14 de febrero

6 0 0
                                    

Tuve una cita conmigo esa noche. He conocido a otra, he conocido a mi yo rota. En los poros le sobresalta las ganas de ser liberada, tuve una interesante charla con ella y no lo digo por verme a mi misma amarrada, si no que al menos ella, ella no huye y eso es lo que nos diferencia de la versión que he decido mostrarle al mundo desde esa vez que callaron para siempre.

-¿Hasta cuando dejarás de huir?

Fue interesante esa pregunta, porque fue justo cuando tenía el sorbo de ese vino dulce y seco entre mis labios, pero aún así me reí y le respondí- tardaré lo que tenga que tardar.

- Se te acaba el tiempo y sobre todo lo la energía, si te quedas aquí, con tu embriaguez todos los 14 de febrero le huirás al amor y a las ganas de vivir.

Le dije -salud- y decidí embriagarme aquella vez, de mis lágrimas las cuales son casi forzadas.  Ya hasta llorar me corta la cara y afila los huesos que han salido. El 14 de febrero fue el vino el que me desangró, después de ahí no he vuelto a saber más de mi. De esa versión intensa y jodidamente castrosa, quizás embriagada la asesine, quizás embriagada la desterré...

PATÉTICOS SUICIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora