20. Castaño como la nieve. 1.2

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ehh volvi a publicar este cap pero no hay nada nuevo, solamente mi incompetencia bye

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¿Creen en los demonios? 

Harry Potter no lo hacía. Hasta que encontró el suyo, por supuesto.

—Explícame de nuevo —sostenía una botellita de cristal entre las manos, con una para nada terrorífica y turbia calavera impresa en el frente. La pasaba de mano en mano y admiraba el mortal líquido en su interior.

—Vienes conmigo, te muestro el problema y te traigo de regreso. Rápido y sencillo para que nadie note tu ausencia. Luego te dejaré la tarea de que investigues como lidiar con eso.

Su aliento helado llenó la habitación y su larga capa negra se removió un poco, como si una repentina brisa hubiese invadido la habitación. 

—Digamos que confío en ti, y no lo hago —aclaró, y una atemorizante risa se escuchó por parte de La Parca —me estas pidiendo que tome esto.

No era una pregunta, por eso La Parca no gastó ni una palabra ni un asentimiento porque no iba a aclarar lo que era obvio. Harry que ya la conocía, comprendió su silencio y siguió con sus palabras:

—Literalmente me estas pidiendo que me suicide.

—Es la única forma de entrar al otro lado.

—Pero puedes traerme de regreso.

—Puedo.

—Tienes suficiente poder para traerme de regreso pero no para llevarme en vida.

El que calla concede, y La Parca lo hizo porque jamás gastaría su lengua para admitir un fallo en su poder. 

—Responde —miró hacia donde estarían sus ojos si es que los tenía, la capucha le impedía ver su rostro.

—Pregunta.

—Ningún hechizo puede revivir a los muertos.

—Yo puedo.

La miró desafiante, masticando sus palabras. Aunque tenía la leve sospecha de que La Parca sabía exactamente que estaba pensando. ¿Cómo se suponía que haría eso? La Muerte debía haber perdido la cabeza ¿Cómo podía poner en sus temblorosas manos ese peligroso conocimiento? Tener delante suyo a quien podría arreglarlo todo, a quien podría quitar toda esa sangre de sus manos... Pero ni siquiera tenía que preguntar para conocer la respuesta. 

—¿Tu podrías...?

—No.

Bufó. Por supuesto que no.

—¿Por qué a mi sí, pero a ellos no?

—Paso a paso. Lo sabrás.

Se contuvo de bufar otra vez. Era como hablar con Dumbledore. Siempre hablando con enigmas, ocultando la totalidad de la verdad, dejan que descubras todo por ti mismo... Exasperante, en pocas palabras.

Harry Potter Después de la guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora