3 razones para vivir

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Todo empezó con en el invierno. Fuertes dolores de cabeza lo atormentaban durante la tarde, pero luego simplemente se iban. Duraban entre 1 y 1:30 horas. Sus videos seguían en YouTube, su nueva casa le encantaba, se sentía completo junto a su pareja, y con sus amigos y familia junto a él. Alejandro Bravo.
Las cosas habían cambiado demasiado desde el año pasado. 2015, vaya currada, nueva casa, nuevos amigos, nuevos fans, nueva vida, nuevas oportunidades. Los dolores de cabeza comenzaron a ser más duraderos, ya no duraban desde esas horas, ahora mismo llegaban a durar entre 1:30 y 2 horas. Tomaba sus pastillas de todos los días, pero eso no podía ser, era imposible, porque paso toda su vida tomando aquellas pastillas ¿Por qué habrían de afectarle ahora? No cabía duda de que eso no era.

Un sábado por la tarde cuando el dolor de cabeza había cesado, se quitó la camiseta, paseando por su casa así, su novia estaba de viaje con sus amigas durante unos días, una semana por lo menos, no le molesto obviamente. Cuando acabo de tirar la botella de Coca Cola a la basura de su cocina, pasó por el pasillo, y miro durante un segundo el espejo, pasó de largo, pero entonces retrocedió unos pasos para volver a mirarse. Su piel, más pálida, él ya era pálido de por sí, pero esto lo asustaba. El pálido de su piel comenzaba a asustarle, como si estuviera muerto, como si estuviera débil. Debajo de sus ojos, unas ojeras moradas, notables, demasiado quizá. No podía estar pasándole esto a él, menos ahora. Cuando su vida había pasado a la mejor aventura, cuando se mudó, cuando la relación de su mejor amigo se dio a conocer, cuando su novia comenzó a aceptar más cosas, cuando uno de sus mejores amigos conoció a su nuevo amor. No podía estar pasándole, no ahora, no hasta que sea más grande.

Puso su camisa de nuevo, desesperado, agobiado por la multitud de gente en aquella calle. El hospital, ahí era donde se dirigía.

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Alexby había escuchado que esperar en la sala de un hospital era estresante y desesperante, pero nunca lo tomo tan enserio como en ese mismo momento. Si le dijeran que en verdad simplemente estuvo allí durante unos 5 minutos, no les creería pensaría que habían pasado como mínimo 1 hora. La sala del hospital, llena de madres niños riendo, lloriqueando por una vacuna la cual no se quería dar, adolecentes frente a sus móviles, y padres viendo la tv de esa zona. Pero el, concentrado en su reloj, viendo como aquella ajuga pequeña avanzaba contando los segundos con lentitud. Entonces paso.
-Alejandro Bravo por favor, acompáñeme.- Dijo el doctor. Miedo, eso era lo que sentía, como no sentirlo en una situación como esa.
Paso a la sala, resultados, respuestas, una señal. –Bueno señor Alejandro. No sé por dónde empezar pero…- El mundo de Alexby se desconcentro en ese momento, escuchando y reteniendo en su cabeza únicamente las siguientes frases “lamentamos infórmale que no es algo fácil de solucionar” “Puede venir aquí haciendo sesiones de 4 veces por semanas” “El lupus no es una enfermedad de la cual se pueda hacer mucho” “Queremos ayudarle en esto”. Un pitido profundo en su cabeza. Sintiendo como el mundo se le venía encima, la fiebre, el color rojizo en sus mejillas, el hecho de que este mas pálido y más flaco. No podía estar pasándole, no ahora, ni ahora ni nunca. Tiene una vida, una vida una razón por la que vivir una novia a la que ama, una familia, unos amigos incomparables. Una razón. 3 Razones para vivir.

Si podía definir el peor momento de su vida, no diría el momento en el que le dijeron que estaba enfermo. Sería el momento en el que volvió a su casa. En el momento en el que se encontró solo en su casa, cuando se sentó en el sofá con ambas manos en su boca, y cuando las lágrimas ya no pudieron aguantar. ¿De verdad iba a terminar así? ¿De esa manera? Cuando todo salía a la perfección. En ese momento hizo lo que casi todo el mundo hace cuando algo así sucede. Preguntar ¿Por qué? ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? ¿Por qué así? Y lo peor, es que nunca hay respuesta. Era increíble como en algo tan pequeño como una lagrima se encontraba algo tan grande como todos esos sentimientos. Lágrimas, gemidos de dolor, de pena, sollozos, gritos, un ataque de pánico, donde las convulsiones se adueñaron de él, donde solo se oía su llanto, sus gritos, y sin embargo, nadie estaba allí. Ayudándolo, nadie sabía, nadie escuchaba, nadie podía hacer nada.

3 Razones para Vivir. (Alexby 11)                     One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora