Único.

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Nobara desde hace día se la pasaba encerrada en su habitación, no tenía muchas ganas de salir y estar con megumi o con yuuji, no de hecho últimamente no tenía ganas de nada.

Y menos si involucraba estar merodeando por la escuela, no quería encontrarse con maki.

Si bien los de cuarto grado estaban apartados de los de primer grado, no evitaba que maki y ella se encontrarán casualmente.

No es que no quisiera estar cerca de maki, decho era todo lo contrario, pero por el momento, nobara prefería guardar su distancia con la joven de anteojos.

¿La razón?

Nobara se había enamorado de maki.

Su torpe e inexperto corazón se había quedado cautivado completamente de la chica.

Todo había ocurrido tan repentinamente...

Hacé un mes.

–odio este tipo de días–dijo la chica de anteojos.

–¿eh?¿No te gusta el verano?–preguntó viendo a su acompañante.

–sinceramente....¿A quién le agrada el verano? Todo el tiempo hace calor, sudas y te vuelves pegajosa–respondió asqueada la mujer del clan zenin.

Nobara rio levemente–esta bien, tienes un punto–habló–¿qué tal si vamos por una paleta helada?–sugirió la castaña.

–¿una paleta helada? Me vendría muy bien en estos momentos–respondió viendo a la chica.

***

–maki-san, ¿de que sabor eligiras tu paleta?–preguntó viendo el refrigerador.

–¿de qué sabor la eligiras tu?–preguntó la chica viendo los diferentes sabores.

–eligire la del sabor azul–respondió nobara señalando la paleta tras el cristal de la puerta.

–¿sabor azul? ¿El azul es un sabor?–preguntó extrañada la mujer.

–¿qué? No me digas que no sabias eso–cuestion la castaña.

–nunca había escuchado algo como eso–dijo abriendo la puerta del refrigerador, tomó dos paquetes del refrigerador.

–bueno, gracias a mi has descubierto que el azul es un sabor–hablo altanera la mujer–¿aque nunca nadie te había dicho eso?–sonrió tomando uno de los paquetes de la mano de maki.

–es la primera ves que escucho tal estupidez–dijo la mujer empezando a caminar hacia la caja registradora.

–¡¿eh?!–exclamó sorprendía la mujer–¿cómo que estupidez?–habló caminado tras la mujer.


–kugisaki-san–llamó la chica de anteojos–eres muy ocurrente–habló quientadole el paquete de la paleta–eso es lo que más me gusta de ti–respondió con una sonrisa cariñosa y sus mejillas se tiñeron de un leve tono carmín.

Nobara se quedó quieta en su lugar, sus ojos brillaron al ver la sonrisa tan hermosa que maki le había ofrecido y un inevitable sonrojo invadió su cara.

Y su corazón lo sintió al igual que el aleteo desenfrenado de un pajaro enjaulado.

Después de eso, ambas mujeres se habían vuelto inseparables.

Hacían todo juntas: comían, estudiaban, caminaban, entrenaban, salían y algunas veces nobara y maki solían dormirse hasta tarde por que se mandaban mensajes o hacían llamadas telefónicas que se extendían por dos o cuatro horas.

La Chica Del Sabor Azul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora