-Quiero saber por qué diablos mandaste a un avión privado y a tu mano derecha junto con su familia? Pero, qué te pasa?.- Victoria estaba muy molesta.
-Es lo correcto no? Te recuerdo que viajas con mis hijos y nada menos que al Vaticano...ah, pensaste que no me iba a enterar?.- Omar soltaba una pequeña risa.
-...¿Qué te crees eh? No es asunto tuyo a dónde yo vaya. Si quiero me voy a China con mis hijos.
-Óyeme muy bien. Nunca voy a poner en riesgo mi carrera política. Jamás. Así que de una vez te digo que tengas cuidado con lo que vas a hacer. Me oyes.
-Gracias a Dios que cada día que pasa estamos más cerca que termine tu ¡bendito puesto de gobernador!.- le cortaba la llamada.
Victoria se encontraba en el aeropuerto junto a sus tres hijos. A ellos, se les acercó una azafata que estaba contemplada dentro del jet privado.
-Señora Victoria, ya están listos para abordar?
-Si...- Victoria tenía una cara muy desganada.
Estaba feliz por poder hacer un viaje sola con sus hijos. Una vez había tratado de salir sola con ellos del país, pero Omar nunca la dejaba. Ahora las cosas eran muy distintas, tanto Anuar como Vickyta ya eran unos jovencitos y ni que decir José Eduardo, su fiel compañero.
-¿Bueno? Subamos al jet de una vez no?.- dijo la mano derecha de Omar.
-Si, tranquilo. ¿Me imagino que tú te vas en el otro jet con tú familia?.- le preguntó José Eduardo.
-No, el señor Omar me dijo que yo me subiera al mismo jet con ustedes.- sonreía nerviosamente.
-...¡A la chingada!.- dijo Victoria entre dientes.- Mejor ya vamos ¿si?.- miró a sus hijos.
-Ok ma, vamonos.- Anuar caminaba hacia la puerta de embarque.
Fueron varias horas hasta Italia. Victoria se había movido con su manager, a su vez este había pedido una cita específica con el papa.
El papa no se rehusó a hablar con Victoria de manera privada, ya que sabía quién era. Así como también se acordaba cuando ella había ido antes.
-Estás nerviosa ma?.- le preguntó José Eduardo, quien iba a su lado en el jet.
-...¿Quieres que te diga la verdad?.
-Si, ándale. Con confianza.
-Pues si. Estoy muy nerviosa hijo. Espero que todo salga bien. Que yo pueda hablar con él de forma privada, sin que esté ese idiota.- hacia un gesto con la cabeza.
-Espero que no nos siga todo el viaje.- movía la cabeza.- No entiendo cómo se enteró Omar a dónde íbamos.
-Tiene contactos hijo. Ya no me sorprendería que tuviera un espía para cada uno de nosotros.
-Te tiene miedo.- ambos rieron.
-No tiene idea de lo que soy capaz.
-¡Una fiera!
-Si señor, como vez. Omar no sabe qué voy a hablar con el papa Francisco. Por lo mismo necesito que te preocupes de este tipo, lo mantengas lo más alejado posible.
-Ok, no te preocupes. Yo siempre te voy a apoyar.- le sonrió ligeramente.
-Lo sé, gracias.- Victoria le dió la mano.
Una vez aterrizaron en tierra italiana, se quedaron en un hotel de Roma. Solo iban a estar allí unos dos días para luego irse a Milán.
-Esta muy antiguo este hotel mamá.- le dijo Anuar.
-Pues si, ¿qué quieres? Es Roma hijo.- rió.
-Podríamos ir a pasear ¿no?.- Vickyta preguntó.
-Ok vamos a caminar un poco.
Cuando iban saliendo del hotel muy felices apareció el asesor de Omar.
-¿A dónde van?
-A pasear un poco con mis hijos.
-Voy con ustedes.- dio unos pasos.
-¡No! No es necesario.- Victoria le gritó y se acercó a él rápidamente.- Mira, se muy bien que Omar te mando para espiarnos y estar al tanto de nuestro movimiento. Como también se que lo único que le importa es la pinche visita que le voy a hacer al papa. Así que no te preocupes porque vamos a caminar, no nos vamos a ir a ninguna parte. Y te aconsejo que guardes energía para mañana ya que tengo que hablar mucho con el papa Francisco.- se dio la media vuelta y se fue.
-¡Señora!
-¡No te atrevas a seguirnos!
Camino varias cuadras junto a sus hijos. Luego de haber tomado varías fotos. Victoria se acercó a hablar con Anuar, mientras estaban todos sentados en una banca.
-¿Ahora si podemos hablar?.- le dijo Victoria.
-Esta bien.- el chico bajaba la cabeza.
-¿Por qué te molesto tanto que Gabriela le regalara a César en navidad?
-...No es eso.
-¿Entonces? No entiendo.
-Es...es que me di cuenta que todos son una familia feliz a escondida. Todos se llevan bien y comparten, menos Vickyta y yo. Ninguno sabía nada. Tía Gaby le dice cuñado a César. Tanto cariño se tienen, desde hace años al parecer. De seguro la mera ya ha compartido con César.
-Mmm...- Victoria bajaba la cabeza.- Yo, yo lo siento mucho hijo. Nunca quise hacerles daño, ni a ti ni a tú hermana. Ustedes eran unos niños y yo no podía decirles todo, menos obligarlos a tener una relación estrecha con César, sin ustedes saber de lo nuestro.
-...Desde cuándo eres...eres pareja con César?.- la miró fijamente.
-Eso no viene al caso...- Anuar la interrumpió.
-No, si. Si viene al caso mamá. Quiero saber, merecemos sinceridad de tú parte.
Victoria se levantaba de la banca.- ¡Vámonos al hotel!- le hacía señas a José Eduardo y Vickyta.
-Ya ves, evades el tema mamá.- le dijo Anuar.
-Es un tema delicado, en el cual debo hablar con tú hermana también.
Se fueron al hotel. Ya era muy tarde, estaba oscureciendo. Por su parte Victoria no quería irse a dormir sin hablar del asunto con sus hijos. Así que les pidió a los tres que fueran a su habitación.
-Bueno, ¿De qué quieres hablar?.- José Eduardo tomó asiento en una silla que había allí.
-Si mamá, ¿Qué pasó?.- Vickyta estaba sentada en un costado de la cama.
Mientras que Anuar estaba al otro costado de la cama.
-Anuar hace días que me estaba haciendo preguntas acerca de mi relación con César...yo les debo una conversación a ustedes.
-Esta bien, si quieres hacerlo hazlo.- la miraba Vickyta.
-Esto es difícil para mi, ya que nunca les he hablado de esto. El único que sabe es su hermano José Eduardo. Y quiero que sepan que no fue fácil para él también. Su hermano me odio mucho cuando se enteró de mi relación con César, era adolescente. Así como ustedes lo son ahora.
José Eduardo la escuchaba atento.
-Voy desde el principio...
Flashback
Año 1999.
-Me siento tan sola mamá.- Victoria le abría su corazón a doña Lupita.
-Lo sé hija, pero tienes que ser fuerte. Tienes un hijo que necesita de ti. Tienes una carrera que debes forjar. Una ruptura amorosa no lo es todo en esta vida, eres tan joven todavía. Se que vas a encontrar el amor, solo espera tú momento.
-¿Y si ese momento no llega mamá? ¿Y si me quedo sola? Me angustia pensar en eso.- se secaba las lágrimas que le corrían por sus mejillas.
-Solo confía. Enfócate en tus terapias psicológicas. Sal de ese lado oscuro para que puedas brillar nuevamente.
-De todas maneras tienes razón...aun así no me quiero quedar sola...- Lupita la interrumpía.
-¿Así como yo?
-No, no quiero decir eso mamá. No me tomes a mal.
-Se que así lo sientes. No quieres quedar como yo, una vieja sola. Que solo vive la vida de sus hijas.- se levantaba de la cama.
-No, mamá no me tomes a mal.
-No te preocupes. Es cierto, mereces algo mejor que estar en la soledad infinita.
-¡Tengo miedo!.- grito de pronto.
-¿Cómo?
-Tengo mucho miedo de arruinar mi carrera, de quedarme sola, de no poder criar bien a José Eduardo. Yo hubiera querido que él no pasara por lo mismo que yo...no quiero que te sientas mal mamá. Pero yo he sufrido mucho con el divorcio de ustedes...ahora soy una mujer adulta, te lo puedo decir. No es para que te sientas mal, pero necesito decírtelo.- sus lágrimas caían, una a una.
-Esta bien, no te culpo. Tienes razón un divorcio no es lo más sano para los niños. El pobre José Eduardo va a crecer sin una figura paterna. Va a sufrir mucho cuando sepa que su papá no quería nada con él.
Fin del flashback
-Yo me sentía muy sola. Tenía mucho miedo además.
-Debió haber sido muy difícil para ti mamá.- le dijo Vickyta.
-Me fue muy difícil poder perdonar a Eugenio. Gracias a las terapias que tome pude superarlo, pero fue difícil. En mis registros tenía los miedos que yo tenía por parte de mi padre. Él engañó a mi mamá. Ustedes saben que nos criamos solas con sus tías.
-Pues si.- le dijo José Eduardo.
-Luego, a mediados de 1999 audicioné para hacer abrázame muy fuerte...fue ahí cuando conocí a César...
Flashback
Oficina de Salvador Mejía.
-¡Felicitaciones! Victoria tú eres Cristina.- Chava le daba la noticia.- ¡Felicidades mujer!.- se levantaba de su silla.
-Gracias, muchas gracias chava.- ambos se abrazaban.
-Pues toma asiento. Me imagino que esto va a hacer otro desafío en tu carrera. Nunca haz hecho de ciega.
-No, nunca en mi vida. Que nervios.
-Te comentó que ya tengo todo el elenco armado. Solo me falta que me confirme Osvaldo Ríos.
-Wow que bueno.
La puerta sonó de pronto.
-¡Adelante!.- gritó Salvador.
-¿Se puede?.- dijo una voz muy varonil.
-Claro, entra César.
-Permiso, no quiero interrumpir.
La voz de César había estremecido a Victoria.
-Mira Victoria te presento a César Évora. Date vuelta Vicky.
Así lo hizo, Victoria se levantó de su silla y volteó a verlo.
-Hola...-César quedó perplejo con su bello rostro.-...Tú eres Victoria.
Los ojos de ambos brillaban como nunca antes.
-Hola...si. Yo soy Victoria Ruffo.- lo miro de pies a cabeza. Luego le sonrió.- Gusto en conocerte.- estiró su mano.
-El gusto es mío.- César le sonrió y estrecho su pequeña y delicada mano.
-Bueno, aquí ya tengo a mi ciega Cristina y a mi villano Federico.- dijo Salvador.
-Tú vas a hacer el villano?.- Victoria lo miró.
-Siii.
-Eres un desgraciado.- Victoria rió.
-Ah bueno...gracias.- la risa de Victoria le había encantado. Inconscientemente de inmediato quiso ser chistoso para ella.
-Ya me leí un poco los diálogos. En el libreto eres un desgraciado, eso quise decir.
-Tranquila si lo entendí de esa forma.
Victoria había quedado encantaba con su voz. Tan ronca y varonil, nunca había oído a nadie igual.
Fin del flashback
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Tan enamorados (historia terminada)✔️
RomanceSiempre han estado hechos el uno para el otro, a pesar del tiempo siguen unidos por el mismo amor, ese que los une con un hilo rojo. El hilo se puede estirar, contraer, flaquear pero jamás romperse. Tan enamorados como antes, como siempre. Solo el...