Entre Vendas y Listones. (Serie de One Shots)

Hechizado.

-One shot con spoilers del manga así que leer con precaución.

-Si existe alguna falta de ortografía o gramatical me disculpo de ante mano, porque no alcance a revisarlo apropiadamente antes de publicarlo.

-Y espero que disfruten.

 

Habían llegado a Kioto por la mañana y ya se estaban instalando en aquella casona que más bien parecía un castillo antiguo y aquella era la primera diferencia entre ambas escuelas, dado que hace unos meses las cosas no había salido bien en el evento de ambas escuelas llevado a cabo en Tokio, ambos directores decidieron hacer uno nuevo pero esta vez en Kioto.

El evento seria la semana siguiente así que por consiguiente todo el tiempo que estuvieran allí lo usarían para tomar sus respectivas clases y también para su correspondiente acondicionamiento físico, claramente había un grupo de estudiantes que quería ir a conocer los alrededores e ir hacer un poco de turismo pero eso no sería hasta claramente después del evento advirtieron ambos directores.

-Anciano- comenzó Gojo – ¿Y la debilucha?

-Utahime está en una misión, no volverá hasta dentro de unos días- fue corto y preciso.

-¿Crees que sea prudente mandarla a misiones? –Comenzó a molestarle- Si se pone a llorar estando sola conseguirá que hasta las maldiciones se burlen de ella- fue entonces que Yoshinobu decidió pasar de él dándole la espalda para hablar con Yaga.

Gojo decidió dar algunas vueltas por el lugar inspeccionando todo en aquella casona que apestaba horriblemente a anciano y también a una fragancia agradable a la distancia la cual no podía recordar donde lo había olido previamente; los perros que cuidaban del lugar se acercaron para tomar su aroma saltándole alrededor para que jugaran, luego fue a los alrededores en donde existía un jardín muy espacioso y al final de todo un vivero gigantesco en el cual decía explícitamente que estaba prohibida su entrada.

-Si, como no –dijo para sí mismo a punto de forzar la cerradura.

-Gojo- escucho su nombre y se sintió atrapado con las manos en la masa para luego girar y ver que se trataba de Shoko –No puedes entrar allí, es de Utahime senpai.

-Con mayor razón quiero entrar, ¿Qué tipo de cosas tendrá escondidas allí dentro?

-Nada de tu incumbencia, Yaga y Yoshinobu te están llamando- apunto a un lugar aleatorio dentro de la casona –Tienen cara de querer matar a alguien y probablemente es a ti.

-No iré –se encogió de hombros.

-Bien, entonces ven a comer porque las chicas trajeron donas y un montón de mierda llena de azúcar –los ojos del más alto brillaron bajo la venda.

Había desistido de inmiscuirse en el vivero que según la castaña le pertenecía a Utahime y también había esquivado la bala que de seguro le aguardaba si se iba a encontrar con ambos directores, bien podía preguntar a Ijichi de que habían hablado o de que cosa le estaban echando la culpa esta vez. A eso de la una de la madrugada comenzó a observar por la ventana viendo como a la distancia una figura se acercaba a la entrada de la casona, la reconoció de inmediato y sonrió al saber que esta semana comenzaría a ponerse entretenida.

Bajo tranquilamente las escaleras de mármol negro en forma de caracol para encontrarse con la azabache cerrando aquella puerta de madera con pesar, podría jurar que incluso había escuchado un jadeo salir de su boca.

-¿Ni una puerta puedes cerrar?- se burló captando la atención de aquellos ojos marrones fijándose después en la expresión de su rostro, dolor, claramente de eso se trataba.