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-¿Te sientes más relajada?

La voz ronca pero apaciguada del mutante la atrajo de nuevo a la realidad. Hace unos momentos atrás, la chica de hebras color rubios se tocaba su pircieng en uno de los alerones de la nariz, mientras su mirada celeste contaba los cortes superficiales de aquella taza vieja de cerámica marrón; pero se sobresaltó al ser descubierta retraída. Miró con dificultad a Splinter, se le hacía difícil no sorprenderse o pensar que soñaba con sólo verlo delante de ella. Pero no le resultaba amenazador, es más, estaba cómoda; si no fuera porque fuera un mutante, oye, normal.

-Sí, se podría decir... que mucho mejor- selló sus rosados labios con fuerza, sintiendo un cosquilleo por la presión hecha en ellos. Dio amagos de querer separalos y hablar.

-Exprésate cuando te sientas preparada, no hay prisa- se acarició aquella gran barba y lisa que tenía, mirando con compresión a la temperamental adolescente.

Se le conocía por ser una rata tranquila y sabia, no le temblaba las manos en momentos donde dependía todo de un hilo. Era claro y conciso, con la mente fría y un corazón calido. Tuvo errores, y pudo arreglarlo para en un futuro no equivocarse en lo mismo. Esta chica no era ningún reto para el, y la actitud de ella le hacía recordar a su hijo Raphael, así que sabía que cuerdas dejar y cuales tirar. Tigris estaba en un momento de estrés, fueron muchas cosas en un reducido tiempo. Esta taza con hierbas naturales podía relajar hasta la más ardiente fiera, y acompañada de un silencio agradable y unas palabras suaves, era suficiente para llegar a comenzar una conversación con la rubia.

La joven dudó, pero al final prefirió colaborar.

-No sé que quiere que le diga...- quería, pero no sabía.

-¿Qué te dice tu corazón?

-Bueno... mi corazón no sabría decirle, pero mi cerebro me pide a gritos que salga corriendo y pida una orden de alejamiento a todos y que viva en las sombras a partir de ahora- comentó con algo de gracia, pero callando enseguida por creer que se pasó de graciosa. Pero se sorprendió a la buena reacción de Splinter, soltando una risa suave pero genuina.

-Entiendo, es normal. ¿Estás incomoda en estos momentos?- el mayor de aquella sala juntó sua manos, esperando paciente las palabras de la fémina.

-Incomoda... no, la verdad es que estoy bastante tranquila. Es usted muy agradable- y no mentía; le recordaba a su difunto abuelo. Tranquilo, paciente y sabio.

-Por favor, tuteame- contestó el adulto, deteniendo aquella formalidad inncesaria.- Eres una joven con mucha educación. Tienes un corazón noble y fuerte, te lo noto. Es una lástima que tu armadura no deje ver tu verdadero traje.

-¿Armadura?- preguntó Tigris con curiosidad.

-Exacto. Siento que, la única forma que sueltas tus verdaderas emociones, es a través de la violencia y la ira; ¿me equivoco?- la joven no contestó, por lo que prosiguió.- Verás, me recuerdas a uno de mis hijos; Raphael, creo que sabes quién es.

-Sí... por desgracia- esto último lo susurro, recordando de forma desagradable a esa tortuga de bandana roja.

-A el le pasa lo mismo. Es alguien apasionado, fuerte, y tiene un buen corazón. Pero tiene el defecto de que el enojo lo envenena y lo lleva a situaciones poco favorables para él y para los que lo rodean. Es todo instinto, pero poca cabeza fría. Hay veces que es bueno el no pensar ante un situación,  o dejarse llevar, pero los excesos nunca son buenos.

La chica oía con mucha atención. Le gustaba la manera en cómo aquel señor se expresaba. Era como si cualquier tontería sacada de su garganta experimentada por los años, fuera lo más cierto que haya podido escuchar.

-Te pasa lo mismo. Y te entiendo, seguramente habrás pasado por cosas, y ahora cueste controlarlo. Pero tal vez puedas ver esto como una oportunidad de oro- el mutante se levantó, rodeó la mesa y se puso en frente de la chica.- Esto puede cambiar tu vida, en muchos sentidos. Sólo tú puedes sacarle partido y seguir la senda de tu desarrollo como persona. Ten eso en cuenta- la rata sabia le tendió una de sus patas. La chica miró titubeante a Splinter. Tal vez tenía razón, podría coger por las pelotas sus sentimientos y decir por una vez por todas  "Yo soy la que manda". Será difícil,  no cambiará de la noche a la mañana; tiene que hacer algo ahora... esperaba sacar algo bueno de todo este desmadre que se le avecinaba.

La chica dio un suspiro fuerte, y aceptó la mano... o pata de Splinter. La ayudó a levantarse y se dirigieron a la lona que tapaba la salida hacia fuera de aquella sala.

-Lo primero que tienes que hacer es disculparte por tu anterior revoltijo y por intentar agredir a los chicos.- habló la rata, parándose en la salida.

Ella sólo pudo asentir.

-Cuando hagas eso, ya podrás resolver todas tus dudas surgidas- con aquel bastón, la rata apartó la tela colgante y pudieron pasar por el arco de ladrillos. Tigris al poner un pie fuera, el olor dulce y refrescante de aquella sala abandonó sus sentidos olfativos, para dar la bienvenida al olor de pizza y el peculiar olor a hierro. Su mirada clara se nubló ante su ansiedad inminente; ¿Por qué? porque doce ojos pasaron su atención, con distintos gestos, todos eran igual de insistentes.

La primera en acercarse a ella con una mirada dulce y una sonrisa cómplice fue April, estando a menos de unos centímetros de ella. Llevó su mano a la cabeza de la adolescente, acariciando su pelo rubio. Ante aquel toque y ese aire de entendimiento por parte de la mayor, la rubia poco a poco fue liberanfo sus sentimientos, sacando lagrimas de sus ojos, llorando por culpa de esos sentimientos de miedo, culpa e incertidumbre.

April en cuanto vio la primera lágrima, y las facciones de la chica fueron cayendo y arrugando, la acercó a ella, abrazandola y dejando que llore en su hombro.

Algunos parecían inquietos, otros estaban incómodos y más de uno sorprendidos y culpables. Casey respiró hondo, acercándose y uniéndose al abrazo tras la insistencia de la mujer de pelo oscuro.

-Vaya corte...- dijo Raphael.

- Dejémoslos sólos, necesitan tiempo.- habló Splinter, dirigiéndose a la cocina. Sus hijos asintieron y siguieron a su padre.

-Sacaré una caja de pizza.- propuso el más joven de los 5 mutantes, mirando con pena a la chica.



Siento mucho mi desaparición, es que estaba tan ocupada con los estudios... pero valió la pena al aprobar todas mis asignaturas :3 estoy orgullosa. Y pues... es corte el capítulo, lo sé, aimsorry, pero era mejor esto que nada.

Os quiero :"3❤❤

"Las Tortugas Ninjas":{El regreso}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora