27. Cumpleaños
Como otro día normal, Elsa se levantó de mal humor, con el cabello enredado y bolsas bajo los ojos que sólo lograrían disimularse con litros y litros de corrector. Todo se sentía igual, el clima era igual, las sábanas eran iguales, el molesto chorro de luz que se colaba entre sus persianas era igual... lo único que cambiaba era la fecha; hoy era su cumpleaños.
Al bajar las escaleras, su familia la esperaba con un desayuno especial, acompañado de una incómoda sesión de canto a la que no supo reaccionar. Sus padres le regalaron una tableta gráfica y un beso en la frente, con la promesa de verse en cuanto el día acabara.
—Aún no consigo mi regalo para ti, pero te prometo que en la noche lo tendré.— aseguró su hermana cuando se subían al auto, camino a la escuela.
—No es necesario que me regales algo, Anna, en serio.— dijo sin despegar su atención del estéreo, aún así, vio a Anna encogerse de hombros por la periferia de su ojo.
Elsa no era alguien de muchos amigos, los pocos que tenía le sobraban y bastaban. Al contrario de su hermana, que siempre fue una mariposa social que se codeaba con los más populares de la escuela, saliendo a fiestas y arrastrándola a otras tantas en ocasiones, idea de la que decidió desistir tiempo después porque Elsa siempre acababa recluida en alguna esquina de la habitación con su teléfono en la mano. En cuanto llegaron, el reducido círculo de la rubia la esperaban con un cupcake y una bolsa de regalo haciendo malabares en la palma de Honeymaren, mientras la sesión de canto reiniciaba y Anna se despedía con un beso en la mejilla para ir con sus amigos.
—¡Feliz cumpleaños, E!— Tadashi la abrazó por los hombros mientras Mérida la codeaba.
—Gracias, chicos, en serio... no era necesario.— observa con ojos brillosos el pastelito coronado con una vela consumida en medio, no era entusiasta por su cumpleaños, pero le conmovía el gesto de las personas que amaba.
—Ábrelo—Honeymaren le extiende la bolsa.—los compramos entre todos para ti, espero te gusten.
Cuando reemplaza el cupcake con la bolsa en el puesto entre sus dedos, el peso de la misma no tarda en hacerse notar. El crujido del material la alerta y reconoce que hay más de dos objetos en la bolsa color rosa chillón; echa un vistazo al interior del paquete y encuentra tres libros. Su boca se expande al reconocer los títulos.
—No puede ser...— arrebata el primer libro de la bolsa mientras sus amigos ríen, satisfechos con su reacción. —¡La saga entera del Castillo ambulante!
Mordiendo sus labios, devuelve el libro junto con los otros y corre a apretujar a sus amigos en un abrazo agradecido. Aquellos eran libros que deseaba leer hace tiempo, pero descartó la posibilidad de leer en PDF debido a su creciente miopía que debía controlar. Sólo mencionó el asunto un par de veces y le resultaba adorable que sus amigos lo tomaran en cuenta.
—Muchísimas gracias, chicos... les debo una enorme.
—No nos debes nada, tarada, es un regalo.— responde Mérida, empujándola del hombro con una delicadeza muy poco usual en ella, pero que atribuye al hecho de que hoy es su cumpleaños.
—Igual, muchísimas gracias, yo-
—¡Oye, Arendelle!
La voz suena joven y clara, transportada por el viento hasta sus oídos, como la melodía más perfecta y familiar que conoce; teme alzar la vista porque sabe que se sonrojó, pero duda que Jack pueda verla desde dónde estaba.
Allí, parado en medio del enjambre de chicos populares, entre su hermana y Rapunzel Corona, Jack le sonríe con todos sus blancos dientes.
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Stolen kisses [Drabbles and One Shots Jelsa]
FanfictionPorque amo las historias de amor, sobretodo si son cortas y porque Jack y Elsa son mi OTP. -Historia totalmente mía. -Para adaptaciones primero contactarse conmigo . -Es inadmisible cualquier copia parcial o total. -Los personajes no me pertenecen. ...