9. Ultima Noche

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Lucy

-Ya me haces mucha falta y no te has ido. -Rubén me dice abrazándome.

-Regresaré en el verano, solo serán un par de meses. -le abrazo también y suelto una risa.

-Sí, pero la casa no es lo mismo sin tus berrinches.

-Ay vamos, podrás sobrevivir sin mí. -río y lo suelto.

-¿No podías quedarte hasta tu cumpleaños? No quiero pasarla lejos.

-No puedo y lo sabes. Debo ir a clases el lunes y también a trabajar.

-Creo que en ese caso... debimos celebrarlo antes.

-Hubiese sido increíble, pero ya tenemos que irnos. -digo y suelto aire.

-¿Cuánto tiempo falta para que salga su vuelo? -pregunta.

-Una hora, pero ya sabes, 40 minutos solo al aeropuerto y luego el tiempo que toca con lo del equipaje. Ya deberíamos estar en camino, de hecho. -respondo y llevo mi mirada hacia mis padres quienes están junto a Tere y Tomás despidiéndose de Amber.

-¿Han visto a Alex? -Derek pregunta apareciendo finalmente en el salón.

-Se supone que ya venía. -Tomás responde acercándose a nosotros.

-Hablando del rey de roma. -Rubén comenta en cuanto la puerta principal se abre y mi hermano menor aparece a través de ella. Parece haber corrido una maratón.

Él desapareció desde la mañana, supuestamente iba a recibir a Olive de su viaje y hablar con él. Había tardado varias horas y me preguntaba si resolvió algo, sin embargo esto no lo sabría hasta que llegase a Nueva York en aproximadamente seis horas.

-¿Llegué a tiempo? -preguntó retomando aire. Mamá soltó una risa observándolo.

-Sí, por suerte, cariño. -le responde nuestra madre y él suspira.

-Bueno, ya que todos estamos aquí, es hora del plan. -Rubén anuncia así que frunzo el ceño.

-¿Hora de qué plan? -le pregunto y me observa con una sonrisa que no me agrada en lo absoluto.

Presiento que algo malo va a suceder, ya que mis tres hermanos mayores y Alex, se dan miradas cómplices entre sí. Los conozco lo suficiente para saber que tienen algo en manos que me implica en ello. Rubén se mueve en mi dirección y cuando menos me doy cuenta, me han cargado y los cuatro comienzan a cantar feliz cumpleaños mientras me lanzan de brazo en brazo como tradicionalmente lo hacen. Yo me río sin parar a la vez que muero de miedo por caerme. Hasta ahora, me han dejado caer un par de veces y afortunadamente no me hice daño, pero podría pasar. Sin embargo, mis hermanos son deportistas y yo no peso demasiado, así que decido confiarme y esperar a que terminen.

Acabo mareada, se siente bien volver a tocar el suelo otra vez. Me tengo que sostener de Tomás hasta recomponerme y luego observo a nuestros padres y a mi mejor amiga viendo divertidos la escena. Amber ríe a carcajadas y los gemelos me ven con burla. Les saco la lengua y ellos me devuelven el gesto mientras mamá niega con la cabeza.

-Tradición hecha, no te debemos nada hermanita. -Tomás habla y me rodea los hombros con su brazo.

-Pensé que este año me libraría de su tradición. -confieso.

-Oye, que ahora vivas en el otro lado del país no significa que te librarás de nosotros tan fácilmente. -Derek me señala y me guiña un ojo.

-Como sea, gracias, chicos. -admito y les observo.

-¿Abrazo grupal? -Tomás estira los brazos y se inclina hacia mí. Niego repetidas veces intentando alejarme de ellos, aun así logran atraparme y abrazarme entre los seis.

Sin Mis Chicos (SC Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora