I N H U M A N

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//Hayami//

[A G O S T O]

Aun sin poder sacar las palabras de mi padre de mi mente, por primera vez en mucho tiempo me sentí compenetrada con él, de nuevo dándome cuenta de cuánto en común tengo con él, sin embargo, hay algo que me sigue haciendo ruido en la cabeza, algo que pese Al transcurrir de los días que llevo asimilando sus palabras no me deja de doler en cierta manera:

"no te arriesgues más de lo que debes, lo importante eres tú y tus allegados, si las cosas se ponen difíciles huye porque tu vida es más valiosa que la de los demás"

Alguna vez hablamos de aquello con Hoseok, pensábamos que en este mundo que nos tocó vivir solo existen dos desenlaces, "huir o luchar", ahora logro confirmar un poco más aquello que mencionamos como juego cuando recién entrabamos a la universidad; mis padres eligieron huir en su momento, aun sabiendo que pudieron detener todo lo que ahora es una realidad aplastante, veinte tantos años les sirvió huir y ahora aquello que intentaron evadir a cuerpo y sangre está soplando sobre su nuca con más fuerza que nunca.

Suspiro acomodándome nuevamente entre las suaves telas de seda negra que cubren la cama y me froto con ellas entre mis piernas para tener una suave fricción agradable antes de siquiera intentar salir de la cama, veo los rayos del sol filtrarse por los ventanales y sé que es hora de moverme para comenzar la jornada pero sencillamente no quiero hacerlo, no tengo ganas de hacerlo, sencillamente hoy me he quedado con las palabras de mi padre que muy a mis adentros me hacen ruido y me imposibilitan querer siquiera seguir intentando.

—Haya, hay que movernos, el día empieza—susurraba aquel chico de dulces orbes almendra quien se asoma entre las sabanas para hacer contacto conmigo, su sutil aliento a café incitándome a salir de cama, pero mi cuerpo no queriendo reaccionar del todo

—Ho, no tengo ganas de continuar la jornada hoy—suspiraba dándome la vuelta con la voz adormilada tratando de no hacer contacto visual con Hoseok

—Vamos no es tan malo~—canturreaba Hoseok tratando de quitar las sabanas de encima de mí— quiero empezar mi mañana contigo como yace mucho tiempo no lo hacemos—escuchaba su voz ligeramente triste ante aquello y es que bien, en estos días desde la charla con mi padre solo había estado yendo a mi casa después de todas las jornadas tanto laborales como de entrenamiento y todo con tal de evitar contacto visual con Hoseok sin ninguna razón aparente... ¿o si lo había?

—Hoy no tengo citas de fotos Hobs—murmuraba sentándome sobre la cama—así que soy libre de dormir todo el día—respondía con una media sonrisa cansada, pero sin recibir respuesta lo cual me llamaba la atención—¿Hobs?

—Perdón es que—suspiraba Hoseok acercándose un poco hacia mí— quedé viendo lo hermosa que es mi novia—sonreía despreocupado tomando mi rostro entre sus manos acunándolo entre ellas—tengo mucha, mucha, en verdad mucha suerte—sonreía tontamente con un brillo deslumbrante en su mirada

—Basta, me sonrojas más de lo permitido—sonreí desviando la mirada para evitar contacto visual

—¿me dejas pintarte entonces? —aquella petición sacada completamente de la nada, ambos sobresaltados por la petición que pese a los años de conocernos jamás había salido con tanta valentía como el día de hoy

—¿hum? —respondí bastante sorprendida ante su actitud raramente empalagosa— ¿necesitas algo de mi joven Jung por qué no lo pide directamente? —persuadía a Hoseok quien rápidamente se dio cuenta de su actitud sospechosamente melosa que estaba teniendo este día

—¿Soy tan obvio? —mencionó bajo un suspiro

—Hoseok tu no eres tan empalagoso, eso es ley, te conozco—sonreí acomodando el tirante de mi camiseta blanca—¿qué es lo que te tiene tan nervioso de recibir una negativa?