maritales" como Jonh y Freddie le decían a escondidas, él se puso a pensar...

A Freddie le gustan los hombres, coger, pasear, estar con sus gatas y hacer música... ¡Pero si yo le ofrezco todo eso! ¡Soy un ofertón! Ya Freddie, ámame. -pensó Jonh desesperado.

Todos se encontraban en la última parada de su gira, recién terminando su última concierto a la luz de la luna, por supuesto Freddie se estaba cambiando para salir de fiesta.
Cuando salió se lo vió ansioso como a un niño quien va por primera vez a un parque de diversiones y no puede esperar para ver cómo es.

- Nos vemos en una horas, queridos. -saludo con entusiasmo, siendo solo Freddie.

Todos le contestaron con un "Bye" "Cuídate" "Coje mucho" "No seas degenerado" "Cállate, idiota" "te amo" "¿Qué?" "Que te banco(?)" "¿Eh?" "Nada >.<" para que luego se fuera del lugar.

El castaño se alistó.
Siguió a Freddie todo el camino y, cuando "llegaron" Jonh no pudo creer lo que veía...

Oye, Fred... ¿Te gustan los juegos de roles? -se cuestionó.

Jonh se le acercó antes de que pueda interactuar con cualquier hombre-mujer de allí.

- Fred... -el nombrado se giró abruptamente al reconocer esa dulce voz.

- D-Deaky, cariño... ¿Qué haces aquí? -preguntó cauteloso.

- ¡Quise...! ¡Quise alcanzarte para confesarte algo! -casi gritó.

Claaro Jonh, buen momento para confesarte, excelente ¡Magnífico!
¿Qué te sucede lunático? -se recriminó.

El persa se apresuró en poner su mano sobre su boca para callar lo que iba a decir, lo miró con pena, casi arrepentido.

- Jonh... los hombres me aburren, tú eres hermoso, por supuesto, casi tan lindo como una muchacha encantadora en medio de una fiesta, pero... -

- Entonces déjame ser una muchacha, -le interrumpió- acogeme, -se acercó, el cantante le permitió semejante cercanía- seré tu linda novia... -

Femenino [deacury]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora