La Desaparición De Lynn Loud (Lynncoln) [The Loud House]

Capitulo 12 - Contemplación

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A día de hoy no creo que quede nadie que siga leyendo esta historia, la terminaré por el Diego de 15 años que con mucha ilusión la creó hace más de 7 años.

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Habían pasado ya unos minutos desde que Lincoln, Barry  y la oficial Abby comenzaron el trayecto en la patrulla. Lincoln no pudo resistir más.

—¿Y hacia dónde nos dirigimos?

—Tú a tu casa —Respondió Abby sin dejar de mirar el camino— Lo que sea que este pasando con tu hermana y estas cartas, es más extraño de lo que parece, y no puedo permitir que te involucres en lo más mínimo en esta situación.

—¿Qué? —Respondió Lincoln confundido y atónito— Es mi hermana de la que estas hablando, no me puedes pedir que no me involucre.

—Familiar tuyo o no, eres solo un niño, esto es más de lo que puede soportar cualquier adolescente.

Oficial Abby —Interrumpió Barry— Deja que el chico venga con nosotros, después de todo, es su hermana de la que estamos hablando, no le puedes pedir que no se preocupe.

 —No le estoy pidiendo que no se preocupe, le pido que no se involucre —Dijo Abby subiendo el tono de voz— Tú más que nadie debería saberlo, no puedes involucrar civiles, y menos si son menores de edad.

Barry buscó la mirada de Lincoln en el retrovisor, éste le hizo un gesto de: Lo intenté.

Unos instantes después, los tres se encontraban estacionados fuera de la casa Loud, ninguno de ellos bajaba de la patrulla.

—Bueno chico, ven conmigo, debemos hablar con tus padres —Dijo Abby colocando su mano en la manija de la patrulla.

—¡No, espera! —Dijo Lincoln sobresaltado, lo que provocó que Abby girará la cabeza con dirección a él— No me puedes hacer esto, si mis padres se enteran de esto, me asesinaran, o peor aún, ser el público de práctica para los chistes de Luan.

—No lo entiendo —Respondió Abby bajando la mirada.

—¿El público de práctica? —Respondió Lincoln— Es que no haz escuchado a mi hermana, a veces dice unos chistes que...

—No, no, no —Interrumpió Abby— No me refiero a eso.

Hubo un silencio incómodo de unos segundos dentro de la patrulla.

—No entiendo como a pesar de todo el riesgo que conlleva este tipo de acciones, sigues aferrado a encontrar a tu hermana por tu cuenta —Dijo Abby en un tono preocupado— Eres un niño, pero alguien de tu edad ya conoce lo que es la muerte, el peligro del mundo, y aun así, seguir arriesgando el pellejo por ello, ¿Por qué?

—Porque es mi hermana —Respondió Lincoln con un tono firme— Y no hay un día de mi vida que no me culpe por su desaparición.

Abby miró a los ojos a Lincoln, quien no bajaba la mirada. Abby volteó nuevamente hacia el frente del carro y se recargó en su asiento.

—Te entiendo, chico. Hace no mucho yo también perdí a mi hermano, y ese sentimiento nunca se desvanece, no importan las palabras de aliento de tus amigos y familiares, siempre estará ese hueco en tu interior —Respondió Abby sincerándose con Lincoln.

Abby sopló, como si soltará una gran carga de encima.

—Tú más que nadie sabes lo que es perder a alguien de tu sangre, lamento mucho lo de tu hermano, pero por lo que más quieres, no permitas el mismo final para Lynn —Dijo Lincoln tocando el hombro de Abby.