Muero de ganas por besarlo y es lo único que pienso desde el momento que conectamos de cierta forma.
Lo veo y solo pienso en besarlo dulcemente, disfrutando cada milímetro de sus labios, mis manos acariciando su pelo con deseo de no soltarlo de tan delicado y suave que es.
Nuestro mejor momento? Año nuevo nosotros dos juntos borrachos mirándonos cruzando miradas y deseos esperando quien va a dar ese paso, ese paso que cambiaría todo, ese paso qué dejaría atrás la amistad que habíamos formado y daría comienzo algo nuevo, ese paso decisivo en nuestro camino en todo lo que habíamos construido como amigos; como mejores amigos.
Ninguno de los dos quiso darlo. Sólo nos quedamos ahí parados mirándonos y deseando que el otro de el paso convirtiéndonos en unos cobardes en esta historia siendo las personas que no se animaron, siendo dos personas que quisieron quedarse con la duda.
Eso somos dos personas que decidieron resignarse, ser amigos. Ninguno de los dos se ánimo, ninguno de los dos fue capaz de seguir adelante. De seguir esa pasión, ese deseo que surgía dentro del otro. Lo más lindo porque no quiso besarme fue cuando empezó a acercarse a mí, se acercó tanto que me acuerdo que dijo "no quiero hacer algo que después me arrepienta" estaba tan borracha que nisiquiera me acuerdo que le dije; Ojalá hubiera dicho "no te vas arrepentir" o algo así pero no lo hice, no se animó y yo tampoco.
